Nuestra Señora de la Piedad y el Santísimo Cristo de la Misericordia, de la Hermandad del Baratillo, se trasladaron este sábado en su paso procesional hasta la Catedral para la Coronación Canónica que tendrá lugar el próximo sábado.
Fue un traslado de tres horas de duración desde la capilla de la calle Adriano, que se encontraba engalanada con colgaduras en los laterales de la fachada y con flores sobre los faroles colocados para la ocasión.
A las ocho en punto de la tarde se abrieron las puertas y el cortejo se puso en camino. Cinco tramos de hermanos con cirios azules acompañaron a la Piedad en su traslado encabezados por las siguientes insignias: cruz de guía, bandera fundacional, bandera votiva, guión de la Misericordia y guión de la Santa Cruz. Finalmente, antes de la presidencia, iba el estandarte corporativo.
José Manuel Valenzuela se estrenaba como capataz del paso de la Piedad del Baratillo en este traslado a la Catedral. En su llamada al paso justo antes de abandonar la capilla, se acordó de los baratilleros que están en el cielo, a quienes hizo responsables de la Coronación Canónica de la Virgen niña del Arenal.
Poco a poco el paso, adornado en su totalidad con rosas rojas y con codales blancos en los candelabros en lugar de los azules de siempre, fue abandonando la capilla. Vestía la Virgen de la Piedad el manto de terciopelo azul con bordados de Juan Manuel Rodríguez Ojeda (1905), ampliado posteriormente por Sobrinos de Caro, y la saya de terciopelo color cardenal de José Antonio Grande de León (2020). Y en la cabeza contaba con la diadema de plata sobredorada de Manuel Román Seco (1956).
En el momento de la salida, la Banda de Cornetas y Tambores Nuestra Señora del Sol, que esperaba en el lado derecho de la fachada de la capilla para situarse tras el paso, interpretó la Marcha Real. Seguidamente, el paso se detuvo y se procedió a subir la cruz, cuya altura hay que reducir sobre el monte para poder pasar por la puerta.
La primera levantá en la calle se hizo al cielo, y a continuación la Piedad del Baratillo salió a la calzada de la calle Adriano para ir realizando una lenta revirá a su derecha, el lado contrario de cada Miércoles Santo, mientras la Banda del Sol interpretaba una de sus composiciones más conocidas y celebradas, "Bendición", que fue encadenada con la marcha "Baratillo".
Tras una parada, la siguiente chicotá la hizo el paso a los sones de "Reinas del Baratillo", con la que la Piedad alcanzó la confluencia de Adriano con Antonia Díaz. Y luego, entre una gran cantidad de gente, se marchó por Arfe hacia el Postigo con "Cristo del Amor".
Tras pasar por el Arco del Postigo y parar ante la Capilla de la Pura y Limpia, en dirección contraria a la habitual, el paso dio un rodeo por Tomás de Ybarra para salir a la Casa de la Moneda y girar luego en dirección a la calle Santo Tomás, todo ello mientras sonaban las marchas "Esperanza de un barrio" y "Milenaria". Además, en una parada ante el edificio de Hacienda, se aprovechó para hacer un relevo de costaleros.
Seguidamente, la Piedad y el Cristo de la Misericordia avanzaron junto al Archivo de Indias y alcanzaron el Real Alcázar y la plaza del Triunfo con marchas como "El renacer", "Cristo del Perdón", "Santa Marta" y "Requiem". Hay que indicar que, tras un inicio de procesión a un ritmo más lento, en este tramo final la cofradía aceleró para no llegar a la Catedral con demasiado retraso.
Finalmente, ante un grupo bastante numeroso (y ruidoso) de turistas extranjeros que probablemente no entendían nada de lo que estaban viendo, el paso llegó a la plaza de la Virgen de los Reyes, donde sonaron engarzadas las marchas "La rosa del Arenal", "Baratillo" y "Reinas del Baratillo".
José Manuel Valenzuela mandó la derecha 'alante' y la izquierda atrás para realizar la entrada en la Catedral por la puerta de los Palos mirando hacia el exterior. Tras pasar la reja y situarse en el atrio, junto a la Giralda, el paso se detuvo y la cruz volvió a hundirse en el monte antes de realizar la entrada, lo que se produjo cuando faltaban dos minutos para las once de la noche. La Banda del Sol concluyó su participación tocando la Marcha Real.
Se echaron en falta las campanas de la Giralda repicando en el momento en que el paso entraba en la Catedral, como ha ocurrido en muchas otras ocasiones similares. En cualquier caso, lo importante era que la Piedad del Baratillo pisaba ya el que será el escenario de su Coronación Canónica, para la que quedan únicamente cinco días.
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