lunes, 19 de mayo de 2025

LA AMENAZA DE LLUVIA RECORTÓ LA SALIDA DE SAN JOSÉ OBRERO


El pasado día 4, primer domingo de mayo, se celebró la salida procesional de San José Obrero, que recorrió las calles de la feligresía... hasta que la predicción de lluvia hizo que la cofradía recortase su itinerario para entrar en el templo con algo más de una hora de adelanto sobre lo previsto.
Pero eso llegaría después, ya que todo empezó según lo esperado. A las siete de la tarde se abrieron las puertas de la parroquia y volvimos a ver, tres semanas después del Sábado de Pasión (ver), la cruz de guía de la cofradía echándose a la calle. Y tras ella, un cortejo de hermanos del que formaron parte el banderín del grupo joven, la bandera concepcionista y el libro de reglas. Después iban las representaciones de las hermandades del Carmen de San Leandro, María Auxiliadora y la Trinidad, así como el estandarte corporativo de la propia Hermandad de San José Obrero, la presidencia y el cuerpo de acólitos.








Desde el presbiterio de la parroquia llegó hasta la puerta de salida el paso de San José Obrero, que este año, con el estreno del que llevó el Sábado de Pasión a Nuestro Padre Jesús de la Caridad, ha vuelto a ser únicamente para el santo. Antes de la salida, el paso se detuvo y se acercó a la delantera el hermano número uno de la corporación, al que el capataz, Antonio Santiago, le dedicó una levantá. Santiago, que pidió por su salud, señaló que él es el capataz de la cofradía gracias a este antiguo hermano, que fue quien lo llevó a la hermandad.


A continuación, se produjo la salida del paso, que estaba adornado con claveles blancos, así como lilium y gladiolos en las jarras y en las esquinas. La Agrupación Musical de los Gitanos interpretó el Himno de España, seguido por el Himno de San José Obrero, que fue cantado por algunos de los hermanos.
Y como la cosa iba de himnos, la siguiente composición que pudimos escuchar, con el santo recorriendo ya la calle Samaniego, fue la marcha "Himno de San Antonio". Y más adelante, fue el turno de "Cristo de los Gitanos".
































Desde Samaniego, San José Obrero giró a la calle Padre Isla mientras la agrupación musical interpretaba "Virgen de la Hiniesta". En esta calle hubo que utilizar un alzacable en determinados momentos; un elemento que, como curiosidad, fue cedido por la Hermandad de Pino Montano.
Avanzando por Padre Isla pudimos escuchar otra marcha muy conocida del género de agrupación musical, como fue "Virgen de las Angustias". Tras ella hubo una chicotá a tambor que, al finalizar, dio lugar al primer relevo de costaleros.




























Culminado el relevo, el paso tomó la calle Guanahani a los sones de "Costalero", y luego continuó por Imaginero Luis Álvarez Duarte con "Puente de San Bernardo". Seguidamente, se produjo una chicotá a tambor; la segunda desde que había comenzado la salida procesional de San José Obrero.






























Hubo una nueva marcha en la siguiente chicotá, que llevaría a San José Obrero a tomar la calle Nicasio Gallego; esa marcha fue "Orando al Padre", y con ella el paso llegó hasta la mitad de la calle, deteniéndose ante un balcón desde el que un hermano le cantó al santo acompañado a la guitarra por una mujer.
Tras el cante, el paso se levantó y desde el mismo balcón se lanzó una petalada mientras se alejaba a los sones de la marcha "Padre Nuestro", con la que alcanzó la calle Iriarte, llegando de nuevo a las inmediaciones de la parroquia. Sin poner fin a la chicotá tras la marcha, el paso siguió avanzando a tambor hasta detenerse ante el estandarte corporativo del Carmen de San Leandro, hermandad que se despidió en este punto del cortejo.
















Tras una levantá por los cofrades de San Leandro, San José Obrero siguió su camino saliendo nuevamente a Samaniego, ahora con la marcha "Santa María de la Esperanza". Luego, a otro relevo bajo las trabajaderas le siguió una chicotá que llevó al paso a tomar la calle Antonio Filpo Rojas mientras la Agrupación de Los Gitanos interpretaba "Alma de Dios".






















A partir de ahí, en su itinerario habitual, San José Obrero siguió por Filpo Rojas y luego tomó San Juan Bosco y Jabugo. Y fue aquí donde, consultados los más recientes partes meteorológicos, la hermandad tomó la decisión de recortar el recorrido, buscando el regreso a la parroquia por las calles Santa María, Arroyo y Samaniego.
Y así fue. Renunciando al discurrir por un punto siempre muy especial, como es la calle Pinta, San José Obrero volvió a casa, realizando su entrada a eso de las diez y diez de la noche. Un final abrupto para una salida procesional que suele la primera con carácter ordinario del periodo de Glorias que se abre en el tiempo pascual.

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