miércoles, 24 de septiembre de 2025

LA PASTORA DE SANTA MARINA SALIÓ DE SU ANTIGUA CASA RUMBO A SU CORONACIÓN


El pasado domingo la Hermandad de la Pastora de Santa Marina vivió una procesión muy especial. Era el tercer domingo de septiembre y, como siempre, la hermandad realizaba su salida anual. Pero en este caso la salida sirvió de traslado de la imagen hasta el Convento de la Encarnación, en la plaza de la Virgen de los Reyes, donde se encuentra estos días antes de ser llevada a la Catedral para su Coronación Canónica del próximo sábado.
Todo esto dio lugar a estampas muy diferentes en la salida de esta cofradía letífica. La primera fue evidentemente que se puso en la calle desde la que durante más de dos siglos fue su casa, la Iglesia de Santa Marina, donde estuvo días atrás con motivo de la celebración de un triduo en su honor (ver).
Pero, además, salió sobre un paso distinto al suyo, de menor tamaño, para permitir su entrada en el Convento de la Encarnación. En este caso, se trató del antiguo paso de la Virgen de Valvanera, que desde su reciente recuperación está siendo utilizado por diversas corporaciones para distintas procesiones (Milagrosa, San Hermenegildo, Padre Pío...).
Con estas particularidades, y alguna más que iremos comentando, la Pastora de Santa Marina afrontó su salida llevando delante para abrir el cortejo a la Agrupación Musical Santa Cecilia. Pero antes de ella llegó por la calle San Luis la Banda de Música de Coria del Río, encargada de acompañar a la Pastora durante su recorrido. Los músicos llegaron hasta la puerta de Santa Marina tocando "Ganando Barlovento" y después se situaron en un lateral de la puerta, mientras que en el otro se ubicó la representación con su estandarte de la Hermandad de la Resurrección, que ha acogido durante estos días en su casa a la Pastora.
Salió entonces el cortejo, con la cruz de guía entre faroles, el simpecado de los Maestrantes, el de gala, cuya salida fue recibida por la Banda de Coria con el Himno de España, seguido después por el Himno a la Divina Pastora, el libro de reglas, el estandarte corporativo, que ha sido pasado a terciopelo azul en sustitución del burdeos que tenía, la corona y el aro de estrellas que se utilizarán en la Coronación llevados en unas pequeñas andas cedidas por la Hermandad del Cerro y que, como el antiguo paso de Valvanera, ha sido utilizado ya por unas cuantas hermandades, y la reliquia de San Francisco de Asís .











A las órdenes de Antonio Santiago, en este caso sin la compañía de su hijo, el paso con la Divina Pastora salió a la plaza del Señor de la Sagrada Resurrección y emprendió su camino a los sones de su marcha, "Pastora de Santa Marina". Durante la interpretación, ya en la calle San Luis, se lanzó una petalada sobre la Pastora.
Hay que señalar que la imagen llevaba varios importantes estrenos en esta procesión. En primer lugar, la restauración del manto celeste bordado en oro por parte de las Hermanas Rama; por otro, un nuevo sombrero de filigrana obra de Manuel Casiano donado por un hermano; un cayado de estilo rocalla de plata y oro de Antonio Medina Vallecillo; y la restauración de un collar de esmaltes azules por parte de Ana Cerrejón, que ha realizado además unos pendientes a juego.




















Tras una primera parada en la calle, el paso continuó avanzando, ahora con la banda tocando "Aurora, Reina de la mañana", agradeciendo así la hermandad la acogida brindada por la Resurrección. Sonó después "Hiniesta coronada" (recordemos que actualmente Santa Marina y San Julián conforman una misma feligresía), y luego hubo una chicotá a tambor que finalizó junto un pequeño altar con una Pastora sobre un monte colocado en la fachada de un inmueble. Y desde el balcón de enfrente, un hombre le cantó a la Virgen y se gritaron algunos vivas.
























A continuación, la cofradía siguió adelante hacia la plaza de San Marcos, a la que el paso llegó mientras la Banda de Coria interpretaba "Se arrodilla Triana", pasando después a Bustos Tavera con "Esperanza Macarena". 
La Divina Pastora residió en Santa Marina, pero no lo hizo sola, dado que dicho templo fue sede también de la Hermandad de la Sagrada Mortaja. Era por tanto inevitable que en esta procesión de traslado la Pastora parase ante la actual sede de su entonces compañera de sede canónica. Hasta el antiguo Convento de la Paz llegó la Pastora con la marcha "El Corpus", volviéndose ante la puerta, donde fue recibida con su estandarte corporativo por los cofrades del Viernes Santo, que le cantaron la Salve.




























La parada se aprovechó para hacer un relevo de costaleros, y luego el paso continuó su camino con la marcha "María Santísima del Subterráneo", seguida posteriormente por "La Estrella Sublime" para salir a la plaza de los Terceros y alcanzar la Iglesia de Santa Catalina, donde esperaban a la Pastora las hermandades de la Exaltación y Santa Lucía.















Con el paso parado ante la puerta de salida de las cofradías de Santa Catalina, se rezaron tres Ave Marías y un Gloria. Luego, la Pastora se marchó por Alhóndiga con "Macarena", de Abel Moreno, y siguió avanzando a tambor hasta que la cofradía al completo estuvo dentro del segundo tramo de la calle, habiendo despejado con celeridad el cruce para el tráfico. 
Se produjo aquí un nuevo relevo bajo las trabajaderas, tras el que el paso continuó por Alhóndiga con "Virgen de la Paz", a la que siguió más adelante "Aniversario macareno", composición con la que la Divina Pastora llegó hasta la plaza de San Leandro. 






























La puerta del Convento de San Leandro estaba abierta para que la Pastora se desviara levemente de su itinerario y se plantara ante sus religiosas. A ellas llegó mientras sonaba "La Caridad del Arenal" y después las hermanas cantaron el Ave María en latín.
A continuación, la Pastora reemprendió su camino buscando la calle Zamudio a los sones de "Virgen de la Palma". Luego, sonó "Rocío" por la plaza de San Ildefonso, acercándose el paso hasta la puerta de la parroquia del mismo nombre, donde se encontraban las representaciones de la Hermandad de los Sastres y la Sacramental, que cantaron la Salve.































Con "Reina de la O" se alejó el paso para tomar la calle Boteros, y luego giró a Cabeza del Rey Don Pedro con "La Virgen de las Angustias". El paso caminaba con agilidad y no se detuvo hasta el cruce con la calle Águilas, donde se produjo un rapidísimo relevo de costaleros antes de continuar con "Macarena", de Emilio Cebrián, hasta Muñoz y Pabón.















Desde Muñoz y Pabón, la Pastora salió a la plaza de Ramón Ybarra Llosent con la marcha "Pasa la Virgen de la Candelaria" al discurrir junto a la Parroquia de San Nicolás. Con esta composición empezó a recorrer la calle Federico Rubio, donde hubo después una chicotá a tambor antes de otra con "Virgen de Montserrat"
Poco después, la Divina Pastora pasó por la estrechez de Fabiola a los sones de "Hiniesta", y tomó Mateos Gago con "Nuestra Señora de Guadalupe", llegando con ella a la Parroquia de Santa Cruz, en cuya puerta los cofrades de la hermandad decana del Martes Santo rezaron la Salve. Y después del rezo fue cuando el paso se volvió ante el templo, ahora con la interpretación de nuevo de "Aniversario macareno" por parte de la Banda de Coria.






















La banda tocó entonces "Cristo en la Alcazaba" en honor a la Hermandad de Santa Cruz y la Pastora caminó por Mateos Gago entre numerosísimos turistas que captaban con sus móviles cada detalle de lo que veían. No hubo ninguna chicotá a tambor. Al contrario. Cada una de ellas contó con una marcha con la que la Pastora avanzó en Triunfo por tan emblemática calle frente a la Giralda. En concreto, sonaron las marchas "La Madre de Dios", "La fuente de las pastoras" y "Espíritu Santo".






















Por fin, con "Siempre la Esperanza", la Divina Pastora de Santa Marina alcanzó la plaza de la Virgen de los Reyes, donde instantes después se oyó el Himno de España por parte de la Agrupación Musical Santa Cecilia, que lo interpretó al entrar el simpecado de gala en el Convento de la Encarnación.
Luego, el paso se levantó y se acercó a la puerta mientras sonaba "Tú eres el orgullo de nuestro pueblo", con la que giró para mirar hacia la plaza y se paró por última vez en la calle.
















La maniobra de entrada del paso era complicada. Antes de afrontarla, un hermano se subió para retirar la parte superior del cayado, mientras detrás otros cofrades abatían el granado y la pareja de ángeles con una corona que habían ido sobre la cabeza de la Pastora durante todo el camino.
A continuación, el paso se levantó y, mientras sonaba por dos ocasiones la parte final de la marcha "Pasa la Virgen Macarena", se adentró en el convento, donde hubo que sortear dos estrechas puertas y, entre ellas, una lámpara de grandes dimensiones.






Finalmente, la banda tocó el Himno de España mientras repicaban las campanas del convento cuando pasaban veintidós minutos de las diez de la noche. Terminaba así la procesión de un tercer domingo de septiembre muy distinto al habitual, pero de gran emoción para los cofrades de la Divina Pastora de Santa Marina.

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