Este sábado tuvo lugar la salida procesional de la Hermandad de Nuestra Señora de Montemayor, la corporación que hace presente en Sevilla la principal devoción de la localidad onubense de Moguer.
Instantes antes de la salida, llegó hasta la plaza de San Juan de la Palma la Banda de Música del Liceo de Sevilla, encargada de acompañarla desde hace varios años, cuando su nombre aún era el de Banda de Nuestra Señora del Sol.
Sin embargo, la salida se hizo esperar, dado que las puertas no se abrieron hasta las siete y diecinueve minutos de la tarde, y el cortejo no comenzó a caminar hasta las siete y veinte, cinco minutos más tarde de lo previsto.
En el cortejo, formado por cruz alzada, libro de reglas y estandarte corporativo, se integraron las representaciones de las hermandades de la Pastora de Triana, la Amargura, la del Rocío de Moguer y la Matriz de Montemayor.
Poco después salió de San Juan de la Palma el paso de la Virgen de Montemayor a las órdenes del capataz Carlos Valdés. La Banda del Liceo de Sevilla tocó entonces el Himno de España y el paso se detuvo. Momentos después se levantó y dio inicio a su recorrido con la marcha "Montemayor".
Con ella, la Virgen, cuyo paso estaba adornado con diversas especies florales de tonalidades blanca, morada y rosa, fundamentalmente margaritas, rosas y lilium, se encaminó hasta el principio de la calle Feria, deteniéndose frente a la residencia de ancianos San Juan de la Palma. Algunos de ellos estaban sentados en la puerta para ver pasar la cofradía ante ellos.


























Tras una levantá a pulso dedicada por el capataz a "los abuelos de la residencia", el paso se marchó por la calle Madre María Purísima de la Cruz a los sones de "Coronación". No fue una marcha escogida al azar, ya que con esta partitura la Virgen de Montemayor se presentó ante la capilla de la Divina Pastora de Santa Marina, recientemente coronada canónicamente.
Los cofrades de la Pastora cantaron la Salve y entregaron un ramo de flores a la hermandad vecina. Luego hubo otra levantá a pulso en la que el capataz enfatizó que estaba dedicada a la "Pastora de Santa Marina Coronada". Con la marcha "Glorias de Sevilla", la Virgen de Montemayor siguió su camino por la calle Amparo, donde hubo luego una chicotá a tambor.























A continuación, el paso afrontó la parte más estrecha de la calle Amparo, en la que la Banda del Liceo de Sevilla interpretó "La Esperanza de Triana". Con estos sones salió la Virgen de Montemayor a la plaza del Pozo Santo, parándose en el centro de ésta antes de finalizar la partitura, lo que reprodujo esa horrorosa manía de cortar la marcha con el golpe de bombo.
No ocurrió lo mismo afortunadamente con la siguiente composición, "Virgen de la Estrella", que sirvió para que la Virgen alcanzara la puerta del convento de las terciarias franciscanas, quienes la esperaban en la puerta y le cantaron el Ave María.
Tras parar en el Pozo Santo, el paso se levantó por las religiosas y se marchó por la calle Misericordia mientras la banda interpretaba "Esperanza Macarena". Más adelante, alcanzó a tambor la plaza de Zurbarán antes de continuar hacia la Encarnación con "Virgen de los Negritos". Nada más pisar la plaza, el paso se detuvo y hubo un relevo de costaleros.





















La primera chicotá de los costaleros que acababan de ponerse bajo las trabajaderas la llevó a cabo la cuadrilla con el redoble de los tambores por parte de la banda. Uno de los responsables de la hermandad le pidió al capataz que alargase el paso, ya que al parecer había un ligero retraso sobre el horario previsto.
Después el paso volvió a detenerse y terminó su discurrir por la plaza de la Encarnación a los sones de "Virgen de las Aguas", llegando con ella a girar en el inicio de la calle Laraña, por la que después continuó con "Virgen de la Paz".
Seguidamente, el paso se detuvo y, para levantarse, se dejó tocar el llamador a un niño de nombre Máximo, nieto del hermano mayor de la Soledad de San Lorenzo.
Tras esta levantá, el paso continuó a tambor hasta detenerse casi en la esquina con Orfila. En esta última chicotá se soltó el brazo más alto del candelabro situado en la esquina delantera del costero izquierdo, por lo que tuvo que ser retirado. No se cayó porque uno de los cirios de la candelería lo había sujetado.
Solventado el imprevisto, el paso de la Virgen de Montemayor siguió adelante, ahora con la marcha "La Gracia de María", tomando la calle Orfila, donde avanzó luego a tambor hasta detenerse poco antes de la Capilla de San Andrés.
Poco después, el paso de la Virgen de Montemayor continuó su camino hacia la plaza de Fernando de Herrera a los sones de "La Estrella Sublime", y luego llegó hasta la Parroquia de San Andrés con "Pasan los campanilleros".
Desde aquí, la Virgen de Montemayor buscó la Iglesia de San Martín antes de regresar a San Juan de la Palma por Saavedras, Alberto Lista, Marco Sancho, Correduría y Feria, realizando su entrada en el templo a las once y cuarto de la noche.