Está claro que los arquitectos de los templos modernos no eran cofrades. Y eso implica que, una vez que se convierten en sede de alguna hermandad haya que acabar llamando a los albañiles para ampliar la puerta o, directamente, abrir una nueva que permita que los pasos salgan sin dificultad o al menos con la dificultad justa, que siempre nos gusta ver cómo los costaleros echan el cuerpo a tierra y vencen al dintel.
Hace algunos días la Comisión Local de Patrimonio aprobó la apertura de una nueva puerta en la iglesia de San Ignacio de Loyola, lo que permitirá que los pasos de la Hermandad del Polígono de San Pablo salgan realmente del interior del templo, en lugar de tener que recurrir a ese "tinglao" (término utilizado con permiso de los cofrades malagueños) que la cofradía ha utilizado hasta ahora y que, eso sí, está decorado con bastante gusto, dentro de las limitaciones propias de una construcción así.
Y otra que también podrá salir directamente desde su templo, como ya se sabe, es la Hermandad de Pino Montano el próximo Viernes de Dolores, ya que también la iglesia de San Isidro Labrador contará con una puerta como Dios manda.
Una solución diferente es la que tuvo que aplicar la Hermandad del Sol. El párroco de San Diego de Alcalá no dio su consentimiento para abrir una puerta de mayor tamaño en el lugar que ocupa una sencillísima y nada artística vidriera. De esta forma, y no sin dificultades, la cofradía tuvo que emprender la costosa tarea de edificar una capilla propia en el mismo hueco de la plaza del Aljarafe donde antes montaba su "tinglao" (otra vez con permiso). La hermandad, incluso, se autoimpuso la condición de tener lista la capilla antes de ser autorizada a realizar su estación de penitencia a la Catedral el Sábado Santo, lo que finalmente ocurrió en 2010. Ese año, la capilla aún no se presentó acabada del todo, como ya sí ha sucedido en este 2011, a falta quizá de pequeños detalles en la fachada que se podrán ir completando en un futuro inmediato.
SÁBADO SANTO 2010
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