Jaime Passolas nos recuerda en Personajes de la Pasión cómo durante tan ilustre visita Marta se enfada porque, mientras ella se ocupa de todas las labores de la casa, su hermana se dedica únicamente a contemplar a Jesús y a escuchar atenta sus palabras. "Señor, ¿nada te importa que mi hermana me deje sola en el trabajo de la casa? Dile, pues, que me ayude". La respuesta le abrió los ojos: "Marta, Marta, te angustias y turbas por muchas cosas; una sola cosa es necesaria. María ha escogido la mejor parte, que no le será arrebatada" (Evangelio de San Lucas).
Passolas explica que en ese momento Marta comprende que "lo realmente importante no es el trabajo intempestivo y superfluo, y el servicio material que estaba realizando, sino buscar el gozo de escuchar a Jesús, como su hermana. Las palabras de Jesús, además de hacerle ver a Marta la verdadera importancia de las cosas, le cautivaron su corazón, como le abrieron su alma generosa y le hicieron buscar el descanso como recompensa de su trabajo".
En la Semana Santa de Sevilla la patrona de los hosteleros está presente únicamente en el misterio del Traslado al Sepulcro. Se trata de una presencia muy discutida, dado que ninguno de los cuatro evangelistas sitúa a Santa Marta en los momentos clave de la Pasión y Muerte de Jesús.
Para explicar su inclusión en este magnífico misterio del Lunes Santo hay que tener en cuenta que la Hermandad de Santa Marta fue fundada en 1946 por el gremio de hosteleros para dar culto a su patrona. Tres años después se convierte en cofradía de penitencia y, con idea de realizar estación de penitencia a la Catedral en Semana Santa, busca un misterio no representado hasta entonces en Sevilla y en el que se pudiera situar a la santa. Sin texto bíblico en el que apoyar esta inclusión en el paso, los hermanos fundadores optaron por aplicar algo tan sencillo como la lógica. Y es que parece lógico que, dada la estrecha relación de confianza entre Marta y Jesús (incrementada aún más tras la resurrección de Lázaro), no estuviera lejos durante tan dramáticos acontecimientos, y más si, como defienden algunos, la Magdalena era aquella hermana suya embelesada ante las palabras del Señor.
Sebastián Santos fue el imaginero encargado de tallar la imagen de Santa Marta en 1950, tres años antes de la primera estación de penitencia de la hermandad. Entre 1951 y 1952 talló Luis Ortega Bru el misterio del Cristo de la Caridad y la Virgen de las Penas, uno de los más impresionantes de toda la Semana Santa. Se estrenó en 1953 y ya desde ese primer año la hermandad situó en el paso a Santa Marta, algo que no fue del agrado del imaginero de San Roque, que veía cómo de esta forma se rompía la armonía del conjunto que había diseñado.
Peor le sentó que en 1958 la hermandad estrenara una nueva Virgen de las Penas, obra también de Sebastián Santos. En ese momento, la Virgen realizada por Ortega Bru se convirtió en María Cleofás, imagen que se sitúa en el paso precisamente al lado de Santa Marta.
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