Una vez fuera, y tras ser elevada la imagen mariana y el roble con el curioso sistema con el que salva cada año el dintel del templo, el capataz y hermano mayor, Carlos Morán, dedicó la primera 'levantá' a dos hermanos recientemente fallecidos.
Posteriormente, la Virgen de Valvanera se encaminó hacia el asilo de las Hermanitas de los Pobres, donde la esperaba un grupo de ancianos. Allí llegó el paso a los sones de "Reina de Triana", provocando el aplauso de los internos del asilo, a quienes Carlos Morán dedicó una 'levantá' en la que hizo sonar el llamador una de las hermanas.
Tras abandonar la calle Luis Montoto, la Virgen recorrió algunas de las calles del barrio hasta regresar de nuevo a su templo, siempre acompañada por la hermandad penitencial con la que comparte sede canónica.
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