LOS NIÑOS, CON EL CRISTO DEL PERDÓN

El pasado sábado recorrió las calles del centro de Sevilla el Cristo del Perdón en una procesión que tiene un marcado carácter infantil, como si de pequeña cofradía penitencial se tratase. Infantil por su cortejo, con pequeños cofrades portando la cruz de guía y los cirios; infantil por el acompañamiento musical, que corrió a cargo de la Agrupación María Santísima de las Angustias Coronada (los 'pequeños' de Los Gitanos); e "infantil", por decirlo así, por el pasito de reducidas dimensiones sobre el que es llevada la talla del crucificado realizado por Salvador Palau para el Convento del Socorro, en la calle del mismo nombre.
A eso de las seis de la tarde se ponía en marcha el cortejo. El Cristo del Perdón, que reside en un convento, iba a realizar varias estaciones a lo largo de su itinerario visitando otras tres residencias de religiosas. Así, en primer lugar, el paso se dirigió al Convento de Santa Isabel, para lo que rodeó la Parroquia de San Marcos dejando bellísimas estampas.

Posteriormente, rodeando de nuevo San Marcos, el Cristo del Perdón tomó Bustos Tavera y Doña María Coronel buscando San Pedro y adentrándose luego en Santa Ángela de la Cruz. En este punto, un grupo de cofrades almerienses de la Virgen del Rocío, de visita en Sevilla, no daban crédito a lo que veían y hacían multitud de conjeturas sobre qué hacía un crucificado en las calles en pleno mes de noviembre: "Será un traslado de una hermandad", "Estarán celebrando algún aniversario"... Hasta que fueron informados y salieron de dudas: "Ah, ¿y lo sacan todos los años en noviembre?". El convento de las Hermanas de la Cruz era su segunda parada, a la que seguiría después el del Espíritu Santo.

La Agrupación Musical María Santísima de las Angusitas Coronada realizó una destacada labor durante todo el recorrido procesional, con un repertorio en el que sobresalieron las composiciones más clásicas de este estilo, como "La Saeta", "Himno de San Antonio", "La Santa Espina", "Consuelo Gitano", "Virgen de la Hiniesta" o "Dolores y Misericordia", entre otras.
A las diez de la noche entraba de nuevo en su casa de la calle Socorro el Cristo del Perdón después de haber devuelto los ecos pasionistas al centro histórico de Sevilla, que sueña ya, prácticamente concluido el tiempo de las glorias, con una nueva Semana Santa.