El Nazareno de Martínez Montañés se encontraba sobre la característica peana regalada por las hermanas de la corporación cuando ésta alcanzó los cuatro siglos y medio de historia, y vestía la túnica de terciopelo morado que luce habitualmente durante la estación de penitencia.
El rojo sacramental fue el color predominante en el exorno de la capilla a través de los cirios y los claveles que enmarcaban el conjunto, a excepción de los situados en las peanas de la Virgen de la Merced y San Juan Evangelista, que eran blancos.
Como curiosidad, hay que señalar que sobre la mesa del altar estaban los candelabros que antiguamente formaban parte del paso de palio de la Merced; posteriormente fueron usados algunos años por la Hermandad de los Sastres para el palio de tumbilla de la Virgen de los Reyes; y actualmente los utiliza la Hermandad de la Virgen del Prado, con sede también en el Salvador.
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