No cabe duda que la restauración de la imagen de Nuestra Señora de la Salud ha sido todo un éxito. La hermandad lo sabe y por eso, pese a haber transcurrido cerca de dos meses desde su regreso a San Isidoro, y después de varios días en que permaneció en el presbiterio sin prenda textil alguna sobre la que la Virgen tiene tallada y estofada, la imagen puede verse aún en su capilla de la misma forma, cubierta sólo con una toca, para que se pueda apreciar mejor el resultado de la intervención. El Niño, advocado como Dulce Nombre de Jesús, sí que aparece vestido con una pequeña túnica celeste.
Hay que recordar que la Virgen de la Salud fue trasladada a finales del pasado mes de mayo a Madrid, al taller de Nuestra Señora de la Almudena que regentan Raimundo Cruz Solís e Isabel Poza, donde fueron reparados diversos daños producidos en la talla a lo largo de los años, además de llevarse a cabo una limpieza de la policromía.
Fue un trabajo largo, de siete meses, en los que los cofrades de la Salud y sus devotos notaron su ausencia, pero que ha merecido la pena para recuperar todo el esplendor de una de las más destacadas imágenes marianas de las Glorias sevillanas.
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