Un forero del conocido Foro Cofrade comentó, una vez que se conoció la propuesta del Magno Vía Crucis del Año de la Fe y su fecha de celebración, lo siguiente: "Ya sabemos qué día va a llover en Sevilla". Otros, con mucha mala baba, la verdad, han venido "culpando" de la maldición de la lluvia al Cachorro. Tonterías todas ellas, sí. Pero el caso es que el que se ha dado en llamar Vía Crucis de la Fe (como si no hubiera fe en los muchos que las hermandades celebran cada año) no se celebró como estaba previsto, con catorce pasos marcando cada estación al modo JMJ, sino ante cruces de penitencia de la Hermandad de Santa Cruz en el interior de la Catedral. Sólo la cruz de guía del Silencio, abriendo el cortejo, y el Lignum Crucis de la Vera+Cruz (la de protagonismo que tiene últimamente este titular de la cofradía del Lunes Santo) en el Altar del Jubileo para la bendición final cumplieron con el papel previsto.
Pero empecemos por el principio. "Si una decide no salir, no sale ninguna". Este acuerdo estaba claro, meridianamente claro. ¿O no? Pues cualquiera diría que no. A las diez de la mañana, en una reunión en el Consejo con la asistencia de todos los hermanos mayores implicados y un técnico de la Agencia Estatal de Meteorología se pone sobre la mesa lo que había: probabilidad alta de lluvias débiles, fundamentalmente a mediodía. Después se vería que la predicción dio totalmente en el clavo. Así se pronosticó y así fue. Ya sabemos, porque nos lo repiten todos los años en Semana Santa, que la primavera es muy cambiante para esto de los pronósticos; el invierno no.
A partir de ese momento, cada hermano mayor se fue con su junta de gobierno para decidir unilateralmente si sacaban los pasos a la calle. Cinco hermandades dijeron que no: Gran Poder (no se puede decir que se acogiera con excesiva ilusión el Magno Vía Crucis en San Lorenzo desde el principio), Montserrat, Santo Entierro, Cachorro y San Gonzalo (después de lo del año pasado cualquiera dice que sí en esta hermandad).
Sorprende que la inmensa mayoría, las nueve restantes, optaran por el sí. Ante unas mismas predicciones, distintas posturas. No es tan raro, si tenemos en cuenta que el cielo presentaba el peor aspecto posible: ni la seguridad del cielo azul, ni la seguridad también de nubarrones negros descargando sin parar. Nada de eso. Lo que había era un cielo cubierto, pero no del todo amenazante, y unas previsiones que quién sabía si acaso no se podían equivocar.
En la calle Castilla, a las puertas de la Basílica del Santísimo Cristo de la Expiración, fueron dos agentes de la Policía Nacional los encargados de informar a los que esperaban la salida del Cachorro que no habría traslados. Varias personas, al verlos recibir alguna comunicación y marcharse del lugar, les preguntaron directamente. Acto seguido, las muchísimas personas que se dieron cita en el lugar se arremolinaron frente a las puertas sin saber realmente si se iban a abrir.
"Si una decide no salir, no sale ninguna". Y, sin embargo, los cinco noes de otras tantas hermandades no fueron suficientes para evitar que comenzara inmediatamente un baile de intenciones y rumores de lo más surrealistas. En una ciudad que vive una extraña tendencia de fundación de asociaciones de capiroteros que juegan a los pasitos y que recibieron hace pocos meses un pequeño tirón de orejas desde la Plaza Virgen de los Reyes, hermandades hechas y derechas intentaron hacer lo propio. Y no sólo Torreblanca y su propósito de presidir en solitario el vía crucis, finalmente rechazado por el delegado diocesano, Manuel Soria, amén del consuelo de asomar el paso a la calle San Luis, con saeta incluida. También Monte-Sión propuso salir a la antigua Plaza de los Carros, mientras que en San Vicente, aunque la Hermandad de las Siete Palabras ha desmentido que fuera una iniciativa real de la junta de gobierno, se rumoreó que el paso saldría hasta la cercana Plaza del Museo para regresar en seguida a su templo.
Afortunadamente, la cordura imperó y, salvo aquel asomo del Cautivo de Torreblanca a la calle, comprensible también por la histórica oportunidad perdida por sus hermanos (desde ya propongo que el Cautivo presida en 2014 el Vía Crucis de las Cofradías de toda la vida), finalmente los pasos se quedaron en sus templos y el rezo del vía crucis se celebró a las seis de la tarde en la Catedral sin paso alguno.
Unas 3.000 personas dijo el Cabildo Catedralicio que llenaban las naves del primer templo de la ciudad durante el rezo, verdaderamente más íntimo, pese a la muchedumbre, de lo que habría sido si los catorce pasos se hubieran trasladado a las inmediaciones. Y es que una cosa es un vía crucis y otra las estaciones de penitencia en Semana Santa. La lluvia, que efectivamente cayó de forma leve pero persistente durante el mediodía, evitó que se confundieran ambos conceptos. De hecho, si nos quedamos con el vía crucis celebrado ayer, sólo con el rezo en sí, con el acto de la Catedral, la organización fue impecable y emotiva. Objetivo cumplido.
Volvemos ahora a los pasos que estaban llamados a representar cada una de las estaciones del Magno Vía Crucis del Año de la Fe. Como hicimos en este blog cuando se conoció el listado definitivo de los pasos elegidos, los repasamos uno por uno, pero ahora para ver cómo estaban preparados para esta frustrada cita extraordinaria que, en cualquier caso, permitió contemplar algunos detalles muy curiosos. Por cierto, todos ellos recibieron del Ayuntamiento el regalo de un ramo de claveles rojos.
I. JESÚS EN EL HUERTO DE LOS OLIVOS: Monte-Sión
Pero lo más llamativo estaba en el propio paso. En primer lugar, el Señor de la Redención no vestía su habitual túnica blanca, sino la bordada en oro sobre terciopelo morado en 2001. En cuanto a los apóstoles, lucían túnicas y mantolines bordados cedidos por la Hermandad del Amor, pertenecientes a las tallas secundarias del misterio de la Entrada en Jerusalén.
El exorno floral estuvo compuesto, como en otros pasos de este vía crucis, por una variedad formada por rosas rojas, lirios morados y otras flores de tonalidades similares.
Dentro se encontraba el paso de Nuestro Padre Jesús de la Paz, negado por San Pedro. Si hubiera salido a la calle, habríamos podido ver el dorado del canasto por fin completado tras años de esfuerzo.
V. JESÚS ES JUZGADO POR PILATOS: Torreblanca
Como en el Beso de Judas, el exorno floral estaba dispuesto a base de una variedad floral de tonos rojos y morados. Además, la hermandad tuvo el detalle de acordarse del resto de hermandades de vísperas, tanto de las actuales como de las que han dejado de serlo (Carmen Doloroso, Polígono de San Pablo y Sol) con los escudos de todas ellas pintados en los codales de los candelabros de guardabrisas.
Por otro lado, la Hermandad de San Esteban tuvo un precioso detalle con el resto de hermandades del Martes Santo, al ser la única de esta jornada elegida para participar en el vía crucis. Así, en las esquinas del paso, en los costeros y en las zonas centrales de la delantera y la trasera se colocaron unas filacterias moradas con las advocaciones de las imágenes de Cristo de las demás cofradías del día bordadas en color dorado. En concreto, en la delantera se podía leer en el centro "Santísimo Cristo de la Buena Muerte"; en la trasera, "Santísimo Cristo de la Sangre"; en las esquinas, "Presentación al Pueblo", "Santísimo Cristo de las Almas", "Santísimo Cristo del Desamparo y Abandono" y "Nuestro Padre Jesús ante Anás"; y en los costeros, "Nuestro Padre Jesús de la Salud" y "Santísimo Cristo de las Misericordias".
Como es sabido, en tres cartelas del paso se representa a los titulares de la Bofetá, la Candelaria y la Presentación al Pueblo de San Benito, por lo que las filacterias en estos tres casos se colocaron coincidiendo con sus respectivas cartelas.
XI. JESÚS PROMETE SU REINO AL BUEN LADRÓN: Montserrat
El Santísimo Cristo de la Conversión del Buen Ladrón volvió a lucir en su paso las cantoneras y el 'INRI' de plata que ya llevó durante la estación de penitencia de 2010. Este paso, exornado con una variedad de flores de tonos rojos y morados, fue también uno de los más visitados, a lo que sin duda contribuyó la situación tan céntrica de su capilla, además de la propia magnificencia de este misterio.
XII. JESÚS CRUCIFICADO, LA MADRE Y EL DISCÍPULO: Las Siete Palabras
En el mismo lugar de la nave del Evangelio donde cada año se coloca el paso del Santísimo Cristo de las Siete Palabras preparado para su salida el Miércoles Santo lo pudimos ver ayer, exornado por varias especies de flores moradas. La gran altura en que está situado el crucificado llamaba la atención de varios visitantes venidos de fuera de Sevilla. La imagen de San Juan no pudo estrenar en la calle su aspecto, tras la reciente restauración a la que ha sido sometida.
XIII. JESÚS MUERE EN LA CRUZ: El Cachorro
La Hermandad del Cachorro optó también por diferentes especies florales para el monte del paso, aunque éste de tonos exclusivamente morados, junto a los verdes de la hojarasca. El Santísimo Cristo de la Expiración iba a lucir por las calles corona de espinas y potencias. La Virgen del Patrocinio presidía la Basílica desde el retablo mayor.
XIV. JESÚS ES DEPOSITADO EN EL SEPULCRO: Santo Entierro
El Cristo Yacente del Santo Entierro ha presidido en estos días pasados la Iglesia de San Gregorio desde su paso, dando lugar a una estampa inédita. El paso se encontraba exornado de forma diferente a la que es habitual el Sábado Santo. Así, llevaba en sus jarras y en diversos ramos una combinación de claveles rojos y lirios morados. Al igual que en el caso de la Hermandad de los Gitanos, tampoco la hermandad de San Gregorio ha podido ver compensada en la calle la frustración de no haber podido presidir en su día el Vía Crucis de las Cofradías.
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