La dolorosa de Francisco Berlanga se situó ante el dosel de cultos de la hermandad entre dos jarras con claveles rosas, los faroles entrevarales del paso de palio y varios candeleros con cera blanca.
La Virgen vestía manto y saya rojos, la corona de salida y de su mano izquierda colgaba el tradicional escapulario de la advocación carmelita.
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