El Señor se encontraba ante el enorme dosel de cultos que posee la corporación, el cual tapaba el retablo de la capilla. Vestía la túnica morada bordada en oro por Patrocinio López (1890) y lucía las potencias de oro de Manuel Seco Velasco (1958).
Además de las cuatro jarras del paso de palio de la Virgen de Loreto con lirios morados que había en torno a la imagen, a sus pies había varias flores silvestres y hojarasca como algunos años anteriores ha llevado en su paso durante la estación de penitencia el Viernes Santo.
En cuanto a la iluminación, estaba formada por cuatro candeleros y dos antiguos candelabros plateados del palio con cera color tiniebla.
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