Periodista Cofrade: LA LUZ DE SAN ESTEBAN

El pasado sábado la feligresía de la Puerta Carmona vivió la salida de la Virgen de la Luz. Pese a las nubes y los cielos a ratos cubiertos de la jornada, la Hermandad de la Luz volvió a mostrar que tiene más suerte que su cofradía hermana de San Esteban saliendo a las calles y cubriendo su inalterable itinerario rodeada siempre de una buena cantidad de público.
A las nueve de la noche se abrían las puertas de la ojiva dentada de San Esteban, dejando salir a un cortejo formado por cruz y faroles, parejas de niños con cirios, simpecado, algunas parejas más de hermanos y las representaciones de las hermandades de los Sastres, San Esteban y la Virgen de la Alegría. Seguidamente iba el estandarte de la propia Hermandad de la Luz, presidencia y cuerpo de acólitos.

A continuación, tuvo lugar la salida del paso con la Virgen de la Luz, para la que es necesario que los costaleros echen el cuerpo a tierra para que la ráfaga dorada de Seco Velasco salve la puerta ojival. La Virgen de la Luz vestía manto celeste y saya blanca. Una vez en la calle, tras el Himno Nacional, la Banda de Música María Santísima de la Victoria, de Las Cigarreras, inició su repertorio con "La Estrella Sublime".

El paso que tallara Castillo Lastrucci, y que tiene la característica de contar con canasto en lugar de una gran peana directamente sobre los respiraderos, como es más habitual en los pasos de gloria, se giró hacia un balcón de la calle Medinaceli antes de continuar hacia la Plaza de Pilatos a los sones de "Virgen de la Paz". Hay que recordar la vinculación que une a la Casa de Pilatos con la Virgen de la Luz, que residió en dicho lugar tras el cierre del templo de San Esteban en la revolución de 1868.
Con la marcha "Desamparados" continuó la Virgen de la Luz por la Plaza de Pilatos y la calle Águilas, donde también sonó "Encarnación Coronada" antes de que el paso se volviera a las hermanas del Convento de Santa María de Jesús con "Virgen de la Estrella".

Tras los cánticos de las hermanas, el paso, que iba exornado con gladiolos, nardos y azucenas, se levantó a pulso y se alejó con "Pasan los campanilleros", marcha muy del gusto de una de las hermanas que tamborileaba con los dedos en la ventana siguiendo cada parte de la composición.
Por la calle Águilas aún sonarían las marchas "Madre Hiniesta" y "Nuestra Señora de Guadalupe", ésta ya en la revirá de dicha calle a Cabeza del Rey Don Pedro.

El tramo de esta calle se hizo prácticamente a tambor, hasta que al revirar a Boteros la banda de música de Las Cigarreras interpretó "Hiniesta". La Virgen de la Luz continuó hasta San Ildefonso, donde un grupo de turistas francófonos comentaban asombrados entre ellos que eran hombres los que hacían mover el paso desde detrás de los faldones. A los turistas menos duchos en el mundo cofradiero suele llamarle más la atención lo que va debajo del paso que lo que va a arriba.
Una levantá provocó una exclamación de sorpresa en el grupo y uno de estos turistas a punto estuvo de caer tras tropezar con un bolardo de la plaza. Son las cosas de iniciarse en el universo cofradiero; si uno no se ha comido alguna vez un bolardo siguiendo un paso, ni es cofrade ni es nada.

Desde Zamudio, la Virgen de la Luz entró en la Plaza de San Leandro con "Virgen de los Ángeles". Dado que el rótulo que informa del nombre de la plaza se cayó hace meses, letra a letra, de la maltrecha fachada del convento, se ha situado otro en el reformado inmueble que hace esquina precisamente con Zamudio. Esperemos que pronto se repare aquella fachada antes de que también se caigan todos los azulejos del retablo cerámico de Santa Rita, que ya ha perdido unos cuantos.
Desde la Plaza de San Leandro, el paso reviró hacia la estrechez de Imperial a los sones de "Coronación" y, ya dentro de dicha calle, se puso escuchar "Saeta cordobesa".

Año tras año llama especialmente la atención cómo pasa la Virgen de la Luz por la parte más estrecha de Imperial. El capataz dedicó la levantá inmediatamente anterior al discurrir por dicho lugar a las madres de los costaleros. Acto seguido, comenzó el lento trabajo, pasito a pasito, de estos hombres mientras la banda tocaba "Caridad del Guadalquivir". Una vez superada la dificultad, y con el paso de nuevo detenido, hubo que colocar el rosario que portaba la Virgen, que se había desprendido en la parte en que lo sostiene el Niño Jesús.

Subsanado el problema con el rosario, el paso continuó hacia Calería con la marcha "Aniversario Macareno". Allí se detuvo ante la vivienda de una anciana que, con ayuda, fue situada en la delantera para que pudiera contemplar el rostro de la Virgen de la Luz. Más adelante, por Juan de la Encina, sonaron "María Santísima del Subterráneo" e "Hiniesta Coronada". Posteriormente, en la revirá hacia Muro de los Navarros, la marcha escogida fue "Procesión de Semana Santa en Sevilla", a la que siguió "Corpus Christi".

Antes de salir a la Puerta Carmona, la presencia de una ambulancia hizo pensar que habría que echarse a un lado para dejarla pasar, aunque finalmente no fue necesario y los profesionales sanitarios fueron a pie a atender a la persona que lo requería. Así, la procesión pudo continuar a los sones de nuevo de "Pasan los campanilleros". Ya en la calle San Esteban, otro grupo de turistas, éstos con acento inglés, se interesaban también por los costaleros. En este caso, la levantá que contemplaron dibujó una 'o' de admiración en la boca de una de las turistas.
Por la calle que lleva el nombre de su templo avanzó la Virgen de la Luz con la marcha "Rocío", seguida poco después por "Virgen de las Aguas", con la que llegó a las inmediaciones de la iglesia.

Mientras el paso, con los costaleros ya dados la vuelta, se cuadraba frente a la puerta para entrar, la banda de Las Cigarreras volvió a interpretar "Caridad del Guadalquivir". Posteriormente, una vez retirados los zancos, el paso entró de nuevo en San Esteban, en cuyo interior el padre José Robles dirigió las oraciones finales y el canto de la Salve.