De esta forma, a los pies del crucificado y en el lado contrario a San Juan Evangelista podemos ver a la Magdalena, que forma parte del paso de misterio de la cofradía y que habitualmente no se encuentra expuesta al culto. La imagen, que viste una túnica burdeos y un mantolín amarillo, porta en su mano derecha un cáliz plateado.
La Virgen de la Concepción está siendo sometida mientras tanto a unas labores de restauración consistentes en la sustitución de los clavos que unen los ensambles de la talla, la reparación de las fisuras que presenta en la cabeza y en el soporte, la retirada de repintes en el rostro y las manos, donde aparecen diversos barnices, la reposición de la policromía en zonas donde falta, la limpieza de las lágrimas y la colocación de un nuevo perno para la sujeción de la diadema.
Una de las mejores magdalenas de Sevilla, una pena que normalmente no este expuesta al culto
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