La Virgen del Amparo ocupaba la zona central, situada sobre una peana de plata, flanqueada por las tallas de San Miguel y San Gabriel, obras ambas de Benito Hita del Castillo, y junto a ellas había sendos candelabros de plata con cera blanca. Al fondo, ocultando la puerta por la que la hermandad realiza su salida procesional, se encontraba el artístico dosel de cultos. Delante de éste, dos tallas de arcángeles pertenecientes a la Hermandad Sacramental que sostenían los artísticos faroles que acompañan al Simpecado del Amparo. Cuatro blandones con cera blanca se encontraban junto al dosel, mientras que varias jarras repartidas por el montaje contaban con crisantemos blancos.
En este besamanos se produjo el estreno de un manto de brocado regalado por un grupo de hermanos.
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