En aquel momento se llevó a cabo una restauración integral en la que la talla fue desmontada casi por completo para retirar numerosos clavos de hierro que estaban deformando la estructura interior; también se fijó la policromía, eliminando suciedad y repintes; y se realizó una cruz nueva.
Ahora es la cruz vacía, sin el crucificado que tallara Andrés de Ocampo en 1622, la que ocupa el lugar habitual de culto de la imagen, en el lado derecho de la Capilla de los Ángeles, entre candeleros con cera color tiniebla.
La duración de los trabajos de esta nueva intervención se estimó en unos cinco meses, por lo que el regreso del Cristo de la Fundación a su templo se prevé para finales de febrero o primeros de marzo del próximo año, una vez solucionados los problemas detectados, que afectan principalmente a la fijación de la policromía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario