La dolorosa estaba elevada sobre una sencilla peana de madera dorada, entre cuatro ángeles con flores. El retablo estaba cubierto con un cortinaje rojo ante el que se dispuso un dosel formado por los antiguos respiraderos del paso de palio, que actualmente figuran en el paso de la Hiniesta Gloriosa en la salida de la festividad del Corpus Christi.
Ante el dosel, sobre una peana de plata, había un trono y delante las escalinatas, simbolizando la bajada de la Reina de los Cielos al encuentro de sus fieles. A ambos lados de la escalinata se colocaron sendos ángeles con faroles y jarras con flores. Además, a modo de barandilla, se situaron tres candeleros del paso de palio a cada lado rematados por las perillas de los varales y unidos por borlones. También había dos de los candelabros del paso de la Hiniesta Gloriosa.
Completaban el fantástico y cuidado montaje de este besamanos varios candelabros plateados, el Libro de Reglas y el estandarte corporativo, entre otros enseres.
No hay comentarios:
Publicar un comentario