Cuatro pasos de Cristo y cuatro agrupaciones musicales. El Sábado de Pasión, como también mayoritariamente el Viernes de Dolores, apuesta claramente por este estilo musical genuinamente sevillano, en contraposición a la fiebre por las cornetas y tambores (aunque estrictamente de cornetas y tambores sólo quedan dos) que hace unos años se instaló entre las cofradías y que poco a poco parece dejar algo más de paso de nuevo a los sonidos de agrupación, como en los últimos años ha ocurrido en hermandades como Jesús Despojado, Monte-Sión y el Carmen Doloroso.
Pero antes de ver pasos en la calle, al igual que en la jornada precedente, había que ir a la Parroquia de San Vicente, donde se encontraba en besamanos Nuestro Padre Jesús de la Divina Misericordia, de la Hermandad de las Siete Palabras, que ocupaba el presbiterio del templo, como el viernes había hecho la Virgen de los Dolores de la cofradía vecina.
El Nazareno de Felipe de Ribas estaba a los pies del retablo principal, ataviado con su túnica burdeos de salida y con la cruz sobre su hombro izquierdo. Estaba flanqueado por blandones de cera blanca y el exorno floral era un colorido conjunto de claveles rojos, lirios morados y hojas verdes.
Para entonces, el Señor del Gran Poder ya había sido bajado del camarín en su basílica a la espera de iniciarse el besamanos esa misma noche.
A las cinco menos diez de la tarde estaba prevista la apertura de la Parroquia de San Antonio de Padua para que saliera a las calles la Hermandad de Torreblanca. Parecía que a la puerta metálica le costaba abrirse, quizá por efecto del calor que tanto protagonismo iba a tener en los días siguientes, y que contrastaba con la lluvia que el año pasado impidió la salida de esta cofradía.
Éste, sin embargo, iba a ser diferente. Con un cielo totalmente despejado y la puerta rendida ante las ganas de que el sol entrase a raudales en el templo, los nazarenos de túnica y capirote morados, y capa blanca comenzaron a salir a recorrer su barrio.
Unos diez minutos después de la salida de la cruz de guía asomó ya Nuestro Padre Jesús Cautivo ante Pilatos por la puerta del templo, sobre el gran barco que no sin esfuerzo ha conseguido Torreblanca para su hermandad. Como el día anterior en Pino Montano, las flores que adornaban este paso eran una combinación de especies y tonalidades que contrastaban con el reciente dorado.
En la calle lo esperaba la Agrupación Musical Virgen de los Reyes, que tras el Himno Nacional interpretó "Y al tercer día", seguida de "La soledad del Cautivo". Tras una pausada revirá, el paso, al compás de la composición musical, avanzó poderoso hacia Albérchigo, arrancando los primeros aplausos de la tarde.
Debido a los lazos de unión que se establecieron el año pasado entre Torreblanca y la Resurrección, al cederle ésta a la primera su templo de Santa Marina para la salida del misterio en el Vía Crucis del Año de la Fe, una representación de cada una iba a figurar en el cortejo de la contraria, como estaba previsto que ocurriera ya en 2013, aunque ninguna de las dos hermandades pudo salir por la lluvia. Así, se pudo ver a varios nazarenos blancos de la Resurrección con su estandarte corporativo justo delante del nuevo estandarte de Torreblanca, bordado por José Antonio Grande de León, con asta de Orfebrería Andaluza y una miniatura de San Antonio de Padua, de Salvador Madroñal.
Seguidamente se produjo la salida del paso de palio de María Santísima de los Dolores, que el pasado año celebró el 25 aniversario de su bendición. Estrenaba saya bordada en oro sobre tisú de plata, de Grande de León. Unas generosas jarras de claveles blancos colocados al tradicional estilo de bola de helado adornaban los laterales del paso, flor, como ya dijimos, muy presente en los pasos de palio en 2014. La Banda de Música de las Nieves de Olivares tocó, como anticipo de Domingo de Ramos, "Virgen de la Estrella" cuando el paso estaba ya en la calle.
Bastante público seguía al Cautivo por las calles de Torreblanca, cuyo paso se caracteriza por una muy buena forma de andar. Tras dejar atrás la Plaza del Platanero, y antes de alcanzar la Plaza de las Acacias y pasar por delante de la fachada principal de la parroquia, tuvo lugar un pequeño incidente cuando, tras una levantá, la potencia central del Cautivo salió volando y cayó a sus pies. Ello obligó a detener el paso para que un hermano subiera a colocársela de nuevo.
Por la Plaza del Platanero, sin sombra alguna, la Virgen de los Dolores pasó con celeridad, aunque antes de abandonarla hubo tiempo para una saeta cantada por un hombre desde la calzada, delante mismo del paso de palio.
En otro barrio alejadísimo del centro, el Parque Alcosa, también los vecinos vivían un día de auténtica fiesta con la Hermandad del Divino Perdón, que, por segundo año, sacó a las calles a sus dos titulares. En primer lugar, la bellísima imagen de Nuestro Padre Jesús del Divino Perdón, que iba sobre su pequeño paso con faroles de plata, monte de claveles rojos y jarras con algunos lirios morados salpicados sobre los claveles y en las esquinas, junto a los Evangelistas.
Otra agrupación musical, en este caso la de la Estrella de Dos Hermanas, fue un año más la encargada de poner sus sones a este Nazareno que carga su cruz por las calles de un barrio al que también llega cada año la Semana Santa, con elegantes nazarenos de túnica morada, antifaz y capa negros que realizan una larga estación de penitencia.
Detrás, el paso de palio de la Virgen de la Purísima Concepción, obra de José Antonio Navarro Arteaga, como el Nazareno del Divino Perdón. Tras la cesión el año pasado del antiguo manto de la Virgen de Consolación, de la Hermandad de la Sed, este año la hermandad de Alcosa ha estrenado un manto azul de Manuel Solano que, curiosamente, tiene una tonalidad muy similar a la del nuevo manto de la dolorosa de la Sed.
La Sociedad Filarmónica de Pilas, recuperada para la Semana Santa de Sevilla por la Hermandad del Divino Perdón, fue de nuevo la encargada de acompañar musicalmente a este paso, que contaba con rosas en las jarritas delanteras y, otro palio más, claveles blancos en las laterales.
La Hermandad del Divino Perdón tiene en la Parroquia de los Desamparados su "catedral", el templo al que va a realizar su estación de penitencia. Allí la espera cada año la Hermandad de los Desamparados, cuya dolorosa titular fue colocada en la puerta de salida, sobre los respiraderos de su paso, entre candeleros y vestida de hebrea, en tanto que sus hermanos recibían a la corporación penitencial del barrio con su estandarte corporativo y varas.
El paso del Señor del Divino Perdón se volvió ante la Virgen de los Desamparados a los sones de diferentes marchas de la Agrupación de la Estrella, antes de seguir su camino por las calles del Parque Alcosa.
Lo mismo hizo el paso de palio de la Purísima Concepción, que llegó a la Parroquia de los Desamparados con la marcha "Reina de Triana". Tras la parada ante el templo, sonó dos veces "Pasa la Virgen Macarena", con la que la dolorosa de Navarro Arteaga continuó de regreso hasta su templo para completar su segunda salida siguiendo los pasos del Divino Perdón.
También se celebraba una segunda salida en San José Obrero, en este caso de la cofradía en su conjunto con carácter penitencial. Este año sin retrasos ni amenazas de lluvia. Nuestro Padre Jesús de la Caridad estrenaba potencias de salida, de Miguel Ángel Alonso. En cuanto al paso, repitió exorno floral de especies silvestres combinadas con un monte de corcho de los que en décadas pasadas se veían con mucha asiduidad en los pasos, principalmente de los crucificados.
Detrás del paso, que en su estación de penitencia va callejeando por las inmediaciones de la calle Arroyo, iba nuevamente la Agrupación Musical Nuestro Padre Jesús de la Salud, de los Gitanos. El imaginero Fernando Aguado, autor tanto del Nazareno como del Cirineo estrenado el año pasado, seguía por las calles a sus imágenes disfrutando como un cofrade más.
La Virgen de los Dolores, la primera imagen salida de las gubias de Luis Álvarez Duarte cuando era aún un niño, venía detrás, acompañada de la Banda de Música Virgen del Castillo, de Lebrija. Estrenaba este paso de palio azul, aún sin bordados, la pintura de la gloria del techo, obra de Luis Rizo, que representa a la Sagrada Familia.
Además de las rosas blancas y otras flores que se podían ver en la delantera, las jarras laterales llevaban, aunque parezca una insistente repetición, grandes piñas con claveles blancos.
Y de San José Obrero a Ciudad Jardín, donde recorría sus últimas calles la Agrupación Parroquial de la Milagrosa, cuya situación interna está haciendo desconfiar al Arzobispado, que se resiste a aprobar su conversión en hermandad de penitencia.
Allí gana cada año seguidores el impresionante paso de misterio de Nuestro Padre Jesús de la Esperanza en el Puente Cedrón, con el Señor vestido este año con túnica blanca. Los muchísimos seguidores que tiene este paso buscan en su mayoría deleitarse con los movimientos, muy lucidos y trabajados, de sus costaleros, al son de las marchas que interpreta la magistral Agrupación Musical Nuestro Padre Jesús de la Redención.
Pero todos ellos, los que disfrutan con cada chicotá haciendo difícil incluso caminar por la amplia Avenida de Ciudad Jardín, ¿se paran realmente a observar todos los detalles de este misterio de Navarro Arteaga, tan lleno de curiosidades? ¿Entienden todo lo que está ocurriendo en este paso? ¿El papel de cada personaje? ¿El simbolismo del tan comentado y esperado perro que sujeta el niño en la trasera? A veces convendría buscar más la profundidad, el mensaje de cada escena. Y este conjunto escultórico, pese a ser tan reciente, es uno de los que más pueden llegar a tocar la fibra sensible, la de la fe y la devoción, si se sabe ver más allá de costeros, izquierdazos y pasitos atrás.
La Virgen del Rosario pudo estrenar por fin en la calle su nuevo paso de palio, de otomán burdeos, con la caída frontal bordada en un estilo basado en la azulejería del palacio de Topkapi, en Estambul. Se trata de un diseño muy original de Joaquín Salcedo, autor también de los trabajos de bordado.
Se puede decir que la Milagrosa ha ganado mucho con este nuevo palio para la dolorosa de Francisco Buiza, junto con el manto a juego. También fue novedad la reforma de los respiraderos, que ahora son más anchos para adaptarse a las nuevas dimensiones del palio. La Virgen del Rosario llevaba también la saya bordada por Salcedo sobre tisú dorado, realizada a partir de una antigua casulla de mediados del siglo XX del que fuera párroco de la Milagrosa, Antonio Pérez Delgado.
Grandes rosas blancas, colocadas de forma cónica en las jarras laterales, conformaron el exorno floral de este palio, que tuvo el acompañamiento musical de la Banda Municipal de Rota y que entró de nuevo en la Parroquia de la Milagrosa cuando pasaban algunos minutos de la una de la madrugada del ya Domingo de Ramos.
Las vísperas llegaban a su fin. Cuatro cofradías acababan de anunciar que, ahora sí, la Semana Santa 2014 estaba a punto de comenzar. Se anunciaba una jornada inaugural que nada tendría que ver en lo meteorológico con la de los dos últimos años. En el barrio del Porvenir, las limpias y planchadas túnicas blancas esperaban impacientes el momento de dar inicio a la semana más hermosa...
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