En cualquier caso, son más quienes hablan sencillamente de la Hermandad del Santo Crucifijo, que hunde sus raíces en 1573 en el Monasterio de Guía, aunque posteriormente pasaría por San Agustín y San Miguel, donde quedó definitivamente establecida.
La historia de esta hermandad está llena de momentos en los que prácticamente quedó sin vida, como ocurrió ya en el siglo XIX, hasta que en 1928 se refundó gracias a un grupo de fieles.
El titular que da nombre a la hermandad es el Santo Crucifijo de la Salud, uno de los crucificados más impresionantes de la Semana Santa jerezana, obra del siglo XVII atribuida con fundamento a José de Arce, imaginero flamenco que en Sevilla fue discípulo de Martínez Montañés y autor de la imagen de Nuestro Padre Jesús de las Penas de la hermandad trianera de la Estrella.
Santo Crucifijo de la Salud, obra de José de Arce del siglo XVII.
El Santo Crucifijo de la Salud sale a las calles cada Madrugá sobre un paso de estilo neobarroco tallado por Francisco Ruiz, 'Currito el Dorador', en 1945. Aquí encontramos otra destacada influencia sevillana, ya que el paso se inspira claramente en el del Santísimo Cristo del Amor, realizado por Francisco Antonio Gijón en 1694. Hay que tener en cuenta que el propio 'Currito el Dorador' participó en 1940, junto a José Carrera Baena, en los trabajos de ampliación del paso del Cristo del Amor, por lo que lo tenía bien presente cuando recibió el encargo de la hermandad jerezana.
A la izquierda, el paso del Santo Crucifijo de la Salud (Foto: reporterosjerez.com) y a la derecha, el paso del Santísimo Cristo del Amor (Foto: lagubiayeltas.us)
Sin embargo, lo más interesante desde el punto de vista de la influencia que Sevilla ha ejercido y ejerce sobre la Semana Santa jerezana la encontramos en el paso de palio de María Santísima de la Encarnación, obra de 1929 de Antonio Castillo Lastrucci, encargada por la hermandad al imaginero sevillano en pleno proceso de reorganización de la cofradía.
María Santísima de la Encarnación, obra de Castillo Lastrucci.
La Virgen de la Encarnación cuenta con un paso de palio excepcional salido del taller de Juan Manuel Rodríguez Ojeda, consistente en palio, techo y manto, todos ellos bordados en oro sobre terciopelo burdeos, aunque el manto tuvo que ser concluido por José Guillermo Carrasquilla tras la muerte de Rodríguez Ojeda en 1930.
Las caídas del palio se concibieron de cajón, aunque con una parte inferior polilobulada. Lo curioso es que no era la primera vez que Rodríguez Ojeda realizaba un dibujo de bordados como el de este palio jerezano. No era ni siquiera la segunda vez, sino la tercera.
En 1903 se estrenaba el palio de María Santísima del Mayor Dolor y Traspaso, de la Hermandad del Gran Poder. Y tres años después, el de María Santísima de la Hiniesta. En ambos casos, el diseño, centrado en las muy utilizadas por Ojeda urnas funerarias y con una serie de roleos hacia cada uno de los lados de las caídas frontal y trasera, es el mismo, aunque en el caso del palio de la Hiniesta fue posteriormente muy modificado y ampliado.
En 1930, se repite el diseño en el palio de la Encarnación en lo que se refiere al dibujo central, es decir, obviando las cenefas superior e inferior de cada uno de estos tres palios. Además, el parecido entre los palios de la Encarnación y la Hiniesta era antes mucho mayor, ya que en su origen este último contaba con una cenefa inferior polilobulada, como en el caso del palio jerezano.
De arriba a abajo, las caídas de los palios del Mayor Dolor y Traspaso, la Hiniesta y la Encarnación de Jerez, con un dibujo central prácticamente calcado en los tres casos.
Por completar la información referente al paso de palio de María Santísima de la Encarnación, hay que señalar que cuenta con respiraderos, varales, jarras y candelabros de cola de Eduardo y Manuel Seco, y candelería de Manuel de los Ríos. En cuanto a la corona, está realizada en oro por Fernando Marmolejo. El resultado es uno de los pasos de palio más interesantes de la Semana Santa de Jerez.
Paso de palio de María Santísima de la Encarnación.
Para terminar, hay que señalar que la cofradía del Santo Crucifijo cuenta en su cortejo con el estandarte Mater Ecclesiae, que está presidido por una imagen de la Virgen de los Reyes, patrona de Sevilla y su archidiócesis, a la cual perteneció hasta 1980 la actual Diócesis de Asidonia-Jerez.
Una hermandad, la del Santo Crucifijo de la Salud, llena de auténticos tesoros artísticos y devocionales, como también es un tesoro la Parroquia de San Miguel, donde la cofradía tiene su sede; uno de los templos imprescindibles de la ciudad gaditana cuyos alrededores, completamente a oscuras, enmudecen a la una y media de la madrugada del Viernes Santo cuando la cruz de guía se pone en camino.
Parroquia de San Miguel.
El palio de la Virgen de la Encarnación sólo tiene un referente o paralelismo. La única similitud es con el palio de Juan Manuel de la Hiniesta, pero no el actual sino uno de los proyectados que no se llegó a bordar pero que saliendo liso a la calle se le adivinaban sus perfiles (que se quemó junto a muchos enseres). Es el conocido palio de perfil de castillete, que tenía los mismos perfiles que las actuales caídas de la corporación jerezana. Creo que ese intercambio de Sevilla y Jerez es mucho más grande que el estético y mucho más de ida y vuelta de lo que pudiera parecer. Es injusto comparar el conjunto de la Esperanza de San Francisco y la O (cuando el conjunto de la dolorosa jerezana es mucho más airoso. armonioso y creado en un solo proyecto). Igual que el palio de la Yedra que es obra insigne del taller (1947) puede tener un aire por ser el mismo taller y si miras los datos en el libro del Taller de Caro de Juan Carrero podrás ver que en el conjunto de manto con palio de la Yedra pone obra insigne y obra emblemática del taller (sólo usa esos términos en el libro en muy pocas piezas... manto de la Coronación de la Macarena, conjunto del palio de los Dolores de Málaga o el palio de los Estudiantes, conjunto del Desamparo de Jerez...)
ResponderEliminarNo soy de Sevilla ni soy de Jerez. Soy costalero de algunas Hermandades en Sevilla y también lo he sido en Jerez. Y creo que en esos años de dificulta de posguerra en Sevilla Jerez mantenía industria que lo hacían rico (con la dificultad y protección a muchos empresarios del vino). La relación era de los flamencos, de los trabajadores de la campiña sevillana en la vid y esa sinergia que produce la necesidad. Es un tema interesante pero los Señores en Jerez tenían mucho dinero y las obras de envergadura y las compradas de segunda mano hablan del poderío económico.
Por cierto muero con Sevilla y Jerez jeje pero reconozco que ´la originalidad de la Semana santa sevillana está influenciada por pueblos y ciudades de toda la Baja Andalucía que ha trasladado costumbres originales en pueblo (O no es la Semana Santa de Alcalá del Río un rico salto al pasado o no preserva la Semana Santa de Jerez un ambiente de calle cercano a la Sevilla de los 60/70