A las cinco y media de la tarde mucha gente se agolpaba a las puertas de la iglesia conventual del Santo Ángel; y es que año tras año esta salida procesional concita a un mayor número de cofrades durante la totalidad de su céntrico itinerario. Esto, con calles peatonales prácticamente todo el recorrido, unido al cómodo horario de la procesión y a las ganas de cofradías que hay tras el ya lejano periodo de las Glorias, hace que el seguimiento sea muy elevado.
La cruz alzada y ciriales abrían el cortejo procesional al que, como cada año, se sumaron los grupos jóvenes de un buen número de hermandades tanto de Sevilla como de la provincia. De la capital pudimos ver entre otros, a los de Pasión y Muerte, San José Obrero, la Estrella, el Beso de Judas, la Bofetá, el Carmen Doloroso, la Sed, los Panaderos, los Negritos, la Esperanza de Triana, la Carretería y la O.
Una vez en la calle, el Himno Nacional interpretado por la Agrupación Musical Santa María Magdalena nos evocó el aún lejano Domingo de Ramos en San Julián y, como comentaban dos hombres en ese momento, la Semana Santa de hace unas cuantas décadas. "¿Te acuerdas cuando San Benito llevaba a Arahal? Eso era maravilloso", decía uno. "Bueno, pero San Benito ha conseguido hacer una buena agrupación", contestaba el otro, a lo que el primero respondía: "También, también".
Una vez en la calle, el paso buscó la Plaza de la Magdalena, único punto del recorrido en el que la Policía Local tuvo que controlar el tráfico, y sólo por un momento, dado que el cortejo se introdujo por José de Velilla e Itálica, y a partir de ahí sólo hubo calles peatonales para el cortejo.
La agrupación arahalense comenzó un largo y variado repertorio que incluyó composiciones clásicas, como "Cerca de ti", "Cantemos al amor de los amores", "Virgen de las Angustias" o "Cristo de San Julián", junto a otras más nuevas, como "La herencia del maestro", que sonó en varias ocasiones y que está dedicada a quien fuera director y fundador de la formación musical, Manuel Rodríguez Ruiz. Al padre Juan Dobado, que formaba parte de la presidencia del paso, le llamó la atención esta marcha y preguntó por ella a un cofrade. Le pareció que era muy apropiada para el paso del Niño Jesús.
El fiscal de paso pedía algo más de celeridad al capataz, José Manuel Palomo, porque parece que la procesión iba con un cierto retraso. Por delante estaba la Campana, o lo que es lo mismo, "la primera de 2015 en la carrera oficial", como afirmó un costalero que en ese momento no iba bajo el paso.
Este año el cortejo ha discurrido por el acerado de la plaza en lugar de por la calzada, por lo que el Niño Jesús de Praga pasó junto a los coches y autobuses que se encontraban en la zona. "Santísimo Cristo de la Buena Muerte" fue la marcha que sonó en esta 'entrada en Campana' tan particular. Después, por Sierpes, el paso seguiría con "Cristo de las Cinco Llagas".
Eran los últimos metros del recorrido y seguía habiendo una gran cantidad de personas junto al cortejo procesional. Ya en Rioja, la Agrupación Musical Santa María Magdalena de Arahal volvió a interpretar "La herencia del maestro", que se convirtió en la improvisada banda sonora con la que se encontró la dependienta de un comercio textil mientras cerraba la persiana.
Posteriormente, la banda tocó "Perdona a tu pueblo", con la que el paso entró en el Santo Ángel. Dentro, tras el Himno, sonó una marcha más mientras el Niño Jesús de Praga se acercaba hasta el presbiterio. Fue "Pescador de hombres", composición muy acorde con la lectura del Evangelio de este domingo.
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