BESAMANOS A NUESTRA SEÑORA DE LOS DOLORES DEL CERRO DEL ÁGUILA

Vestida completamente de azul oscuro, con manto de camarín y saya de Francisco Carrera, pero con una tonalidad que en la distancia parece negra, se presenta desde el sábado y hasta hoy, lunes, Nuestra Señora de los Dolores del Cerro del Águila en su besamanos, cierre de los cultos anuales en su honor.
Así, sobre su habitual peana de madera tallada y dorada con jarras incorporadas en cada lado, vemos a la Reina del Cerro, que ofrece a besar su mano derecha, mientras con la izquierda sostiene el rosario de Marmolejo. Luce la corona de oro, de los Hermanos Delgado, al tiempo que sobre el pecherín observamos el puñal de plata dorada donado por las hermandades del Martes Santo en 2013, el broche con su advocación y la cruz pectoral de oro, esmeraldas y zafiros de Joyería Ignacio.
En las jarras de la peana, así como en las distribuidas por todo el presbiterio, vemos flores de diversas especies de tonalidad rosa y blanca. Además, flanquean a la dolorosa los ángeles ceriferarios de orfebrería que figuran entre los varales de su paso de palio.
Al fondo, tapando el camarín desde el que la Virgen de los Dolores preside su parroquia, se encuentra el enorme dosel de cultos de la hermandad con dos jarras a cada lado y con cinco candeleros plateados con guardabrisas en los extremos.