Las complejidad de las obras de restauración de la Capilla de las Mercedes de la Puerta Real han obligado a su hermandad a realizar por segundo año su salida procesional desde la Parroquia de San Vicente, donde la Virgen lleva residiendo durante todo este último año.
Fue el pasado sábado, que coincidió además con el día de su festividad, cuando la cofradía realizó su salida, aunque este año no se quedaron fuera del itinerario los famosos callejones por los que no discurrió la Virgen de las Mercedes en 2015.
De hecho, nada más salir, fue precisamente hacia estas estrechas calles, discurriendo por Alfaqueque, Mendoza Ríos y Redes, que se encontraban perfectamente engalanadas para la ocasión. Después, la Virgen tomó Alfonso XII hacia Bailén y Cepeda, saliendo nuevamente a Alfonso XII en torno a las nueve y media de la noche.
El cortejo estaba encabezado por la cruz de guía entre faroles, tras la que iban varias parejas de hermanos con cirios, el libro de reglas y las representaciones de las hermandades del Museo y las Siete Palabras. Finalmente, el propio estandarte corporativo de la cofradía de la Puerta Real, la presidencia y el cuerpo de acólitos.
José Monge y Francisco Loza volvieron a ejercer de capataces del paso de la Virgen de las Mercedes, que caminó por la calle Cepeda a los sones de "Pasa la Virgen Macarena". Venía de nuevo este año la Virgen vestida por completo de blanco, color característico del hábito mercedario que también vestía el Niño Jesús que se sitúa en la delantera del paso, entre dos faroles de plata. El exorno floral se componía de claveles blancos y nardos.
Al salir de Cepeda, el paso dio una lenta revirá a Alfonso XII mientras la Banda Municipal de Música de La Puebla del Río interpretaba la marcha "Rocío". Posteriormente, los capataces hablaban entre ellos de si el paso debía acercarse hasta la puerta de la Capilla del Museo, si había algún obstáculo en la calle que lo impidiera y de si había que entrar en la capilla. Despejadas todas las dudas, la Virgen de las Mercedes se encaminó hacía el pequeño templo donde Cristo expira con la Virgen de las Aguas a sus pies. Sonó en ese momento "Esperanza Marinera" y, cuando el paso alcanzó la capilla, la Virgen de las Mercedes recibió de los cofrades del Museo una ofrenda floral.
Finalizada la visita a la Hermandad del Museo, la Virgen de las Mercedes continuó su recorrido de regreso a San Vicente, ahora con la marcha "Virgen de las Aguas". Con ella, el paso fue girando ante la puerta de la capilla como hace cada año en su entrada el último palio del Lunes Santo.
Cuando se completó el giro, el paso avanzó hacia la calle San Vicente, aunque antes se detuvo, por lo que la Banda de La Puebla cortó la segunda interpretación de la marcha de Santiago Ramos. Hay que señalar que se pidió a los componentes de la banda, cuando el paso estaba ante la Capilla del Museo, que se situaran delante del azulejo del Cristo de la Expiración y la Virgen de las Aguas para que, con el cortejo metido ya en la calle San Vicente, los coches pudieran seguir circulando por Alfonso XII. Como ya comentábamos en la crónica de la salida de la Hermandad de los Sastres (ver), las cofradías parecen haber sido avisadas de la importancia de no dificultar mucho más de lo necesario la movilidad en las calles por las que van pasando.
Y precisamente también para despejar lo antes posible la calle Alfonso XII, el paso de la Virgen de las Mercedes caminó con celeridad y a tambor desde la Plaza del Museo hasta bien entrada la calle San Vicente, donde después, ya con más calma, se pudo escuchar la marcha "Hosanna in excelsis" antes de que el paso llegara hasta el Convento de las Siervas de Jesús, desde cuyo balcón una monja lanzó pétalos sobre el paso, al tiempo que otra, más joven, registraba todo lo que pasaba con una tablet, dando lugar a una curiosa imagen.
Desde la puerta del convento, otras religiosas cantaron la Salve a la Virgen de las Mercedes, para la que el convento se había engalanado con colgaduras y hasta con la talla de una pequeña Virgen.
“Encarnación Coronada” sonó para que la Virgen de las
Mercedes se despidiera del Convento de las Siervas de Jesús. La religiosa
encargada de arrojar los pétalos puso empeño en cantar la parte del Ave María
de esta composición, demostrando una inmensa alegría por haber recibido la
visita de la Virgen que estuvo residiendo con ellas durante un tiempo cuando se
cerró por obras la capilla el año pasado y antes de que pasara a San Vicente.
La imagen que sí continúa con ellas es la del Santísimo Cristo de la
Redención.
Más adelante, ya cerca del final de esta salida procesional,
sonó la marcha “Merced” para el giro a Cardenal Cisneros, donde a continuación
la Banda de La Puebla del Río tocó “Mercedes Coronada de la Puerta Real”, con la
que el paso llegó a la puerta de San Vicente.
El paso se detuvo y, antes de que se levantara, la banda
comenzó a tocar “Como tú ninguna”, marcha con la que la Virgen comenzó su
entrada y que fue sustituida por el Himno Nacional antes de que se hubiera
completado la partitura.
Ya dentro del templo, el paso fue conducido hasta los pies
de la nave de la Epístola, ante el altar de la Virgen de los Desamparados, y se
rezaron las oraciones finales, dedicadas en esta ocasión a todos los refugiados
que buscan escapar de la guerra y encontrar una vida mejor.
Eran las once de la noche y la Hermandad de las Mercedes de
la Puerta Real acababa de terminar su segunda salida procesional desde la
Parroquia de San Vicente, feligresía a la que pertenece su capilla, que pronto
esperamos ver abierta de nuevo al culto.
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