LAS MERCEDES DE SANTA GENOVEVA, CON EL MANTO CELESTE MACARENO

Durante toda la jornada de este sábado, Nuestra Señora de las Mercedes, de la Hermandad de Santa Genoveva, permanece expuesta en besamanos coincidiendo con el día de su festividad. Este año, la dolorosa del Tiro de Línea se muestra a los fieles ataviada con el manto celeste de camarín de la Esperanza Macarena. Si hace unos días recordábamos en este blog el préstamo del manto camaronero para la salida extraordinaria del 50 aniversario de la hermandad (ver), hoy podemos ver de nuevo a la Virgen de las Mercedes con un manto procedente de su hermandad madrina.
Combina el manto celeste con una saya de tisú bordada en oro y un fajín de llamativos tonos azules, del que pende en la cintura una medalla con el escudo de la hermandad. Luce además su corona de salida, mientras que sobre el pecherín destacan el emblema de la Orden Mercedaria, un broche con su advocación y la réplica de la Medalla de la Ciudad ofrendada a la hermandad por el Ayuntamiento al estar la Virgen de las Mercedes coronada canónicamente.
Por otra parte, hay que indicar que la Virgen, que está elevada sobre una fina peana de plata, porta un rosario en la mano izquierda mientras da a besar la derecha, y en el suelo, a cada lado del manto, se encuentran dos de los ángeles del paso de Nuestro Padre Jesús Cautivo.
Flanquean a la dolorosa de José Paz Vélez dos grandes blandones dorados con cirios blancos y dos columnas que sujetan sendas jarras con rosas blancas y paniculata que contrastan con otras especies de tonos morados.
Al fondo, con el Cautivo presidiendo desde su camarín el retablo, vemos un dosel rematado por la parte frontal de la crestería del paso del Cristo y una gotera de terciopelo burdeos con flecos dorados. Ante el dosel se encuentra el guión de la coronación canónica. A cada lado del dosel están dos de los candelabros del paso de la Milagrosa de la propia Parroquia de Santa Genoveva entre candeleros del paso de palio de la Virgen de las Mercedes con cera blanca y más jarras, dos de las cuales ocupan, junto a otros candeleros, jarritas y guardabrisas, los lugares de culto habitual de la dolorosa y de San Juan Evangelista.
Durante el besamanos, todo el que lo desee puede donar alimentos que serán repartidos entre personas necesitadas. Se depositan todos en el lado derecho del presbiterio, justo antes de subir la rampa de acceso para besar las manos de la Virgen.