La Hermandad de Monte-Sión celebra desde hoy, viernes, y hasta el próximo domingo, el besamanos anual a María Santísima del Rosario Coronada, que se presenta a los devotos en su capilla de la calle Feria sobre una doble peana: una primera de madera tallada y policromada con cuatro candelabros dorados adosados, y una segunda de plata más pequeña con el escudo de la corporación en el centro y una llamativa media luna con un rosario en cada extremo.
Para este besamanos, la Virgen del Rosario viste manto de terciopelo negro bordado en oro, así como la saya de tisú de Sobrinos de Caro, dos prendas habituales en el tradicional rosario de la aurora de cada 1 de noviembre.
Además, luce la corona de oro, un puñal y un pequeño broche en el centro del pecherín. En la cintura tiene la réplica de la Medalla de la Ciudad, entregada por el Ayuntamiento con motivo de su Coronación Canónica en 2004, y lleva también un fajín de varios colores. En la mano izquierda tiene un pañuelo de encaje y dos rosarios, mientras que en la derecha, que es la que da a besar, tiene otro rosario.
Flanquean a la dolorosa de Monte-Sión dos de las jarras de su paso de palio elevadas sobre columnas con decoración pictórica. Las flores, de diversas especies, son todas blancas y están también presentes en un gran centro delante de la Virgen. Además, hay varias rosas blancas colocadas sobre la peana de madera.
Detrás de la Virgen del Rosario, con el retablo de la capilla cubierto por un alto cortinaje de damasco rojo, vemos un tapiz con la heráldica de la hermandad, y a ambos lados unos candelabros de plata con cera blanca y unos manifestadores pintados en cuyas goteras puede leerse "Christus factus est" y "Sine labe concepta". Ante ellos hay diversos objetos litúrgicos, así como varios ramos de llamativas flores de talco.
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