La Hermandad de las Aguas ha iniciado esta tarde los actos conmemorativos del 50 aniversario de María Santísima de Guadalupe con su traslado la Parroquia del Sagrario, donde mañana, sábado, y el domingo se celebrará un besamanos extraordinario, y el domingo, además, la función solemne conmemorativa del acto de bendición que tuvo lugar en 1967.
Pasados algunos minutos de las seis de la tarde se abrían las puertas de la Capilla del Rosario para la salida del breve cortejo, compuesto por la cruz alzada entre ciriales, el estandarte corporativo y el cuerpo de acólitos, tras el que iba la Virgen de Guadalupe llevada en andas por hermanos de esta cofradía del Lunes Santo.
En el momento de la salida, algunos de los presentes comenzaron a cantar la Salve, aunque el silencio iba a ser la nota dominante durante todo el traslado.
La Virgen de Guadalupe vestía un manto de camarín de color azul bordado en oro perteneciente al ajuar de Nuestra Señora de los Ángeles, de la Hermandad de los Negritos. Además, las andas contaban con dos de los candelabros del paso de la Virgen de la Cabeza de San Juan de la Palma y con el llamador del propio paso de palio de la dolorosa de Guadalupe. En cuanto al exorno floral, se componía de claveles blancos a lo largo del friso y las jarras, y rosas blancas en las esquinas delanteras.
La Virgen de Guadalupe salió del atrio de su capilla, que tenía unas colgaduras con los colores celeste y blanco, y una gran fotografía de la dolorosa tomada hace cincuenta años. A continuación, tomó la calle Dos de Mayo de camino hacia el Postigo del Aceite.
La Virgen de Guadalupe, que lucía la corona procesional y un nuevo puñal regalado por el grupo joven y realizado por Belén Hernández, se detuvo junto al azulejo que recuerda a Juan Carlos Montes, costalero del Cristo de las Aguas fallecido la noche del Lunes Santo de 1999. Los presentes rezaron en su memoria un Padre Nuestro.
Después, siguió hasta el Postigo, donde fue recibida por la Hermandad de la Pura y Limpia en la puerta de su capilla. Ante ella se volvió la dolorosa y cofrades y devotos cantaron la Salve.
Seguidamente, el cortejo continuó su camino hacia Almirantazgo, saliendo posteriormente a la Avenida de la Constitución una vez que pasaron dos tranvías, uno en cada sentido. Por la zona del carril bici, la Virgen de Guadalupe fue acercándose a la Parroquia del Sagrario, donde entró finalmente antes de las siete de la tarde.
Ya en el interior de la Parroquia del Sagrario, la Virgen de Guadalupe fue conducida hasta el presbiterio hasta quedar parada en el lado derecho. Acto seguido, el párroco, Manuel Cotrino, cerró el acto iniciando el rezo de la Salve y pidiendo: "Santa María de Guadalupe, ruega por nosotros".
Así ha comenzado un fin de semana de verdadera celebración para la Hermandad de las Aguas, cuyos hermanos llevan ya medio siglo de devoción a la dolorosa con advocación extremeña y mexicana.
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