La Hermandad del Carmen de Calatrava vivió este sábado su característica procesión fluvial por el Guadalquivir, surcando el tramo del río que separa el puente de la Barqueta de la pasarela de la Cartuja sobre una barca en la que estuvo acompañada por el hermano mayor, Pedro Sánchez Pérez, varios miembros de la hermandad, representantes de la Marina y el capataz Antonio Santiago. Y siguiéndola desde la orilla, la Banda de Música María Santísima de la Victoria, de Las Cigarreras, y un buen número de devotos y cofrades.
Pasaban algunos minutos de las ocho de la tarde cuando comenzó el traslado desde la capilla de la calle Calatrava, no sin antes dirigir el párroco de Omnium Sanctorum, Pedro Juan Álvarez Barrera, un Padre Nuestro y una Salve por los hermanos difuntos. Hay que señalar en este punto que la hermandad ha decidido con acierto retrasar en media hora este año la procesión fluvial. Cualquier retraso, por pequeño que sea, implica reducir la estancia al aire libre en horas de sol, lo que en plena ola de calor es de agradecer.
Una hermana encabezaba el brevísimo cortejo de traslado portando la corona de laurel que posteriormente sería lanzada al agua en el homenaje a los marineros difuntos. La Virgen del Carmen salió de la capilla llevada en sus habituales andas, adornadas en este caso por lisiantum, margaritas, rosas y lilium, además de por la tradicional red de pesca colgando ante los faldones de damasco rojo. Dos candelabros con tres guardabrisas en las esquinas delanteras y dos guardabrisas más en la trasera iluminarían más tarde las andas, sobre las que la Virgen de Cristóbal Ramos vestía un manto con decoración pintada que incluye el escudo de Sevilla en la parte de atrás.
En el momento de la salida, la Banda de Las Cigarreras tocó el Himno de España, seguido a continuación por la marcha "Carmen de Calatrava". Más adelante sonaría "La Estrella Sublime" antes de llegar a la Puerta de la Barqueta.
Fue un traslado rápido, sobre todo en el momento del cruce de la calle Torneo, controlado por la Policía Local y Protección Civil, para evitar cortar el tráfico de esta importante vía demasiado tiempo. Ya al otro lado de la calle, la banda interpretó "Madre de costaleros", marcha con la que las andas se volvieron para que desde la otra acera de Torneo las hermanas del Convento de San Clemente, asomadas a una terraza de sus dependencias, no se tuvieran que conformar únicamente con ver la espalda de la Virgen. Desde la distancia, las religiosas cistercienses correspondieron el gesto con aplausos e incluso saludos con la mano a los cofrades.
A continuación, la Virgen del Carmen siguió su camino hacia
el río, bajando desde Torneo hasta el paseo Juan Carlos I con “Coronación de la
Macarena” y “Pasan los campanilleros”. Después, la Virgen alcanzó los bajos del
Puente de la Barqueta a la espera del momento del embarque, que llegó tras ser
la imagen desanclada de las andas.
Con mucho cuidado, la Virgen del Carmen fue bajada hasta el
pequeño pantalán ubicado bajo el puente y subida después a la barca, adornada
con banderas de España y con una tela con los colores carmelitas, marrón y
blanco, que rodeaba toda la embarcación. Incluso las flores que iban en las
andas fueron trasladadas a la barca para seguir adornando a la Virgen, a la que
en el momento del embarque la banda también le tocó el Himno Nacional. Con la Virgen
del Carmen ya en la barca, comenzó la travesía.
Se ha notado este año que la barca sobre la que iba la
Virgen del Carmen, tras alejarse del Puente de la Barqueta, ha intentado
navegar más cerca de la orilla izquierda del río, para que quienes acompañaban
a la Virgen por ella pudieran verla mejor. Además, de esta forma también llegarían con más nitidez a la
barca los sones de la Banda de Música de Las Cigarreras, que interpretó hasta la
pasarela de la Cartuja las marchas “Caridad del Guadalquivir”, “Virgen de los
Estudiantes” e “Hiniesta Coronada”.
Cerca ya de la pasarela, tuvo lugar el acto de homenaje a
los marineros difuntos, que consistió en la lectura de una oración en su
memoria por parte del hermano mayor de la hermandad y en el lanzamiento de la
corona de laurel. Después, varios cofrades cantaron una composición con la
melodía de “La saeta”, de Serrat, y seguidamente la barca con la Virgen pasó bajo la
pasarela al otro lado para girar mientras la banda tocaba “Encarnación Coronada”.
El final de la composición coincidió con el lanzamiento de numerosos pétalos
desde la pasarela sobre la Virgen del Carmen cuando había cruzado de nuevo
orientada ya para el regreso al puente de la Barqueta.
Otras tres marchas acompañaron desde la orilla el trayecto
de vuelta de la Virgen del Carmen a la Barqueta: “Madrugá Macarena”, “Hosanna
in excelsis” y “Madre Hiniesta”. A continuación, la barca fue amarrada al
pantalán y, tras pasar las flores de la barca de nuevo a la andas, se procedió
al desembarco de la Virgen, despidiéndose de ella la Banda de Las
Cigarreras tocando una vez más el Himno de España.
A partir de este punto, comenzó el traslado de regreso en
forma de rosario público. Tras las andas, la banda de música fue sustituida
por el coro de campanilleros de la Hermandad de San José Obrero, que fue
interpretando diferentes composiciones, basadas la mayoría de ellas en la
melodía de conocidas marchas procesionales.
La Virgen del Carmen recorrió algunos metros del paseo de
Juan Carlos I antes de subir hasta la calle Torneo cuando ya anochecía. De
nuevo el cortejo cruzó con celeridad hasta alcanzar la Puerta de la
Barqueta y continuar después por Calatrava. El recorrido de vuelta, sin
embargo, incluyó algunas calles del barrio, como el Pasaje Conde de la
Mejorada, donde se dio lectura al primero de los misterios del Rosario, en este
caso los misterios gozosos al ser sábado, siendo el primero la Encarnación del
Hijo de Dios.
El rezo del Rosario siguió después por el Pasaje del Marqués
de Esquivel y la calle Pacheco y Núñez del Prado, en cuyo número 29 una familia
había montado un altar para recibir a la Virgen del Carmen. Desde la azotea del
mismo inmueble se lanzó una importante petalada sobre las andas.
Tras dejar atrás Pacheco y Núñez del Prado, la Virgen del
Carmen salió a la Alameda de Hércules por la calle Peral, ya en la recta final
de este rosario público del que ya se habían rezado los cinco misterios.
Desde la Alameda, la Virgen alcanzó la calle Calatrava y
entró en su capilla minutos antes de las once y cuarto de la noche, siendo
conducida hasta el presbiterio seguida por el coro de San José Obrero, que
finalizó su labor con una última interpretación dedicada expresamente a la
Virgen del Carmen de Calatrava.
Con la Virgen del Carmen ya dentro de su capilla, tuvo lugar
la salutación a cargo del hermano de la cofradía Francisco Alcaide Garrido, y a
las doce de la noche los clarines de la Banda de Cornetas y Tambores de Nuestra
Señora del Sol anunciaron la llegada del 16 de julio, festividad de Nuestra
Señora del Carmen.
No hay comentarios:
Publicar un comentario