lunes, 9 de octubre de 2017
DIEZ HORAS DE PROCESIÓN DE TRASLADO DE LA VIRGEN DE LA SALUD A LA CATEDRAL
La Virgen de la Salud de San Gonzalo vivió el pasado sábado la primera de sus dos salidas extraordinarias con motivo de la Coronación Canónica. Hubo un tiempo en que las hermandades organizaban traslados a la Catedral por este motivo, y normalmente por el camino más corto, pero lo de San Gonzalo no puede calificarse como tal, sino como una verdadera procesión extraordinaria que, como era previsible, se alargó más de lo previsto rozando al final, en su llegada a la Catedral, las dos horas de retraso.
Para muchos, sin duda, eso fue lo de menos, ya que lo importante fue disfrutar junto a la Virgen de la Salud en una salida que, eso sí, sirvió para que muchos vecinos del Barrio León pudieran ver pasar por delante de sus casas a la dolorosa que, cuando sale el Lunes Santo, no recorre esas calles.
Con puntualidad, a las dos y media en punto de la tarde, se abrieron las puertas de la Parroquia de San Gonzalo y el cortejo comenzó a salir a una plaza que no estaba ni mucho menos a reventar, algo motivado por el excesivo calor, que hizo que la gente buscara la protección de la sombra de los naranjos apurando al máximo el momento de acercarse con la salida del palio, ya a las tres de la tarde.
Una alfombra de sales de colores adornaba el centro de la plaza, y todo el cortejo fue evitando pisarla antes de que lo hiciera la propia Virgen llevada por sus costaleros.
La Banda de Cornetas y Tambores de las Cigarreras iba delante de la cruz de guía, anticipando con sus sones la llegada del palio. Muchos hermanos con cirios blancos conformaron el acompañamiento a la Virgen de la Salud, en el que también estuvo el guión del grupo joven, la bandera concepcionista estrenada este mismo año y otra bandera de la Virgen, además de la representación de la Asociación de la Medalla Milagrosa de la parroquia y de la Hermandad de la Estrella justo antes del estandarte corporativo de la propia Hermandad de San Gonzalo y la presidencia.
Además, había otro detalle muy interesante, como fue la utilización de un cirial de cada una de las hermandades de penitencia de Triana (Pasión y Muerte, Cigarreras, la O, Cachorro, la Estrella y la Esperanza de Triana) delante del paso, de forma que todas estuvieran representadas en este traslado o salida extraordinaria a la Catedral.
La Banda de Música Santa Ana de Dos Hermanas estaba preparada junto a la puerta para acompañar a la Virgen de la Salud, a la que en primer lugar tocaron el Himno de España en el momento de la salida, y posteriormente la "Salve a Nuestra Señora de la Salud", que fue cantada por los hermanos y muchos de los presentes.
Antes de comenzar a pisar la alfombra de sales, el paso se detuvo y un hermano subió con una escalera para colocar las coronas que rematan las caídas frontal y trasera del palio, aunque posteriormente la delantera volvió a caer hacia atrás, obligando a subir de nuevo a asegurarla.
Los hermanos Jesús Manuel y Luis Miguel Garduño, capataces de los dos pasos de la hermandad, fueron los encargados de comandar el palio, dado que los costaleros del paso de misterio de Nuestro Padre Jesús en Su Soberano Poder, imagen ante la que la Virgen se volvió antes de salir, también participaron en el traslado.
Con la marcha "Salud de Triana", la dolorosa de Ortega Bru pasó sobre la alfombra de sales entre continuas palmas y algunos vivas. A continuación, el palio giró a la derecha hacia la calle Azucena a los sones de "Encarnación Coronada", pasando bajo las pancartas y colgaduras que los miembros del grupo joven habían preparado días atrás por un buen número de calles del barrio.
Después de ser subida a su paso de palio con diadema, la salida del sábado la realizó la Virgen de la Salud sin nada en la cabeza, a la espera de la imposición de la corona por parte del arzobispo, Juan José Asenjo, en el acto de su Coronación Canónica. Lo que sí llevaba eran algunos de los broches y medallas regalados por diversas hermandades e instituciones, además de la réplica de la Medalla de la Ciudad ofrecida por el Ayuntamiento la semana pasada, como hace con cada imagen de la Virgen que es coronada.
En cuanto al paso, llevó las antiguas jarras y un exorno floral muy clásico, a base de claveles blancos en las jarras y en el friso, además de nardos y gladiolos en las esquinas. Y entre la candelería, algunas más de las flores de cera que suele llevar en su estación de penitencia de cada Lunes Santo.
Desde Azucena, el paso de palio tomó la calle Giralda para girar después a su izquierda hacia la calle que lleva el nombre de la dolorosa, lo que hizo mientras la Banda de Santa Ana tocaba "Coronación de la Macarena". Seguidamente, la Virgen de la Salud salió a la Avenida de Coria con la marcha "Coronación", que se comenzó a tocar por segunda vez, aunque luego se interrumpió al completar el giro sin que el paso se hubiera parado. A la tozuda manía de cortar las marchas cuando los pasos se paran, se une algo aún más inexplicable: cortarlas sin que los pasos se detengan.
A un paso bastante lento, el palio fue avanzando bajo el intenso sol en dirección al asilo de Nuestra Señora de Consolación, en cuyo patio, perfectamente adornado, había un pasito con una imagen de la Virgen. Hasta el asilo entró la Virgen de la Salud con una doble interpretación de "Aires de Triana". Después, en el interior volvería a tocarse y a cantarse la "Salve a Nuestra Señora de la Salud".
Con "Madre Hiniesta", la Virgen de la Salud salió de la residencia de ancianos y giró a su derecha, exactamente en dirección contraria a la Catedral, para internarse de nuevo por las calles del Barrio León del que acababa de salir. El objetivo era visitar la Capilla del Rosario antes de emprender por Alvar Núñez y San Jacinto el camino hacia el puente.
Un gran ambiente de barrio es el que encontró la Virgen de la Salud en dirección a la capilla, con calles adornadas, carteles de la Coronación en algunos balcones, fotos de la Virgen de la Salud en otros y una gran expectación por ver a la dolorosa por unas calles por las que no transitaba desde la salida extraordinaria de 2005 (ver).
La banda de música no paraba de enlazar unas marchas con otras, como "La Estrella Sublime" en su llegada a la calle José León Sanz, "Candelaria" en el giro a Ángel Solans o "Virgen de los Reyes" al alcanzar Padre Maruri, calle en la que se encuentra la Capilla del Rosario, que estaba con las puertas de par en par dejando ver en su interior el paso aún completamente montado de la Virgen que recorrió el barrio el pasado día 1 (ver).
Ya en Padre Maruri, el paso de palio de la Virgen de la Salud avanzó hacia la capilla mientras la banda tocaba el "Ave María" de Caccini. El palio se volvió por completo quedándose las dos imágenes frente a frente en sus pasos y los presentes cantaron la Salve.
Tanto en la llegada de la Virgen de la Salud a la Capilla del Rosario como en el momento de seguir su camino, las campanas del pequeño templo repicaron. Después, con la marcha "Virgen de la Palma" el palio se marchó para abandonar su barrio cuando ya se acumulaban unos tres cuartos de hora de retraso.
El largo itinerario previsto para esta primera salida extraordinaria de la Virgen de la Salud por su Coronación Canónica estuvo lleno de paradas del paso de palio en distintos puntos, incluyendo además un giro de 360 grados en la Plaza de San Martín de Porres a modo de despedida del Barrio León hasta su regreso ya coronada.
El Hospital Infanta Luisa, la Capilla de la Estrella, la Capilla del Carmen del Puente, la del Baratillo y la de la Hermandad de la Carretería fueron puntos destacados antes de llegar al lugar donde se habían citado todos los hermanos mayores de las cofradías del Lunes Santo y el presidente del Consejo de Cofradías, Joaquín Sainz de la Maza. Este sitio no era otro que la Capilla del Rosario de la Hermandad de las Aguas, a la que la Virgen de la Salud llegó desde Rodo a Dos de Mayo a los sones de "Sevilla cofradiera".
Con esta composición de Pedro Gámez Laserna, el paso de palio se volvió hacia la puerta de la reja que da acceso al atrio de la capilla, donde la cofradía de las Aguas, con su estandarte corporativo, había salido a recibirlo. La Virgen de la Salud entró por completo en el atrio y no se detuvo hasta quedar parado frente a la misma puerta de la capilla. Al fondo se veía a la Virgen del Rosario, presidiendo como antiguamente el pequeño templo con motivo de su festividad. Por su parte, el Cristo de las Aguas, la Virgen de Guadalupe y San Juan estaban en el lado derecho de la capilla, y la Virgen del Mayor Dolor ocupaba el altar de Guadalupe en el lado izquierdo.
A continuación, el paso de palio se levantó y, mientras la Banda de Santa Ana volvía a interpretar el "Ave María" de Caccini, se introdujo por completo en la capilla, hasta quedar parado en medio de ésta. Después, antes de salir tal como había entrado, sin poder darse la vuelta por las reducidas dimensiones de la capilla, se volvió ligeramente primero a la derecha y luego a la izquierda para mirar hacia todos los titulares de la Hermandad de las Aguas.
No pudo faltar en el momento de la salida la interpretación de la marcha "Nuestra Señora de Guadalupe", con la que la Virgen de la Salud salió para continuar por la calle Dos de Mayo, en cuya esquina con Temprado se paró para que El Sacri le cantara, en pleno mes de octubre, una saeta.
Más adelante, quedaba la última de las visitas de esta procesión de traslado, como fue la Capilla de la Pura y Limpia del Postigo, que la Virgen de la Salud visita cada año en Semana Santa, aunque en dirección contraria, como fue el resto del recorrido hasta entrar en la Catedral.
Así, por Almirantazgo el paso de palio cruzó la Avenida de la Constitución hacia Fray Ceferino González, donde sonó "Hosanna in excelsis", pasando después por la Plaza del Triunfo a los sones de "Pasa la Virgen Macarena" y encaminándose después hacia la Plaza de la Virgen de los Reyes mientras se escuchaba "Cristo en la Alcazaba".
Ya en la Plaza de la Virgen de los Reyes, sólo quedaba el momento de la entrada en la Catedral por la Puerta de los Palos, lo que se produjo alrededor de una hora y tres cuartos más tarde de lo previsto. Poco importaba a los que estaban acompañando hasta el final a la dolorosa del Barrio León, que cantaron con fuerza la letra de la "Salve a Nuestra Señora de la Salud" cuando la tocó la banda de música mientras el palio atravesaba la reja previa a la puerta; composición que sonó y se cantó una segunda vez mientras la Virgen se daba la vuelta para entrar en el primer templo de la Archidiócesis mirando hacia la plaza, al tiempo que algunas de las campanas de la Giralda repicaban, aunque mucho más moderadamente de lo que lo harán cuando la Virgen de la Salud salga, ya coronada, el próximo sábado. Con el Himno de España, la Virgen accedió al interior de la Catedral.
Una vez dentro, la Virgen de la Salud fue llevada hasta la Capilla Real, ante cuya reja se paró el palio mirando a la Virgen de los Reyes. Posteriormente, sin dejar de mirar hacia la Patrona, se quedó finalmente detenido en la parte de detrás del altar mayor, donde se puso el punto final a este traslado de más de diez horas de duración cantando de nuevo, aunque ya sin música, la "Salve a Nuestra Señora de la Salud".
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