El Santísimo Cristo de las Tres Caídas, de la Hermandad de la Esperanza de Triana, concluye hoy el besamanos en su honor que se inició el pasado Miércoles de Ceniza; un culto para el que en esta ocasión está arropado por los dos ángeles mancebos ceriferarios que acompañan en su paso al Cristo de la Vera-Cruz cada Lunes Santo.
El Señor Caído de Triana, elevado sobre la peana de besamanos de la hermandad y sobre una estructura de terciopelo rojo que se adapta a los escalones del presbiterio de la Capilla de los Marineros, viste como en sus recientes cultos celebrados en la Parroquia de Santa Ana, a la que se trasladó el pasado 25 de febrero (ver). Así, luce la túnica de terciopelo burdeos estrenada en 2008 con el diseño de una antigua de Rodríguez Ojeda, así como las potencias de salida. Sobre el hombro izquierdo carga la cruz que lleva en su paso procesional, con dos ángeles también del paso dispuestos como cirineos.
Junto al Cristo de las Tres Caídas hay cuatro blandones de plata con cera blanca, dos a cada lado junto a los ángeles de la Vera-Cruz. Y ante éstos, sobre uno de los escalones, hay dos centros de claveles de tonalidad púrpura.
Todo el altar del besamanos está dispuesto sobre una alfombra que arranca a los pies del retablo mayor de la capilla, presidido por la Virgen de la Esperanza vestida de hebrea, donde vemos también diversas jarras del paso de palio con las mismas flores ya mencionadas, además de un buen número de candeleros con cirios de color blanco.
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