martes, 26 de febrero de 2019

EL CRISTO DE LAS TRES CAÍDAS FUE EN VÍA CRUCIS A SANTA ANA PARA SUS CULTOS


El Santísimo Cristo de las Tres Caídas fue trasladado anoche a la Parroquia de Santa Ana para la celebración del quinario en su honor. Durante el traslado, como es habitual, se rezó el vía crucis con las diferentes estaciones marcadas por cruces de penitentes cedidas por la Hermandad de la O.
Sobre sus andas, iluminadas en esta ocasión por cuatro candelabros de guardabrisas, el Señor cerraba un cortejo encabezado por una cruz alzada entre ciriales, a la que seguían varias parejas de hermanos con cirios rojos y el cuerpo de acólitos con cuatro ciriales. El exorno floral de las andas se componía de claveles rojos salpicados de estátice morado.
El Cristo de las Tres Caídas vestía la túnica de terciopelo burdeos bordada en oro y estrenada en 2008 que reproduce en su diseño una antigua de Juan Manuel Rodríguez Ojeda que tuvo la hermandad. Asimismo, lucía sus potencias de salida.
Cuando el Señor abandonó la Capilla de los Marineros, giró a su derecha e inmediatamente se detuvo para el rezo de la primera de las estaciones del vía crucis. Las siguientes dos estaciones se rezaron también en la calle Pureza, que se encontraba repleta de devotos. La tercera se situó en la misma esquina con la calle Rocío, por la que se internó el Cristo de las Tres Caídas en el itinerario diseñado este año.



















El Cristo de las Tres Caídas siguió su camino por las calles Flota y Rodrigo de Triana, tomando a continuación su propia calle, la antigua Bernal Vidal, en dirección a Pelay Correa. A lo largo del recorrido, los hermanos se iban turnando para llevarlo sobre sus hombros.










Finalmente, en torno a las nueve y media de la noche, alrededor de hora y media después de la salida, el Cristo de las Tres Caídas alcanzó la Plazuela de Santa Ana, donde antes de entrar en el templo tuvo lugar el rezo de la undécima estación, para acto seguido, ya dentro de la 'catedral' trianera, rezar la duodécima.














Con todas las cruces que habían marcado las estaciones colocadas tras las andas, el Cristo recorrió las naves de Santa Ana para el rezo de las dos últimas estaciones, completándose así el vía crucis y con éste el traslado del Cristo caído de Triana, que inicia de esta manera los cultos con los que la Hermandad de la Esperanza de Triana encara ya la Cuaresma a poco más de una semana de su inicio.

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