domingo, 30 de enero de 2011

EL CRISTO DE SAN AGUSTÍN


Su historia se remonta, como poco, a los inicios del siglo XIV y fue para los sevillanos durante varios centenares de años objeto de una devoción tan grande como lo es hoy en día el Gran Poder. A la imagen del Santo Cristo de San Agustín acudía el pueblo ante cualquier calamidad, como las frecuentes epidemias de peste o las temporadas de sequía; era el Dios de la ciudad, el mismo al que ahora situamos en San Lorenzo.
Hoy descansa en su sencillo altar de San Roque como una imagen más de las que, por no salir en Semana Santa, apenas miramos cuando estamos en sus templos. Casi pasa desapercibido si nuestra mirada se obceca en buscar solamente el iluminado retablo del Señor de las Penas y la Virgen de Gracia y Esperanza. Pero ahí permanece, callado, humilde, acompañado sólo por un busto de una sobria dolorosa que viste un discreto velo de talla.
No es el original el que hoy conservamos. El fuego de la sinrazón, el que destruyó el templo entero con todas sus imágenes, calcinó su cuerpo en el 36, cuando ya su cofradía llevaba años extinguida. Pero Agustín (no podía llamarse de otra forma) Sánchez Cid se lo devolvió a Sevilla en 1944. Es una réplica, pero la esencia permanece.
La Hermandad de San Roque lo acogió como titular en 1990 y celebra cultos en su honor, entre los que se encuentra un vía crucis por las naves de la parroquia. No sale, sin embargo, a la calle. Y parece que ni siquiera la cofradía del Domingo de Ramos se lo haya planteado.
Mientras otras hermandades proyectan nuevos pasos para imágenes, recientes o antiguas, el Cristo de San Agustín sigue esperando, paciente, en su altar. ¿Quién sabe si algún día el que fuera el Señor de los sevillanos, a quienes escuchó en sus pequeños y grandes males durante siglos, podrá volver a pasearse por las calles para recoger nuevas oraciones de nuevos devotos? ¿Quién sabe si proyectará su sombra en la nocturna estrechez de Caballerizas? ¿Quién sabe?
De momento, sigue esperando, paciente, en su altar.

EL CAUTIVO EN "LA LEVANTÁ 2011"


Julio García Álvarez es el autor de la fotografía escogida por la tertulia cofrade "La levantá" para anunciar la Semana Santa de 2011. En ella se puede ver el paso de Nuestro Padre Jesús Cautivo, de la Hermandad de Santa Genoveva, en lo que puede considerarse un homenaje al imaginero José Paz Vélez, recientemente fallecido. Como curiosidad, hay que destacar que la foto que ilustra el cartel es anterior a la Semana Santa de 2006.

sábado, 29 de enero de 2011

HÉROES ANÓNIMOS


Acabo de terminar el genial libro de Juan Pedro Recio "Las cofradías de Sevilla en la II República", una obra imprescindible para quienes quieran conocer una de las etapas más destacadas en la historia de nuestras hermandades, que, como el propio autor afirma en el libro, fueron un claro objetivo a atacar por radicales y exaltados durante aquellos años.
En cualquier caso, la obra huye de interpretaciones partidistas de los hechos y se limita a narrar cronológicamente cómo sucedieron los acontecimientos (las Semanas Santas entre el 32 y el 37, las ocultaciones de imágenes, los incendios y asaltos a los templos, y la reconstrucción de todo lo perdido tras la guerra, con procesiones extraordinarias incluidas).
Sin duda, la parte más emotiva y llamativa de toda esta historia es la que narra cómo y dónde fueron trasladadas las imágenes de diversas cofradías para ocultarlas en previsión de posibles ataques y destrozos que algunas como La Hiniesta (en dos ocasiones), La O, San Bernardo, San Roque o Los Gitanos sufrieron.
Destaco especialmente una de esas historias: la de la familia García Mellado, que se hizo cargo de proteger bajo su techo a la Virgen del Subterráneo, contribuyendo así a salvarla del fuego que en el 36 destruiría la parroquia de Omnium Sanctorum, donde tenía entonces su sede canónica la Hermandad de la Cena. Fue toda una heroicidad la de esta familia, que vivía en la calle Duque Cornejo, en pleno "Moscú sevillano", como se conocía al sector formado por los templos de San Julián, Santa Marina o San Marcos, todos ellos pasto de las llamas durante la República.
El propio traslado, realizado durante la madrugada, dio lugar a momentos de tensión, cuando una patrulla de guardias de asalto sorprendió a Eduardo García Mellado, mayordomo a cuyo domicilio se dirigían, Francisco Plaza Rodríguez, sacristán, y a Manuel Muñoz Ubago colocando a la Virgen en un coche. Francisco Plaza improvisó que se trataba de su madre, gravemente enferma, y que la conducían al hospital. La excusa sirvió y la misión pudo continuar hasta el domicilio de García Mellado.
En un primer momento, la Virgen del Subterráneo ocupó un sencillo altar dentro de una habitación que siempre se cerraba con llave. Cuando la tensión social fue en aumento, la familia tomó la providencial decisión de separar el busto y las manos de la Virgen de su candelero; éste fue ocultado junto a un montón de leña, mientras que el busto y las manos, envueltos en sábanas, fueron introducidos en un armario.
En los inicios de la guerra civil, la casa fue registrada por un grupo de milicianos, entre las protestas de Isabel Ramos Ruiz, esposa del mayordomo, que temía lo peor en caso de que la dolorosa fuera encontrada. Cuando los milicianos iban a abrir el armario en busca de quién sabe qué, la hija pequeña de la familia, con un nombre muy de la calle Feria, Rosario, empezó a llorar, lo que distrajo a los asaltantes, que dieron por concluido el registro.
Ésta es sólo una de las muchas historias que Juan Pedro Recio recoge en su libro. Historias que hablan de personas humildes y valientes que llegaron a poner en riesgo sus propias vidas para proteger no obras de arte ni imágenes; sino para proteger al mismo Jesucristo y a la misma Virgen María del odio de quienes, infelices ellos, pensaban que podían destruir a Dios. Ese mismo Dios que hizo que ni una sola de las muchas personas que ocultaron en sus casas o lugares de trabajo a las imágenes titulares de las cofradías fueran descubiertas y castigadas por los radicales.

viernes, 28 de enero de 2011

CAMBIO TRANQUILO



Ha sorprendido en el mundo cofrade el acuerdo alcanzado entre las hermandades de La Exaltación y Montesión para el próximo Jueves Santo, consistente en el intercambio de sus actuales puestos. Es decir, la corporación de Santa Catalina pasa del segundo al cuarto lugar, y la de la calle Feria del cuarto al segundo. El objetivo es adelantar la entrada de Montesión (llegan a coincidir en la misma calle los nazarenos que vuelven a su capilla con los de la Macarena camino de la carrera oficial), así como impedir que La Exaltación (de vuelta) y Pasión (saliendo) se encuentren en la plaza del Salvador. Otro acuerdo paralelo llevará a la Hermandad de Los Negritos a retrasar en 20 minutos su salida (será a las 15,20 horas) para evitar el parón que cada año sufre esta cofradía a las puertas de la Catedral hasta que finalizan los Oficios.
Lo que más ha llamado la atención es que todas estas decisiones se hayan tomado de forma callada, sin hacer ruido, sin un intenso debate previo en el que se convirtieran en noticia las posibles posturas contrarias de unos y de otros, los desencuentros y los golpes en la mesa. Aquí no ha habido nada de eso. Sólo una serie de hermandades que, teniendo como único interés el bien común, se ponen de acuerdo para llevar a cabo lo mejor para todos. Y todo ello en una jornada de la Semana Santa de cuyos problemas horarios y de orden de paso apenas se hablaba.
Sí se habla, y mucho, del Miércoles Santo (no hace falta recordar los vaivenes que durante años sufrió la jornada hasta llegar a la estable inestabilidad actual); se habla del Martes Santo (donde los amantes del inmovilismo han encontrado la excusa perfecta para no hacer nada en la irregular situación interna de San Esteban y el Dulce Nombre); se habla del Lunes Santo (El Museo lleva años gritando en el desierto); se habla de la Madrugá (siempre hay conversaciones pendientes que no llegan a materializarse)...
Las cofradías de todas estas jornadas, donde los cambios son más que imprescindibles, bien podrían aprender de la discreción, voluntad de acuerdo y capacidad de sacrificio mostrado por las hermandades del Jueves Santo, que, calladamente, sin bombo ni platillo, han hablado y han acordado que el beneficio de unas pocas es también el beneficio de todas.

lunes, 24 de enero de 2011

EL CARTEL DE SAN ESTEBAN


Desgraciadamente, y mira que hay tertulias cofrades, en la última década ha sido prácticamente imposible (por no decir directamente imposible) ver a la Hermandad de San Esteban en alguno de los muchos carteles que llenan cada año los escaparates cuando una nueva Semana Santa está cerca. Por eso, y aunque haya sido la propia cofradía la encargada de editarlo, es un verdadero placer contemplar el que se presentó ayer en el Refectorio de San Agustín.
El cartel, que cumple una doble función, ya que no sólo anuncia la Semana Santa sino también el Pregón del Costalero que este año pronunciará Alfredo Torres Curiel, está protagonizado por una fotografía horizontal del paso de Nuestro Padre Jesús de la Salud y Buen Viaje tras atravesar la ojiva de su templo el Martes Santo de 2010.
La fotografía, realizada por J. M. Silva, resulta especialmente emotiva porque delante del paso se puede ver al capataz Rafael Ariza, fallecido el pasado 1 de octubre.

viernes, 21 de enero de 2011

LOS CARTELES SE EMPIEZAN A ASOMAR



Dado que la presentación del cartel de la Semana Santa de 2011 editado por el Consejo General de Hermandades y Cofradías se pospuso hasta el próximo 5 de febrero, las tertulias cofrades han tomado este año la delantera y empiezan a asomar anunciando un tiempo de gozo que, por aquello de la caprichosa luna llena, se antoja aún demasiado lejano.
Así, la tertulia Último Tramo ha escogido en esta ocasión a la última de las cofradías de la Semana Santa y ofrece un precioso cartel en el que se puede ver el paso del Resucitado por la Alameda de Hércules en la madrugada del Domingo de Resurrección. La fotografía es de Luis Alonso Sire.
Por su parte, la tertulia Albores, que el año pasado nos regaló un muy buen cartel protagonizado por la Soledad de San Lorenzo, se ha decantado ahora por una imagen del paso del Señor de la Salud de Los Gitanos internándose en la Avenida con las primeras luces del Viernes Santo. Manuel Agüera Ostos es el responsable de esta bellísima fotografía.

jueves, 20 de enero de 2011

FIEBRE BORDADORA


La Hermandad de Jesús Despojado ha acordado que el gran estreno para el Domingo de Ramos de 2012 será el bordado del manto de la Virgen de los Dolores y Misericordia. Después del gran trabajo realizado por José Antonio Grande de León con el techo de palio y las caídas, la junta de gobierno confía de nuevo en el bordador para esta obra.
De un tiempo a esta parte existe una auténtica fiebre bordadora en muchas hermandades hasta el punto que uno podría pensar que, en unos años, no quedará ni una sola dolorosa con manto liso bajo palio. Los Javieres, Los Estudiantes, Los Servitas...

Manto de la Soledad Servita

Ahora es el turno de Jesús Despojado y existen también proyectos para los mantos de la Virgen del Rocío y la de los Desamparados. Por no hablar de mantos ya bordados que son sustituidos por otros más tupidos, como ha sido el reciente caso de la Virgen de Regla.
Y lo peor es que, a veces, esos nuevos trabajos no mejoran realmente la estética del paso de palio en cuestión; e incluso, según los gustos de cada uno, hay quienes no ven con buenos ojos el resultado que ofrecen una vez colocados sobre las andas.
Asimismo, es innegable que un manto liso posee también altas dosis de belleza e imprimen personalidad a los pasos de palio de los que forman parte, a las dolorosas que se cobijan en ellos e incluso a las cofradías que los mantienen casi como 'raras avis' del patrimonio cofrade.
En la variedad está el gusto, por lo que, asumiendo que la manía de bordarlo todo no parece tener fecha de caducidad cercana, habrá que consolarse pensando que, por mandato de sus reglas, la Hermandad del Museo no podrá nunca meter aguja e hilo al manto de la Virgen de las Aguas...

sábado, 15 de enero de 2011

JOSÉ PAZ VÉLEZ


Recién iniciado el año en que habría cumplido las ocho décadas, José Paz Vélez ha fallecido en Sevilla, donde nació el 22 de diciembre de 1931. Como imaginero, fue el responsable de la devoción de todo un barrio, el Tiro de Línea, para el que realizó las imágenes del Cautivo, la Virgen de las Mercedes y San Juan Evangelista.
La vida, la incomunicación, la falta de tacto o, quizá, todo eso a la vez hizo que las relaciones entre la Hermandad de Santa Genoveva y el que puso sus manos para dar forma a Dios y a su Madre se deterioraran de forma incomprensible cuando la cofradía decidió encomendar la restauración de Nuestra Señora de las Mercedes a Enrique Gutiérrez Carrasquilla, en lugar de al propio Paz Vélez, saltándose así las más elementales formas de proceder en el mundo del arte.
"Me arrepiento de haber hecho a la Virgen de las Mercedes", llegó a decir en medio de aquella polémica, que terminó con la intervención de la talla, consistente fundamentalmente en una limpieza, por Carrasquilla, sintiéndose el autor de la imagen ninguneado por la hermandad. Cuando la Virgen volvió al templo desde un taller ajeno, José Paz Vélez denunció cambios sustanciales en su fisonomía y afirmaba no reconecer en ella a la madre del Cautivo que medio siglo antes había realizado.
Puede que exagerara, puede que hablara sólo su herido orgullo de artista; o puede que efectivamente viera algo diferente en su versión de la Madre de Dios para Sevilla, una ciudad que, empachada de grandes escultores, no pareció reconocer la aportación de este sencillo imaginero a la devoción popular, como sí hicieron en Utrera, en Alcalá de Guadaira o en Las Palmas de Gran Canaria.
No creo que se arrepintiera nunca de haber robado a la madera el alma del Tiro de Línea. No creo que dejara de emocionarse al contemplar cada año la cantidad de vecinos que desde ese humilde barrio siguen a sus imágenes titulares hasta el centro de la ciudad.
En su última Semana Santa en la tierra, la lluvia impidió que la hermandad recorriera el itinerario acostumbrado. Ahora da igual. Ningún aguacero puede ya impedir a José Paz Vélez, sin necesidad de que un sol radiante ilumine el Lunes Santo, seguir los pasos firmes de Jesús Cautivo y agarrarse al rojo manto de la Virgen de las Mercedes, cuyo rostro, sin retoques de otras manos, puede contemplar ahora más cerca que nunca.

martes, 11 de enero de 2011

AHORA SÍ, AHORA NO...


Parece que la Hermandad de la Soledad de San Buenaventura tenga la negra con su intención de reforzar el culto externo a la imagen del Cristo de la Salvación. Lleva varios años queriendo incluir un nuevo paso para esta imagen y siempre se ha encontrado con la negativa de la comunidad franciscana que rige el templo, aunque el Arzobispado aprobó una reforma de reglas en la que se contempla la salida del Cristo el Viernes Santo (Que digo yo: ¿puede una comunidad religiosa de la Archidiócesis de Sevilla negarse a lo que tiene aprobado la misma Archidiócesis de Sevilla?).
Y ahora que la propia comunidad, previo relevo del guardián, ha aceptado la realización de un vía crucis extraordinario en la próxima Cuaresma con estación en la Catedral por el 75 aniversario de la talla que realizó Manuel Cerquera, va ese mismo Arzobispado y dice que si quieren llevar al Cristo para hacer una misa, sí; si quieren hacer una salida extraordinaria por las calles de la feligresía, también; pero que realizar una estación de penitencia en la Catedral con un paso fuera de la Semana Santa no es apropiado. "No hay precedentes ni hay por qué crearlos", decía anoche el delegado diocesano de Hermandades y Cofradías, Manuel Soria, en El Llamador.
Realmente no veo la razón por la que una hermandad tan cercana a la Catedral pueda salir por las calles en un paso durante la Cuaresma siempre que éste no llegue a entrar en el primer templo de la ciudad. ¿Quizá temen que, si dicen que sí, a otras hermandades, sobre todo las de vísperas, les dé por hacer lo mismo en un futuro como una manera de sustituir la estación que de momento se les niega en Semana Santa?
Lo cierto es que las declaraciones de Soria tienen una laguna importante. Dijo ayer: "A la Catedral las imágenes vienen para un pontifical o una misa, como han hecho otras hermandades; pero el paso, en una estación de penitencia en Cuaresma pasando por la Catedral, no". Tengo que objetar. Entre el 27 de enero y el 5 de febrero de 2006 tuvo lugar la penúltima edición de la Muestra Nacional de Artesanía Cofrade (Munarco) con una triple sede: el Real Alcázar, la Casa de la Provincia y la Catedral. En esta última pudieron verse varios pasos completamente montados. De Sevilla hubo dos: el palio de Nuestra Señora de la Aurora, aunque sin la Virgen, y el misterio de la Hermandad de Heliópolis, con todas sus imágenes en el paso, incluidos el Cristo de la Misión y la Virgen del Amparo, que vivió dos traslados extraordinarios de ida y vuelta por la avenida de la Palmera.


¿Por qué estas imágenes procesionales pudieron estar en la Catedral durante varios días en su paso fuera de la Semana Santa y un Cristo no puede pasar por ella durante la celebración de un vía crucis?

LA ESTRELLA, DE BARRIO


Las procesiones extraordinarias suelen ser la ocasión de contemplar los pasos de un modo distinto a como estamos acostumbrados a verlos en sus salidas ordinarias: un tipo concreto de exorno floral, una forma de vestir a las imágenes, algún elemento vendido a otra corporación y recuperado circunstancialmente para volver a ver estampas añejas...
En la salida de la Virgen de la Estrella del pasado 12 de junio, en conmemoración del 450 aniversario de la fundación de la hermandad, la dolorosa de la calle San Jacinto llevó una toca de sobremanto, algo que hacía unos cuantos años que no se veía, mientras que la candelería se completaba con las tradicionales flores de cera que dejaron de utilizarse 15 años atrás.
La hermandad ha decidido que esto último, las flores de cera, sea recuperado para la estación de penitencia del Domingo de Ramos. Muchos cofrades se preguntaban por qué había dejado de llevarlas, cuando siempre ha sido un adorno característico de hermandades populares y de barrio, como sin duda lo es La Estrella.
Visto el resultado del pasado mes de junio, la Junta de Gobierno de la cofradía ha optado finalmente por volver a situar este artístico exorno, que le va indiscutiblemente al carácter de la corporación y al propio paso de palio; al menos, al de Garduño...

sábado, 8 de enero de 2011

100 DÍAS


Contando el tiempo del revés, como lo contamos los cofrades, comprobamos hoy cómo, pasadas las fiestas navideñas, aún faltan 100 días para la Semana Santa. La primera luna llena de la primavera será este año la más rezagada y no llegará hasta la segunda mitad del mes de abril.
100 días aún de espera. 100 días con sus 100 noches todavía, "mis impacientes paisanos, para tocar el cielo con las manos"; ahora sí que parece que nunca va a volver, que el tiempo la aleja y que en el tiempo mismo se pierde...
100 días para ir "a la gloria, sevillanos, ¡a la gloria!". 100 días para ver "en la Giraldilla, en vez de la vieja dama, tu carita, Macarena, del viernes por la mañana"...
100 días solamente, amigos cofrades. Mañana, ese calendario lucirá un redondo cero en la primera de sus tres ventanitas. Y ya no serán 100...

jueves, 6 de enero de 2011

EN EL REGAZO DE SU MADRE


El recordado José Antonio Garmendia defendía siempre una teoría muy particular acerca de la posición de las manos de las dolorosas sevillanas, principalmente de aquéllas que van bajo palio. Decía que la separación de las manos y la dirección de las palmas, vueltas prácticamente hacia arriba, eran la delicada manera en que se mostraba a la Virgen sosteniendo imaginariamente a un bebé, como si María, destrozada por la muerte de su hijo, quisiera volver a tener junto a ella ese pequeño cuerpo al que por vez primera pudo acariciar en aquel pesebre que en estos días vemos en los múltiples belenes que adornan casas, templos y escaparates.
Supongo que suele ser habitual que las madres que desgraciadamente sufren la pérdida de un hijo vuelvan con frecuencia a recordar el instante del parto y los primeros momentos de su vida, como una forma de sentirlo todavía cerca y necesitado de su protección.
Siempre recuerdo esa teoría del maestro Garmendia cuando estoy frente al conjunto escultórico de la Hermandad de los Servitas, donde Montes de Oca reflejó esa desgarradora escena de la Virgen de los Dolores sosteniendo en brazos el cuerpo inerte de su hijo, el Cristo de la Providencia. Porque aquí no hay que imaginarse a ese bebé entre sus manos; aquí lo estamos viendo. La diferencia es que ya no es el cuerpo de un niño, sino el de un adulto.
Para las madres, quizá, los hijos no dejan nunca de ser sus niños, por muchos años que pasen. Y por eso me llama siempre especialmente la atención esa mano derecha de la dolorosa servita. Cuando cogemos en brazos a un bebé, debemos tener un cuidado especial con la cabeza para evitar que se le vaya hacia atrás y le hagamos daño. Del igual forma, la Virgen de los Dolores sostiene amorosamente, aunque ya nada pueda dañarle, la cabeza de su hijo, que parece dormir plácidamente acunado en el regazo de su madre...

miércoles, 5 de enero de 2011

CARTA A LOS REYES MAGOS












Queridos Reyes Magos,
os pido el mismo asombro para el Amor; un pañuelo para la Macarena; tiritas para los penitentes de la Vera-Cruz; un abanico para la Esperanza; para la Hiniesta, la misma luz por Relator; para el Silencio, silencio; chocolate para la canastilla de la Carretería y los Servitas; cristal para Gracia y Esperanza; salud para los niños del Buen Fin; la sorpresa, para la O; música de las Cigarreras para la tarde-noche del río; caramelos rojos para los guardabrisas de Santa Cruz; la sombra de Pasión para Francos; paz y bien para San Buenaventura; la voz del Sacri para las Aguas; patillas para el nuevo muñidor de la Mortaja; el mismo olor de enea para la capilla del Baratillo; las trompetas de Roma para la Presentación de San Benito; luna llena para el Cristo de Burgos; canela y clavo para la calle Verónica; palomas para el Cerro; San Lorenzo sin aliento para recibir a la Bofetá; Tejera para Montserrat; azúcar para San Gonzalo; la misma fuerza para los Caballos; tiempo para el Polígono y el Sol; puente para el Cachorro; nostalgias para la Trinidad; naranjos para la Sed; y albero para San Bernardo; versos para la Estrella; vencejos para la Amargura en su plaza; Valle para el Valle; antifaces levantados para la Borriquita; parque para la Paz; besos y un par de zapatos para que no sufran los pies del Gran Poder.
Antonio Cattoni

domingo, 2 de enero de 2011

EL TIEMPO SIN TIEMPO DEL COFRADE





Ya dijo Antonio Burgos que el cofrade va a su son, y si en Semana Santa, cuando se conmemora la Pasión y Muerte de Jesucristo, el estado de ánimo es de alegría porque sabemos que después de la crucifixión y el traslado al sepulcro viene la resurrección (“la historia acaba bien y el hijo de la guapa gana”, decía), ¿por qué no íbamos en Navidad, cuando ese Niño nace, a pensar ya en lo que ha de venir allá por primavera?
Javier Regaña es un joven hermano del Prendimiento y el Nazareno de Ciudad Real, y un gran aficionado a los belenes. No en vano, en su casa hay hasta cinco nacimientos instalados. Pero hay uno que se lleva la palma o, mejor dicho, que se ha llevado, por segundo año, el tercer premio en el concurso municipal de belenes de particulares.
Ocupa toda una sala y su montaje le mantiene atareado durante prácticamente un mes. La afición le llegó desde niño, fundamentalmente a través de su padre, con quien se desplazaba a ver los belenes que se instalaban en casas, escaparates e instituciones, tanto de Ciudad Real como de fuera; además, se refiere a Antonio Vich (padre e hijo) y a Gustavo Lozano como sus maestros.
El monumental nacimiento que ha sido premiado surgió hace cuatro años y cada Navidad cuenta con nuevos elementos; no sólo figuritas, algunas de las cuales están pintadas a mano, sino también palacios, casas, un mercado y el propio pesebre, hechos todos por este joven cofrade. La pasión es tal, que aunque su cumpleaños cae en julio, siempre suele recibir algún regalo en forma de pastorcillo, rebaño o rey mago.
Hasta seis escenas diferentes se muestran en este belén, toda una catequesis en miniatura, convenientemente explicada a través de un díptico elaborado por Sonia Sánchez Molero: La Anunciación a la Virgen, el Empadronamiento, la Natividad, la Anunciación a los pastores, la Presentación en el templo y la llegada de los Reyes Magos. Todos estos pasajes tienen su sitio en un belén en el que no faltan diversos elementos cofrades.
Así, por ejemplo, cuando la iluminación simula la llegada de la noche, en el interior de una cueva, tras la estela dejada por Baltasar, puede verse un nazareno con una cruz de guía. “Para un cofrade no existe el Carnaval y cuando pasa la Cabalgata ya estamos pensando en la Cuaresma y la Semana Santa”, apuntaba.
Por otro lado, dentro de una casa situada en lo más alto se asoma la cara de la Virgen de la Salud, la nueva talla mariana de la cofradía ciudadrealeña del Prendimiento, bendecida el pasado 20 de noviembre; mientras que el paje de Gaspar porta en su mano un incensario.
Para esos cofrades de auténtico ‘jartible’, que diría Carlos Herrera, quedan otros dos detalles que son de nota. En el libro donde José y María, todavía encinta, se están empadronando pueden leerse las mismas palabras del Libro de las Escrituras que muestra el esclavo etíope en el misterio de San Gonzalo. Además, en el mercado, un vendedor de especias ofrece a sus clientes canela y clavo, el aroma de la Hermandad de los Gitanos, según el que durante muchos años fue capataz de la Virgen de las Angustias, Alberto Gallardo.
Un pequeño incensario, que hace las veces de chimenea del horno del panadero, y la banda sonora, formada por marchas procesionales, las mismas que inspiraban a Javier Regaña durante todo el proceso de montaje, completan un nacimiento que supone la sublimación de lo que Cernuda definió como “el tiempo sin tiempo del niño”, que es el tiempo al que vuelve el cofrade cuando el otro Niño, el que se escribe con mayúsculas, se hace presente con el inicio del invierno.

Fotos: Jesús Monroy