domingo, 29 de julio de 2018

BESAMANOS A SANTA MARTA DÍAS DESPUÉS DE SER RESTAURADA POR PEDRO MANZANO


La imagen de Santa Marta permanece hoy, domingo, expuesta en besamanos en la Parroquia de San Andrés, prácticamente una semana después de ser repuesta al culto tras la restauración llevada a cabo durante apenas cuatro días por Pedro Manzano. En este corto periodo de tiempo, el restaurador ha llevado a cabo pequeñas labores de mantenimiento de la talla relativas a la retirada de la suciedad acumulada y a la reintegración de algunos desprendimientos de la policromía.
Coincidiendo con el día de su festividad, la Patrona de la hostelería se presenta a los devotos en el presbiterio de la parroquia, sobre una sencilla peana de madera dorada. Viste manto azul y saya burdeos, prendas ambas de terciopelo y sin bordado alguno. Lleva además un tocado blanco liso colocado por debajo del manto, a diferencia del besamanos de 2017 (ver), fajín hebraico, un alfiler con su nombre en el pecherín y unos pendientes. Por otra parte, tiene la aureola con la que sale a las calles cada Lunes Santo en el paso del Traslado al Sepulcro, y sujeta con su mano izquierda el acetre y el hisopo, elementos característicos de la iconografía de la santa, realizados, como la aureola, en plata sobredorada por el orfebre Jesús Domínguez.
Flanqueando a la santa que tallara Sebastián Santos en 1950 vemos dos jarras de plata con nardos colocadas sobre sendos pies de madera dorada y policromada de base cuadrada. Otras dos jarras con las mismas flores están más atrás, sobre pies de mayor altura; y junto a ellos, dos blandones dorados con cirios blancos.
En la parte delantera de este altar de besamanos hay dos jarras más iguales a las anteriores y también con nardos, además de dos de los ángeles mancebos que figuran en las esquinas del paso de misterio de la hermandad. En este caso, no sujetan los habituales enseres alusivos a la Pasión de Cristo, sino sendos incensarios.
Al fondo, ante el retablo mayor de San Andrés se han colocado un buen número de candeleros con cera blanca, seis pequeñas jarras de plata con más nardos, un manifestador central con una talla del Niño Jesús, el estandarte de la hermandad a la izquierda y la bandera de Santa Marta a la derecha. Por último, a medio camino entre la santa y el retablo mayor, hay unas pequeñas mesas doradas que sujetan centros florales compuestos de rosas blancas y nardos, entre blandones dorados.
El besamanos a Santa Marta finalizará a las nueve de la noche con la celebración de la misa en su honor, oficiada por el párroco de San Andrés, Jesús Maya. Con estos cultos y una convivencia posterior en sus dependencias, la Hermandad de Santa Marta cierra el ejercicio 2017-2018.































sábado, 28 de julio de 2018

LA INCOHERENCIA Y EL ABSURDO DE LA NUEVA CARRERA OFICIAL JEREZANA


No hay otras palabras para definir lo ocurrido este jueves en Jerez, en el pleno de hermanos mayores que estaba llamado a elegir el trazado de la nueva carrera oficial de su Semana Santa. Desde la creación de la carrera oficial jerezana en los años 30 del pasado siglo y hasta el año 2000, el inicio estaba en la Rotonda de los Casinos, en la calle Larga. Pero a partir de dicho año, comenzó a experimentar diversas ampliaciones, situando su inicio primero en Santo Domingo, después en el Palacio Domecq y por último, desde 2014, en la Plaza Aladro. Hablamos del arranque de la carrera oficial, aunque en el final también ha habido algunas modificaciones.
Era el inicio, sin embargo, lo único que estaba en entredicho, dado que Aladro no convencía a muchas hermandades por lo que consideraban un rodeo innecesario en el recorrido, a lo que hay que añadir las dificultades de la Hermandad de la Oración en el Huerto, con sede en el propio Convento de Santo Domingo, y que para salir e incorporarse al recorrido común de las cofradías se veía obligada a dar un rodeo previo, ya fuera por Larga y Bizcocheros, o bien, como este año, por Porvera hacia el Mamelón.
Aladro no gustaba. Había que cambiarla. Con este objetivo, el año pasado la Unión de Hermandades diseñó un trazado que fue rechazado por las cofradías porque, sin paños calientes, era completamente ridículo. Suponía comenzar en la estrechez de la calle Tornería, para seguir por Eguilaz y Plaza del Banco, saliendo después a la calle Larga ya por su parte peatonal. Después, para compensar la pérdida de palcos del nuevo trazado, incluía un rodeo absurdo en forma de U en la Plaza del Arenal.
Como queda dicho, esta opción fue rechazada, a pesar de ser la favorita del Ayuntamiento de Jerez, que desde la llegada de su actual alcaldesa socialista viene quejándose de la instalación de los palcos y el corte de tráfico que éstos suponen. Pero los hermanos mayores hablaron y decidieron que el proyecto de la Plaza del Banco se guardase en un cajón. Incluso el propio presidente de la Unión de Hermandades, Dionisio Díaz, aseguró ante los medios que quedaba muerto y enterrado. Un proyecto, dicho sea de paso, que generó conflictos internos en la propia institución que derivaron en la destitución del vicepresidente, Miguel Perea, por parte del presidente.
Así las cosas, en 2018 la carrera oficial volvió a empezar en Aladro. Sin embargo, el presidente de la Unión de Hermandades mintió deliberadamente cuando dijo que el proyecto de la Plaza del Banco estaba muerto y enterrado. Nada más lejos de la realidad. Dionisio Díaz, al que muchos acusan de servir más a la alcaldesa que a las cofradías, sólo necesitó un poco de tiempo para urdir un plan maestro que diera como resultado salirse con la suya.
Pasada la Semana Santa de este año, la Unión de Hermandades crea una comisión para estudiar posibles alternativas a la Plaza Aladro. En una entrevista en un programa de televisión lamentó que una de las opciones que se habían puesto sobre la mesa, empezar en la Plaza del Mamelón, se había descartado porque las hermandades que accedían a la carrera oficial por la zona de San Pedro no estaban dispuestas a recorrer una sola calle más, Eguiluz (que no es la misma que Eguilaz), para alcanzar el Mamelón. No disimuló Díaz su malestar al comentar eso: que esas hermandades no quisieran alargar su itinerario en una sola calle más.
El caso es que la famosa comisión estaba integrada por varios miembros de la Unión de Hermandades, que ya sabemos por qué opción apostaban, y un total de siete hermanos mayores de otras tantas cofradías, entre ellas el de la Oración en el Huerto, principal interesado en acabar con Aladro. Pero fíjese usted por dónde, después de sesudas (suponemos) diatribas, la comisión acaba presentando tres opciones para que el pleno de hermanos mayores elija entre ellas. La primera sorpresa es mayúscula, dado que una de esas tres opciones es que la carrera oficial siga empezando en Aladro. ¿La Plaza Aladro es una alternativa a la Plaza Aladro? ¿No se trataba de cambiar precisamente lo que a pocos gustaba?
La segunda sorpresa es que, contra lo que se venía hablando, ninguna de las opciones es empezar, como hasta 2013, en el Palacio Domecq, opción que sí gustaba a muchas hermandades. ¿Por qué se presenta como opción lo que no gusta y se quiere cambiar, pero no lo que sí gusta y además ya se ha probado?
Otra de las tres propuestas es comenzar en el Monumento a las Cofradías que existe delante de Santo Domingo, en el inicio de la calle Larga; opción que también fue probada con el primer estirón de la carrera oficial hace 18 años. En este caso, se incluye en la Plaza del Arenal esa extraña U que formaba parte del proyecto rechazado de la Plaza del Banco.
Y finalmente, la tercera opción es lo más surrealista que jamás se ha propuesto: empezar hacia la mitad de la calle Porvera (en concreto, a la altura de la calle Gaitán), llegar al Monumento de las Cofradías y, a partir de ahí, no seguir por Larga hacia la Rotonda de los Casinos, sino incomprensiblemente girar a la derecha en la Puerta de Sevilla hacia (oh, sorpresa) Tornería, Eguilaz y Plaza del Banco. El proyecto que estaba muerto y enterrado, parece que sólo estaba de parranda.
La suerte estaba echada. O mejor dicho, el cebo estaba lanzado.
Si de lo que se trataba era de buscar una alternativa a Aladro, era evidente que ésta sería la opción menos votada. La cosa, por tanto, estaba entre el Monumento a las Cofradías y el surrealismo ridículo de Porvera y Plaza del Banco. Esta última no le viene bien a las cofradías que llegan por San Pedro, aquéllas que decía el presidente de la Unión de Hermandades que no querían ampliar su recorrido en una sola calle...
Por tanto, las opciones para este conjunto de hermandades estaban entre el Monumento y Aladro. Si tenemos en cuenta que para la mayoría ambas opciones son perfectamente válidas, dado que Aladro incluye el Monumento poco después, su voto se iba a dividir entre ambas, lo que beneficiaba al trazado de Porvera y Plaza del Banco. Un plan perfecto.
Aladro, la opción que nunca debió plantearse porque se trataba precisamente de cambiarla por otra, consiguió los votos de 11 hermandades; el Monumento obtuvo 14; y Porvera y Plaza del Banco, 22. Si Aladro no se hubiera planteado, habría ganado el Monumento por 25 a 22. Pero la trampa, en la que torpemente han caído esos 25 hermanos mayores (hubo además dos abstenciones), era precisamente ésa: incluir como opción Aladro para sustituir Aladro.
Gana con esto la Unión de Hermandades y su poco fiable presidente, pero también gana la alcaldesa, que consigue "esconder" a las cofradías por un trazado mayoritariamente peatonal, aunque mucho más angosto y dificultoso. Y ahí está precisamente la clave de por qué la nueva carrera oficial es completamente absurda e incoherente.
La carrera oficial de Jerez, a diferencia de la de Sevilla, siempre se ha caracterizado por tener un trazado por calles amplias (salvo las inevitables calles inmediatas a la Catedral), por las que no sólo es fácil ver cofradías (sin mamparas y obstáculos como los de Sevilla), sino que incluso se puede seguir a los pasos por detrás de las sillas de los abonados. Eso será imposible ahora por Tornería, Eguilaz y Plaza del Banco.
Pero es que, además, recordemos que había que cambiar Aladro porque implicaba para muchas hermandades lo que ellas mismas consideraban un rodeo innecesario. Ahora, sin embargo, para llegar desde Porvera a la parte peatonal de Larga (una línea ligeramente curva), las cofradías tendrán que desviarse por callejuelas innecesarias, por no hablar de los rodeos que muchas hermandades tendrán que dar para poder alcanzar el nuevo inicio de la carrera oficial o para afrontar su recorrido de vuelta (hay incógnitas verdaderamente llamativas que tendrán que resolverse en los próximos meses, e incluso ya se habla de obligar a ciertas hermandades a renunciar a su actual orden de paso).
En cuanto a las cofradías que llegan a la carrera oficial por San Pedro, han sido hábilmente castigadas a alejarse mucho más allá de la calle Eguiluz que el propio presidente de la Unión de Hermandades reconocía que no querían recorrer. Por no hablar de las nuevas hermandades que se incorporan a la Semana Santa en 2019, la Sed y la Salud de San Rafael, que verán ampliados sus ya de por sí largos recorridos.
Y un apunte más: la carrera oficial de Jerez, para muchas hermandades demasiado larga, lo será todavía aún más a partir del año que viene y hasta que vuelva a ser modificada... que lo será en cuanto llegue a la presidencia de la Unión de Hermandades alguien más preocupado por los intereses de las cofradías que por los de la alcaldesa. Porque si alguien pensaba que se iba a aprobar la "carrera oficial definitiva", la extraña criatura que ha nacido tiene pinta de cualquier cosa menos de definitiva. Por su excéntrico trazado y porque no olvidemos que se ha aprobado con el rechazo de la mayoría de las hermandades. ¿Es lógico aprobar un cambio de esta importancia con una mayoría en contra?
Ah, por cierto, se me olvidaba: ¿qué pasará ahora con la Oración en el Huerto, esa hermandad que ha "sufrido" rodeos innecesarios para volver a pasar por su templo poco después de haber salido de él, y cuyo hermano mayor es cómplice del diseño de las tres opciones dadas a votar a los responsables de las cofradías? Pues que cuando salga de Santo Domingo tendrá que ir hacia Gaitán y Porvera para salir de nuevo a Santo Domingo (¿cómo?), antes de continuar por la surrealista e incoherente carrera oficial. Oiga, pues su enquistado problema ha quedado perfectamente resuelto. No cabe duda...

lunes, 23 de julio de 2018

CUATRO HORAS DE DEVOCIÓN CARMELITA JUNTO A LA MURALLA MACARENA


El pasado sábado tuvo lugar la procesión de Nuestra Señora del Carmen, de la Parroquia de San Gil, que recorrió las calles de su feligresía durante cuatro horas, siempre arropada por un buen número de cofrades y devotos.
Todo comenzó a las ocho de la tarde, cuando se abrieron las puertas de San Gil y empezó a salir el cortejo, al que antecedía la Banda Juvenil de la Centuria Macarena y que estaba formado por la cruz alzada entre faroles, el guión concepcionista, el simpecado, las representaciones con estandarte corporativo de las hermandades de la Anunciación de Juan XXIII, la Candelaria Madre de Dios, el Carmen de San Leandro, el Carmen de Calatrava, el Rosario de San Julián, el Rocío, la Macarena y la Sacramental de San Gil, el libro de reglas, el estandarte de la propia Hermandad del Carmen de San Gil, representantes de la Marina, la presidencia y el cuerpo de acólitos con cuatro ciriales.












Con el paso aún dentro del templo, la Banda Municipal de Música de Arahal, que ocupaba la nave del Evangelio, comenzó a tocar "Aniversario macareno", marcha con la que la Virgen del Carmen se alejó del presbiterio y giró para encarar la puerta de salida.
Antes de hacerlo, los capataces, Francisco Javier y Miguel Ángel Pagés, mandaron que se detuviera el paso. Después, se levantó y en silencio procedió a salir a la Plaza de San Gil. La banda se colocó detrás y tocó el Himno Nacional, seguida de la marcha "Nuestra Señora del Carmen" mientras las campanas de la parroquia repicaban con fuerza.
Lilium, rosas, astromelias y estátice, entre otras flores, todas de tonos rosas y malvas, componían el exorno floral del paso de la Virgen del Carmen, que lucía el pelo completamente al descubierto con el manto de brocado blanco apoyado en los hombros. No faltaban la saya y el escapulario de terciopelo marrón bordado en oro. Presentaba como novedad el paso la restauración, por parte de los Hermanos Caballero, de los respiraderos, que en los próximos años tendrán que volver a ser dorados y policromados.
Tras una parada del paso a los pies de la torre, la banda de Arahal comenzó a interpretar "Marinera de San Gil", con la que giró a la izquierda hacia la calle San Luis mientras que desde un edificio situado en las misma esquina cayó una gran petalada, primero de pétalos rojos y luego blancos.

























Por San Luis siguió caminando la Virgen del Carmen, pasando junto al retablo cerámico que la imagen tiene en la fachada del templo mientras sonaba "Esperanza Macarena". Así pasó al lado de la Basílica hasta girar a la derecha a la calle Macarena con "Virgen de la Estrella", dado que la visita a la Esperanza tendría lugar más tarde.
A partir de este punto, la Virgen del Carmen discurrió junto a la antigua muralla a los sones de "Esperanza de vida"; y más adelante, tras el encendido de parte de la candelería del paso, buscó la calle Torreblanca con "Aquella Virgen".
En la estrechez de esta calle, la Banda de Arahal tocó después "Triana de Esperanza". Dos hombres delante del paso comentaban que cómo era posible que interpretaran esa composición en pleno barrio macareno. Alguien debería explicarles que la Madre de Dios es una sola, independientemente de las advocaciones e imágenes a las que rendimos culto.
Poco después fue el turno de la marcha "Coronación" y, en el tramo final de la calle, "Esperanza Nuestra, Macarena", para tranquilidad de los del comentario antes mencionado.





































Después de una parada al final de la calle Torreblanca que se aprovechó para realizar un relevo de costaleros, la Virgen del Carmen giró para acceder a la Plaza del Pumarejo mientras la banda arahaleña tocaba "Virgen de los Negritos", a la que después seguiría "Glorias de Sevilla" y "Madre de los Gitanos Coronada", ésta ya en la revirá hacia la calle Relator.
Comenzaba a anochecer cuando avanzaba el paso con la marcha "Nuestra Señora del Carmen", acercándose a la esquina con la calle Pozo, donde se despidió gran parte de las hermandades que habían acompañado a la Virgen en su salida procesional.
Por Pozo se internó la Virgen del Carmen con la marcha "Mi Amargura". Uno de los capataces animaba a los costaleros durante la parte más suave de la composición y les pedía un trabajo muy elegante dedicado a las hermandades que se despedían en este punto.
Poco después, con el paso parado antes de tomar la estrechez de la calle Talavera, el mismo capataz demandaba a la cuadrilla mucha atención a las órdenes durante la siguiente chicotá, que la realizó el paso con la composición "Hosanna in excelsis". Tras ella, superada la parte más estrecha, donde los guardabrisas pasan a escasos centímetros de los balcones, el paso se detuvo junto a una casa donde cada año se ofrece un refrigerio a los cofrades y acompañantes en las habitualmente tórridas noches de julio en las que la Virgen del Carmen de San Gil sale a las calles.
Precisamente, la siguiente levantá la dedicó el capataz a la familia propietaria de la casa, desde cuya azotea se lanzaron a continuación varias petaladas, así como una larga ráfaga de fuegos artificiales que alcanzaron hasta que el paso salió a la calle Parras con "Encarnación Coronada" y "Coronación de la Macarena".





































La primera levantá en la calle Parras la cedieron los capataces a Juan Manuel Labrador, pregonero de las Glorias 2018. Después, el resto de la calle lo recorrió la Virgen del Carmen mientras la Banda de Arahal tocaba las composiciones "Madrugá macarena" y "Rocío", coincidiendo ésta con el discurrir del paso ante la casa hermandad del Rocío de la Macarena. Más adelante, salió a la calle Escoberos con "Macarena", de Abel Moreno, y después pasó por Muro con "Al Cielo con Ella", que sirvió para salir a la remodelada plaza que pronto será rotulada con el nombre de Esperanza Macarena.
Precisamente, la marcha titulada exactamente así acompañó a la Virgen del Carmen en su entrada en el atrio de la Basílica. Esta conocidísima composición de Pedro Morales se enlazó con "Como tú ninguna", con la que el paso llegó hasta la misma puerta, donde los hermanos de la Macarena, sin esperar a que la banda finalizara la partitura, cantaron la Salve.
Acto seguido, el paso se dio la vuelta a los sones de una doble interpretación de "Coronación de la Macarena" y, sin empezar a avanzar hacia la salida, se detuvo. Un hermano subió entonces para retirar la tulipa más alta del candelabro trasero del costero derecho, que se movía en exceso y podría haberse caído al suelo.
Solucionado el problema, el paso abandonó el atrio saliendo de nuevo a la calle con "Aniversario macareno", alcanzando así nuevamente la calle San Luis, de vuelta ya a San Gil.



















Con la marcha "Virgen del Dulce Nombre" recorrió el paso el tramo de la calle San Luis que llega hasta la confluencia con la Plaza de San Gil, a la que después giró la Virgen del Carmen con "Alma de la Trinidad". La partitura de Eloy García López alcanzó hasta que el paso estuvo justo delante de la puerta de la parroquia, donde sonó la última marcha mientras se colocaba para entrar, que fue "Pasa la Virgen Macarena".
Posteriormente, el capataz mandó que el paso se parara y los costaleros se dieran la vuelta para finalmente encaminarse hacia el interior del templo. La Banda Municipal de Arahal repitió para ello la parte final de "Pasa la Virgen Macarena", aunque la cortó antes de terminar para que sonara el Himno de España, con la Virgen del Carmen adentrándose en su casa.




















Con rigurosa puntualidad, a las doce estaba dentro de San Gil la Virgen del Carmen, que fue ubicada frente a la puerta de salida, ante la que comunica la parroquia con la Basílica de la Macarena. Cuando el paso quedó definitivamente detenido, una mujer le cantó el Ave María, arrodillándose ante la Virgen en su parte final. Fue el emotivo cierre a cuatro horas de devoción del barrio de la Macarena por la Reina del Carmelo.