martes, 30 de abril de 2013

DOS DOLOROSAS SE RETIRAN ESTA SEMANA DEL CULTO PARA SU RESTAURACIÓN


Esta semana va a coincidir la retirada del culto de dos dolorosas de la Semana Santa: la Virgen de la Angustia de los Estudiantes y la Soledad de San Buenaventura, talladas respectivamente por Juan de Astorga y su hijo, Gabriel de Astorga en el siglo XIX. Ambas serán restauradas en los próximos meses.
En el caso de la Virgen de la Angustia, hoy mismo ha salido de la Capilla de la Universidad en dirección a la Facultad de Bellas Artes, donde tendrá lugar la restauración a cargo del catedrático Francisco Arquillo con una duración prevista de unos cuatro meses. Fue el pasado mes de febrero cuando los hermanos aprobaron en cabildo la intervención sobre la imagen, que consistirá en la limpieza de la policromía, retirada de capas de suciedad acumuladas y diferentes repintes que a lo largo de los años han realizado manos inexpertas y atrevidas como tantas ha habido en la historia patrimonial de las cofradías. Asimismo, Arquillo sustituirá el candelero actual de esta dolorosa del Martes Santo que, como recuerda la propia Hermandad de los Estudiantes en su web, sufrirá la sexta restauración desde 1942, año en que la corporación adquirió la talla a la Parroquia de San Isidoro, donde se encontraba tras la extinción de la Hermandad del Despedimiento para la que había sido realizada.
Por su parte, la Soledad de San Buenaventura se despedirá de su templo el próximo domingo, tal y como ayer acordaron los hermanos en un cabildo en el que se dio el visto bueno a una urgente restauración que practicará Pedro Manzano en su taller trianero. La urgencia viene motivada por la existencia de insectos xilófagos que fueron detectados el pasado Sábado Santo, cuando la dolorosa fue bajada del paso para ser colocada en su altar. Manzano, que presentó a los hermanos un completo informe del estado de la talla acompañado de imágenes de la misma, eliminará el mal localizado y, además, sustituirá el candelero, limpiará la policromía y realizará nuevas articulaciones en los brazos. Tras una misa, la Virgen de la Soledad abandonará San Buenaventura durante dos meses.

domingo, 28 de abril de 2013

A UNA SEMANA DE LAS GLORIAS


Antonio Gila Bohórquez fue el encargado ayer de pronunciar en la Catedral y ante la Virgen de los Reyes el primer Pregón de las Glorias que tiene lugar en el mes de abril. Este adelanto convirtió su disertación en una especie de 'domingo de pasión' de las cofradías letíficas, en el que con una semana de antelación se anunciaba la llegada del 'domingo de ramos' en el que la primera, la Hermandad de San José Obrero, se pondrá en la calle abriendo este nuevo ciclo cofradiero que cada año alcanza un mayor interés y genera mayor expectación.
Para anunciar lo que vendrá en sólo siete días, la cofradía de la calle Arroyo ha editado un cartel formado por la combinación de tres fotografías diferentes realizadas por Fernando Sánchez Vilches, Víctor Manuel Cascales Vallejo y Manuel Martín Vaquero, siendo éste último el autor del diseño.
Como fondo del cartel vemos un primer plano del rostro de San José Obrero, mientras que delante de él, a la derecha, aparece la silueta del santo de cuerpo entero; y a la izquierda se encuentra la medalla de la hermandad que perteneció al recordado párroco Víctor García y que el titular de la cofradía portó en su mano izquierda en la salida procesional del año pasado.
En la parte superior del cartel se ha situado el escudo de la corporación junto a su título completo y el rótulo "San José Obrero"; debajo leemos "Solemne Procesión" y "Domingo 5 de Mayo de 2013, siete de la tarde. Parroquia de San José Obrero y San Francisco de Paula. Sevilla".
El paso que portará al santo carpintero ya salió a las calles el pasado Sábado de Pasión llevando a Nuestro Padre Jesús de la Caridad y al Cirineo en la que fue la primera estación de penitencia con nazarenos de esta pujante hermandad, que cuenta con el triple carácter de cofradía penitencial, sacramental y de gloria.
Tras una Semana Santa muy temprana y un mes de abril sin cofradías en las calles, las Glorias ya están aquí.

sábado, 27 de abril de 2013

SEVILLA EN JEREZ (XI): Un histórico palio de San Juan de la Palma a San Mateo

Quienes en Sevilla suelen lamentar la pérdida del patrimonio cofradiero sevillano, vendido a otras ciudades del entorno, y especialmente a Jerez, mencionan principalmente dos valiosas piezas: el antiguo paso del Cachorro (Castillo Lastrucci, 1929), hoy en la Hermandad de la Cena, como vimos en el capítulo VI de esta serie (ver aquí) y el palio de la hermandad a la que dedicamos este capítulo XI, el de la Virgen del Desconsuelo, de la Hermandad de los Judíos de San Mateo.
Se trata de un histórico conjunto de palio y manto diseñado y bordado por Juan Manuel Rodríguez Ojeda para la Hermandad de la Amargura sevillana entre 1902 (el palio) y 1905 (el manto), todo ello en terciopelo azul. Decimos que es una obra histórica porque se trata del primer palio realizado en un estilo innovador como palio de los denominados de figura que servirá de guía para posteriores obras, como por ejemplo el palio rojo de la Macarena que realizaría en 1908, aunque en este último combinaría ya por vez primera el terciopelo con la malla.
En este antiguo palio de la Amargura aún no hay malla, pero sí hay una clara transición entre sus trabajos anteriores, con la utilización de figuras geométricas propias de los bordados decimonónicos, fundamentalmente en las caídas interiores y el techo, combinadas con los dibujos de inspiración vegetal, que llenan prácticamente todo el terciopelo, y con la corona real rematando la parte central de las bambalinas delantera y trasera.

La Virgen de la Amargura y San Juan, bajo el palio que Rodríguez Ojeda bordó en 1902.

En cuanto al manto, recientemente restaurado por Paleteiro, es el primero marcado por la simetría de sus dibujos y en él destacan las flores que, cerca de la cola del manto, sobresalen de una jarra bordada y que quedan al aire, provocando con el movimiento del paso un reflejo muy armónico en el vaivén de estas mismas flores.
En 1926 la Hermandad de los Judíos de San Mateo o del Desconsuelo adquiere el conjunto de palio y manto a la Amargura por 19.500 pesetas (a la Amargura le había costado 16.000). No fueron pocos los cofrades sevillanos, e incluso hermanos de la Amargura que, siendo conscientes del valor artístico e histórico de estas obras, protestaron por su venta. Pero, como tantas veces ha ocurrido, lo que dejó escapar Sevilla lo ganó Jerez, manteniendo en la actualidad uno de los mejores palios del recordado Juan Manuel, que cada Martes Santo sale a las calles desde el antiguo templo de San Mateo.

Imágenes actuales del paso de palio de la Virgen del Desconsuelo de Jerez, con el antiguo conjunto de palio y manto de la Amargura (Fotos: islapasion.net y lalevantadigital.com)

Curiosamente, el antiguo palio de la Amargura acabó cobijando a una dolorosa que sale también a la calle acompañada por San Juan Evangelista. Son tallas de gran valía artística que siempre se han datado en el siglo XVIII y que últimamente se han venido atribuyendo a la gubia de Francisco Camacho.

La Virgen del Desconsuelo y San Juan Evangelista (Foto: judiosdesanmateo.com)

En cuanto al paso de misterio, es uno de los más populares de Jerez. Lo preside Nuestro Padre y Señor de las Penas, misma advocación que el Cristo de la trianera Hermandad de la Estrella y mismo misterio, puesto que se representa el momento en que el Señor, sentado sobre un peña, ora al Padre mientras se ultiman los preparativos de la cruz para su crucifixión. Detrás, varios romanos se juegan a suertes la túnica, que sujeta un niño. El Señor de las Penas se atribuye también a Francisco Camacho, mientras que las figuras secundarias, todas ellas de talla completa, son obra del valenciano afincado en Jerez Ramón Chaveli (1939).
Destacan los personajes que dan nombre popular a la hermandad, los judíos que en la delantera preparan la cruz y que cuentan con sendos apodos: el Bizco y el Verruga. Son llamados así porque, dentro de la tendencia de la imaginería de representar la maldad a través de la fealdad, uno de ellos es bizco y el otro tiene en su pómulo derecho una verruga.

Nuestro Padre y Señor de las Penas en su paso, con los judíos apodados el Bizco y el Verruga (Foto: judiosdesanmateo.com)

Al hablar del misterio de los Judíos de San Mateo hay que mencionar el paso, obra de Manuel Guzmán Bejarano, quien lo talló entre 1968 y 1970. Cuenta con el estilo propio del tallista sevillano, con una línea muy redondeada, numerosos puntos de luz tanto en las esquinas como en los costeros, tallas de ángeles por todo el canasto y diferentes cartelas.

Paso de misterio de Nuestro Padre y Señor de las Penas (Foto: Javier Romero Díaz)

Por último, señalamos que el mismo año en que Guzmán Bejarano finalizó la talla este paso para Jerez comenzó a tallar el paso actual del misterio de las Tres Caídas de Triana. El parecido entre ambos es innegable. No cabe duda de que en los dos pasos el artista optó por seguir la misma estela, como se puede ver en las líneas del canasto y en la aparición de cartelas plateadas y ángeles que sostienen jarras de flores, entre otros detalles.

Los pasos de los Judíos de San Mateo y las Tres Caídas de Triana dejan ver las evidentes similitudes estilísticas entre ambos (Foto Judíos: sentimiento.blogcindario.com)

martes, 23 de abril de 2013

EL MISTERIO DE LA CENA AL COMPLETO, DE NUEVO EN EL CORPUS


La Hermandad de la Sagrada Cena volverá este año a llevar hasta el Palacio Arzobispal el día del Corpus Christi el paso de misterio completo, como ha ocurrido en diversas ocasiones con carácter extraordinario; la última vez fue en 2011 para celebrar el quinto centenario de las hermandades sacramentales.
En esta ocasión, el motivo de este traslado especial del Señor acompañado del apostolado de Ortega Bru (y no solo sobre el paso del Cristo de la Humildad y Paciencia, como es habitual) es la conmemoración del Año de la Fe, así como el centenario de la reorganización de la cofradía.
Al igual que hace dos años, lo que la Hermandad de la Cena planteó en un principio era incluir el paso de misterio dentro del cortejo de la propia procesión del Corpus, junto a los pasos de Santa Ángela de la Cruz, las santas Justa y Rufina, San Isidoro, San Leandro, San Fernando, la Inmaculada Concepción, el Niño Jesús del Sagrario, la Custodia Chica y la Custodia de Arfe. Pero de nuevo se ha encontrado con la oposición del Cabildo Catedral, que siempre ha considerado que la inclusión de un misterio de la Semana Santa desvirtuaría el sentido de la procesión y restaría interés a lo principal, que es la custodia con el cuerpo de Cristo. Y ello pese a que en Jerez, por ejemplo, no ha sido raro ver varios años el misterio de la Cena como parte de la procesión eucarística. En Sevilla, sin embargo, cualquier modificación en este sentido es más complicada.
De esta forma, el primer paso de la cofradía del Domingo de Ramos saldrá de Los Terceros en dirección a la puerta lateral del Palacio Arzobispal, la que da a la calle Placentines, donde quedará instalado como el último altar de los que las cofradías montan a lo largo del recorrido de la procesión. Finalizada la misma, tendrá lugar el regreso con el acompañamiento musical de la Banda de Cornetas y Tambores de Las Cigarreras.
Hay que recordar que en 2011, para acentuar el carácter extraordinario de la salida del misterio completo en el Corpus, tanto el Señor de la Cena como los apóstoles vistieron algunas piezas bordadas cedidas por otras corporaciones, además de la túnica que se encuentra a los pies del Cristo de la Humildad y Paciencia en su paso. Aquella jornada, además, fue un día de un intensísimo calor que se hizo notar especialmente en el traslado de regreso del paso al templo de la calle Sol.
Hay que señalar, por otro lado, que aquel 23 de junio de 2011 fue la última ocasión en que el paso de la Cena estuvo en las inmediaciones de la Catedral, ya que los dos últimos Domingos de Ramos la hermandad ha visto frustrada su estación de penitencia por la lluvia.

domingo, 21 de abril de 2013

LA PARANOIA METEOROLÓGICA


Dentro de justo un año será Lunes de Pascua y habremos acabado de vivir una Semana Santa que, si este año hubiera tenido lugar en las mismas fechas que la de 2014, habría sido una Semana Santa completa, con todas las cofradías saliendo a las calles a cumplir sus estaciones de penitencia en jornadas de sol, cielos azules e incluso calor. Veremos con qué nos encontramos.
Habría sido, por tanto, una extrañísima Semana Santa en la que no habríamos hablado de porcentajes ni probabilidades de lluvia, ni de frentes que vienen de Huelva o de Galicia o de vaya usted a saber dónde. Vamos, una Semana Santa prácticamente desconocida si nos atenemos a los últimos años.
Porque todos sabemos en lo que se ha convertido últimamente la Semana Santa, una fiesta en la que jugamos a ser meteorólogos y aprendemos a manejar conceptos que después no volvemos a utilizar el resto del año en ninguna otra circunstancia. Uno no mantiene conversaciones como éstas una tarde de, pongamos, octubre: "¿Vamos a tomar una cervecita al Salvador? Sí, pero a ver qué me pongo. Voy a consultar los partes de la Aemet. ¿Ves? Dice que viene un frente por Cádiz que, según cómo sople el viento, puede que se vaya desplazando al norte y roce a Sevilla. ¿Pero qué probabilidad de lluvia da? Pues un 55 por ciento. ¿Suspendemos la cervecita? Espera que reúno a los colegas y ya te comunico la decisión". No, obviamente esto no pasa.
¿Cuál es la consecuencia de esa dependencia de partes, porcentajes y consultas a la Aemet o al físico de partículas que vive al otro lado del charco? Que las cofradías viven en un estado de paranoia meteorológica tal en las horas previas a la salida que haría falta un botiquín de tranquilizantes en las salas de cabildos o sacristías de los templos.
¿No da la sensación de que antes era todo mucho más fácil? ¿Acaso las cofradías no han vivido todas en algún momento situaciones de lluvia? Hay que cuidar el patrimonio, sí. Pero quizá estamos llegando a un punto en el que cualquiera diría que los Cristos se hacen de papel cebolla... Por no hablar del patrimonio humano y esos niños, siempre los niños, a los que hay que proteger de esa sustancia maligna y corrosiva que las nubes dejan caer del cielo. Como si los niños no jugasen nunca a chapotear en los charcos que se forman con esa misma sustancia de la que todo hermano mayor quiere proteger ante todo a sus cofrades más pequeños.
Así las cosas, vivimos la Semana Santa con tantos por cientos en la cabeza. "Hasta las siete de la tarde hay un 70 por ciento y luego baja al 40 hasta las diez que sube al 50". ¿Me puede explicar alguien cómo se calcula la probabilidad de lluvia? ¿Por qué se sabe si la nube que está entrando por el Aljarafe puede descargar en un 60 o en un 65 por ciento? ¿Quién decide la cifra? Debe de ser alguien tela de importante porque los cofrades nos agarramos a los porcentajes como dogmas de fe, palabra del cielo.
La ciencia, que avanza que es una barbaridad, ha librado a las cofradías en los últimos años de muchos chaparrones, es cierto. Pero también es verdad que nos está robando parte de la Semana Santa.
Siempre pongo el mismo ejemplo: el Jueves Santo de 2002. Dejó de llover a las dos de la tarde. No llovió más. Ni el jueves, ni el viernes. Y, sin embargo, se quedaron sin salir los Negritos, la Exaltación, las Cigarreras, Monte-Sión, Pasión y hasta el Gran Poder en la Madrugá. Y todo porque venía un frente del norte de África que con total rotundidad iba a descargar en Sevilla no sólo agua, sino polvo del desierto (!!). No cayó nada.
Alguno dirá que hace ya once años de aquello y que los adelantos de hoy en día impiden errores garrafales como aquél. Pero, en ese caso, ¿cómo es que este último Domingo de Ramos la ciencia nos dio las predicciones exactamente al revés? Las primeras cofradías de la jornada salieron con la plena seguridad de que no llovería, y llovió. Las últimas cofradías, a excepción de la Estrella, se quedaron sin salir porque el tiempo no mejoraría lo suficiente, y no llovió más. ¿Es o no cierto que las predicciones meteorológicas nos robaron este año a San Roque, la Amargura y el Amor?
No quiero decir con esto que no haya que hacer caso a los expertos, ni que haya que asomarse a un balcón para, mirando el cielo y la dirección de las nubes, decidir qué se hace. Lo que quiero decir es que en el término medio está la virtud. Y que no podemos permitir que los porcentajes, más o menos precisos o imprecisos, secuestren la Semana Santa. Las juntas de gobierno no deben ser inconscientes (aunque a veces se gana precisamente por serlo), pero tampoco fiar a la ciencia toda una cofradía y todos los sueños y las emociones guardadas y esperadas durante un año entero, como si la ciencia fuera infalible.
Y, por favor, hermanos mayores que subís al atril a anunciar las decisiones: lo que cae del cielo es agua, nada más que eso. Y los niños ni encogen ni se transforman en monstruitos de peluche como los de aquellas películas por mojarse...

jueves, 18 de abril de 2013

LA VIRGEN DEL AMPARO, EN UN COMPLETO CARTEL DE LAS GLORIAS 2013


La Virgen del Amparo de la Magdalena preside el cartel de las Glorias 2013, pintado por José María Méndez, y que constituye un completísimo heraldo del periodo glorioso que Sevilla vivirá entre mayo y diciembre, ya que en el marco del motivo principal de la obra figuran todas y cada una de las advocaciones de las hermandades letíficas de la ciudad. Así, mientras en las guirnaldas de flores aparecen las advocaciones marianas, en las esquinas vemos los titulares de las cofradías de gloria que no tienen como titular a la Virgen María, sino al Sagrado Corazón de Jesús, Santa Lucía, San Antonio de Padua y San José Obrero.
Por otro lado, la Virgen del Amparo, elevada sobre unas nubes, cuenta alrededor de su cabeza y la del Niño Jesús con varias frases, como "Bajo tu Amparo nos acogemos", "Santa Madre de Dios", "Ave María", "Señor mío y Dios mío" y "En Vos confío". Bajo la Virgen se puede leer "2013 Año de la Fe" y en la parte inferior, en el marco, "Sevilla", mientras que en la parte superior leemos "Glorias".
Lo más llamativo del cartel de José María Méndez son los rostros que rodean a la Virgen del Amparo. Así, en la parte superior el artista ha plasmado 24 caras de ángeles que recuerdan a los que tradicionalmente se representan adorando a María Auxiliadora, devoción personal de Méndez.
Y en la parte inferior, a la izquierda se encuentra una niña tocando el manto con el emblema de Andex en su ropa, recordando así a los niños con cáncer. Acompañan a la niña su madre y su abuela, que representan la transmisión de la devoción de generación en generación.
Bajo ellas vemos de espaldas, con su acostumbrada humildad, a una hermana de la Cruz, con tanta presencia en Sevilla y ante cuyo convento son varias las hermandades de Gloria que pasan durante el año.
Al otro lado, en primer lugar vemos a un matrimonio que representa la fidelidad ante la Virgen. Seguidamente aparece un niño que sostiene un cirio con el emblema "Lágrimas de vida", que desde hace años se utiliza para promover las donaciones de órganos. Finalmente, en la esquina inferior derecha el artista ha representado a una anciana que reza a la Madre Dolores Vázquez, fundadora de las Filipenses Hijas de María Dolorosa.
Con la presentación de este cartel, que en general ha tenido críticas muy positivas y en la que a través de los diferentes rostros que aparecen en él José María Méndez ha querido enfatizar la fe del pueblo en este Año de la Fe, arranca oficialmente el periodo de las Glorias, cuyo Pregón pronunciará en la Catedral el próximo 27 de abril Antonio Gila Bohórquez ante la Virgen de los Reyes.

lunes, 15 de abril de 2013

DOMINGO DE RESURRECCIÓN 2013: DIEZ AÑOS DESPUÉS

Poco después de la entrada de la Trinidad llovió en el centro de Sevilla. Parecía como si el cielo quisiera decirnos que había decidido tener la gentileza de respetar hasta el último momento el Sábado Santo, pero que la medida de gracia había terminado. Todo apuntaba a que la Hermandad de la Resurrección no iba a poder realizar su estación de penitencia, pero había que esperar... y sin programas radiofónicos que nos adelantaran lo que estaba ocurriendo.
A la misma hora en que la cofradía debía ponerse en la calle, la grúa municipal retiraba algunos vehículos aparcados en la calle San Luis, justo delante de la escuela lasaliana. Fue inútil, en cualquier caso, hacerle hueco a un cortejo que finalmente, como sospechábamos, no iba a salir a la calle para recorrer ese nuevo itinerario de ida, que incluía callejuelas del entorno de San Luis, como Inocentes o San Blas, para salir a la Plaza de Monte-Sión. Ni Bustos Tavera, Doña María Coronel e Imagen, ni la Plaza del Pumarejo, Relator y Feria. El recorrido de este año de camino a la Campana era completamente diferente a los de los últimos años.
Nadie salió a informar a la gente que esperaba a las puertas de Santa Marina. La clave fue escuchar la interpretación, a puerta cerrada en el interior del templo, de diversas marchas por parte de las bandas que acompañan a los dos pasos de la cofradía. Así, la Agrupación Virgen de los Reyes tocó "Y al tercer día", mientras que la Banda de Música de María Santísima de la Victoria interpretó "Salve, Virgen de la Aurora" y a continuación "Amarguras", el himno cofradiero con el que debería haber terminado la Semana Santa a eso de las dos y media de la tarde del domingo. Pero sólo pasaban unos minutos de las cinco de la madrugada y la marcha alcanzaba ya sus últimos compases.


De entre las hermandades que hacen estación de penitencia a la Catedral, la Resurrección es la que más tiempo llevaba sin verse perjudicada por la lluvia. En concreto, una década. En 2003, tras una noche de Sábado Santo en la que las cuatro cofradías de la jornada (entonces no salía el Sol) tuvieron que acelerar en sus itinerarios de regreso a sus templos, la Hermandad de la Resurrección suspendía su salida. Y eso pese a que, ya de día, la lluvia dejó paso a una radiantísima mañana de domingo.
Este año al menos quedó el consuelo de ver cómo tanto la madrugada como la mañana estuvieron, como se suele decir, metidas en agua. No habría habido opción alguna.
Dentro de Santa Marina se quedaron, por tanto, los dos pasos perfectamente exornados ante el altar de la iglesia, presidido por la imagen de la santa mártir que le da nombre.


Se notó mucho la altura que ha ganado el paso del Resucitado, que ahora permite contemplar en su totalidad el sepulcro sobre el que se eleva. También está más alto el ángel que lo acompaña. Para el año que viene quedará el estreno de las nuevas esquinas y maniguetas que ha tallado Francisco Verdugo para cubrir la ampliación del paso, que ha ganado una trabajadera.
El paso lucía una combinación de flores, fundamentalmente rosas rojas, además de un lazo amarillo y blanco, los colores del Vaticano, dado que la estación de penitencia se había dedicado al Papa Francisco.









En cuanto al paso de palio de la Virgen de la Aurora, bellísima imagen de Dubé de Luque para la que los Hermanos Delgado realizaron una grandísima labor de orfebrería, estaba exornado con una combinación de flores de tonalidad rosa y blanca. Poco a poco nos vamos acostumbrando al azul del manto, el techo y los faldones que sustituyó al color rojo en 2010.









Junto al altar de insignias de la cofradía, tras las dalmáticas de los acólitos, podía verse el estandarte corporativo de la Hermandad de Torreblanca, que iba a acompañar a la de Santa Marina en su estación de penitencia debido a los lazos de unión que generó entre ambas el vía crucis del Año de la Fe. También una representación de la Resurrección debía haber acompañado a Torreblanca el Sábado de Pasión. Curiosamente, ninguna de las dos cofradías pudieron salir este año a la calle.


En esta mañana sin cofradía, la lluvia no pudo arrebatarnos todas las citas con sabor cofradiero. Nuestro camino se dirige a Triana, a la Basílica del Cachorro, donde una cola rodeaba al templo hasta salir a la carretera de Huelva, a la altura de la Plaza de los Hermanos Cruz Solís.
El Santísimo de la Expiración estaba en besapié. El crucificado había sido bajado de su paso por segunda vez este año y colocado ante el retablo, donde la cruz de guía ocupaba el camarín. Seis candeleros de cera blanca y varios ramos de claveles rojos, lirios morados y otras flores flanqueaban al Cachorro.












La Virgen del Patrocinio estaba aún en su paso de palio a los pies del templo, pero ante su camarín se exponía el cuadro de Miguel Ángel González Romero que ha servido de portada de El Llamador de Papel 2013, y que representa al Cachorro a punto de alcanzar su templo en la noche del Viernes Santo.



Siguiendo el camino que no hace el Cachorro desde 2010, por la calle Castilla llegamos a la Parroquia de Nuestra Señora de la O, donde Nuestro Padre Jesús Nazareno estaba en besamanos en el presbiterio. Vestía la túnica burdeos con la que habría salido este año a hacer estación de penitencia, ante la cruz de guía de la hermandad y los cuatro faroles dorados de su paso, y entre dos ángeles ceriferarios. Sobre su peana, había una gran cantidad de claveles rojos de tonalidad oscura.











Por su parte, la Virgen de la O seguía en su paso de palio, al que le faltaban algunas de las rosas y jacintos que lo adornaban y perfumaban el Viernes Santo, dado que eran repartidos junto a los lirios morados del paso del Nazareno entre las personas que acudían al besamanos. La dolorosa ya no llevaba la corona de oro que Orfebrería Triana realizara para la Coronación Canónica de 2007, sino una de las dos coronas de plata sobredorada que solía alternar en sus estaciones de penitencia.


No deja de resultar curioso, e incluso simbólico, que el Domingo de Resurrección, acabada la Semana Santa y las salidas procesionales de las hermandades de penitencia, sea visita obligada la Parroquia de San Bartolomé, ese antiguo templo donde la quietud, la calma y la oración al Santísimo son protagonistas cada día y casi a cada hora; ese templo que figura en algunos capítulos de la historia de cofradías como Santa Marta, Jesús Despojado o las Aguas, pero en el que hoy la Pasión de Cristo se refleja únicamente en el Cristo de las Ánimas y en la dolorosa situada a sus pies, que tanto parecido guarda con la Estrella de Triana.
Allí, en su magnífica capilla de la cabecera de la nave del Evangelio, Sevilla enlaza el tiempo penitencial con el de las Glorias. Porque allí cada Domingo de Resurrección Jesús resucita y vuelve a ser niño en los brazos de la Virgen de la Alegría, que ofrece su mano derecha para que los fieles la puedan besar.






Cristo ha resucitado y su madre vuelve a sonreír. Y con Ella, los cofrades sevillanos, que aspiran ya el aroma de las Glorias en la ciudad mariana más hermosa del mundo.