miércoles, 3 de abril de 2013

SÁBADO DE PASIÓN 2013: EMPATE A DOS ENTRE LA LLUVIA Y LAS COFRADÍAS

La amenaza meteorológica del Viernes de Dolores fue a más el Sábado de Pasión, una jornada que estaba llamada a ser una de las que más novedades presentaran en sus hermandades este año, si no directamente la que más. De sus cuatro cofradías, tres contaban con importantes estrenos y la otra tenía un gran motivo de celebración. Sin embargo, desde la misma mañana hizo acto de presencia la lluvia, generando la inquietud entre los cofrades. Algo, por otra parte, de lo que no nos íbamos a librar en toda la semana.
Pero antes había que volver a San Vicente. Allí tenía lugar el besamanos a Nuestro Padre Jesús de la Divina Misericordia, de la Hermandad de las Siete Palabras, que se encontraba ubicado en la capilla sacramental del templo, vestido con la túnica de terciopelo corinto bordada en 2005 por Fernández y Enríquez. Estaba situado ante un cortinaje morado con la cruz que lleva sobre sus hombros en el paso y ocho candeleros de cera roja, y flanqueado por varios faroles y jarras con flores de especies diversas.







Y otra cita obligada estaba en San Lorenzo, con el Señor del Gran Poder, que había bajado de su camarín al presbiterio de su basílica para que todos pudieran besarle las manos hasta el Martes Santo. Vestía túnica morada lisa y estaba rodeado de claveles rojos, candeleros de cera color tiniebla y los cuatro característicos faroles de su paso, además de los ángeles pasionistas del mismo.









Ya por la tarde, las primeras citas estaban en dos barriadas situadas tremendamente lejos del centro de la ciudad. En Torreblanca había muchas ganas de salir. Evidentemente esto es una perogrullada que vale para cualquier hermandad. Pero es que en este caso los cofrades querían quitarse la espinita del frustrado vía crucis del Año de la Fe, con polémica absurda incluida, además de celebrar por las calles del barrio los 25 años transcurridos desde la bendición de la Virgen de los Dolores.
Pero no fue posible. Llovía, a ratos con mucha fuerza, cuando la Hermandad de Torreblanca tenía que estar ya recorriendo su largo itinerario en su estación de penitencia a la Parroquia del Inmaculado Corazón de María. No hubo lugar a muchas dudas, entre otras cosas porque por más que se esperara algunas calles estaban ya muy encharcadas. Así, no tardó en tomarse la difícil decisión de suspender la estación de penitencia en un año que debía haber sido muy especial para la cofradía, pero que resultó pasado por agua por partida doble.


Mientras tanto, en el Parque Alcosa la Hermandad del Divino Perdón tomaba otra decisión: esperar. Y esperar y esperar... Pero en la Milagrosa se optó por seguir la estela de Torreblanca y por primera vez el maravilloso misterio de Nuestro Padre Jesús de la Esperanza en el Puente Cedrón se tuvo que quedar sin salir. Y tampoco pudimos ver a la Virgen del Rosario bajo su nuevo palio diseñado por Joaquín Salcedo que presentaba la bambalina frontal ya bordada. También se estrenaban el manto y los faldones.
Y en el Parque Alcosa la Hermandad del Divino Perdón esperaba y esperaba... y acertó. Cerca de dos horas después de lo previsto, la cruz de guía se ponía en la calle. Era un día histórico para esta joven corporación, que por fin, después de algunas dificultades ajenas a su voluntad, podía sacar dos pasos en su cortejo, al estrenar el palio de la Virgen de la Purísima Concepción.
Antes iba el pequeño paso de Nuestro Padre Jesús del Divino Perdón, que presentaba un exorno floral prácticamente calcado al de 2012; es decir, monte de claveles rojos con friso de lirios morados y la misma combinación para las dos jarras laterales y las situadas en el centro de cada costero del propio canasto.
La Agrupación Musical Nuestra Señora de la Estrella de Dos Hermanas volvió a dar muestras de su saber hacer tras este paso que, nada más salir, recibió una emocionante saeta a cargo de Álex Ortiz.








En torno a las siete y media de la tarde asomaba por la puerta de la Iglesia de la Beata Ana María de Javouhey y San José de Cluny el esperadísimo paso de palio de María Santísima de la Purísima Concepción, que lo estrenaba todo: el palio, los faldones y los respiraderos, confeccionados por Manuel Solano; y la orfebrería de Emilio Méndez y Orfebrería Santos. Lo único que no era nuevo era el manto, que fue cedido por la Hermandad de la Sed y que hasta 2011 cobijó a la Virgen de Consolación. Una petalada lanzada por varias hermanas recibió a la Purísima Concepción en la calle.
El estreno de este palio del Parque Alcosa supuso rescatar para la Semana Santa sevillana a la Sociedad Filarmónica de Pilas, banda que vivió una época de gran esplandor hace años llegando a acompañar a una dolorosa sevillana prácticamente cada día. También la Virgen de la Purísima Concepción recibió una saeta de Álex Ortiz. Sigue resultando curioso que el público se empeñe en aplaudir antes de que el saetero haya finalizado, con lo que el desgarrado final del cante acaba convirtiéndose en algo absolutamente inaudible. Uno podría interpretar que aplaudir antes de dejar que acabe es una manera extremadamente elegante que tiene el público de decir que no le está gustando lo que oye. De otra forma no se entiende...








La cofradía se vio obligada, por segundo año consecutivo, a recortar parte de su itinerario debido al gran retraso con el que comenzó su estación de penitencia. Mereció en cualquier caso la pena con tal de poder dar la bienvenida a un nuevo paso en el universo cofradiero sevillano. Alcosa ya tiene su paso de palio.





 









Y otro gran estreno estaba en San José Obrero, que también retrasando su salida, y también recortando el itinerario, salió por primera vez con nazarenos de túnica y antifaz azul con capa blanca, y con dos pasos. En el primero, en el que procesiona el primer domingo de mayo el santo titular de la hermandad y de la parroquia, iba Nuestro Padre Jesús de la Caridad, al que ayudaba a portar la cruz el nuevo Cirineo que ha tallado el mismo autor del Cristo, Fernando Aguado, a quien en todo momento se vio siguiendo a la cofradía por las calles del barrio. Hay que indicar como curiosidad que a la hora de tallar al Cirineo, el imaginero se ha inspirado en el rostro de Víctor García, quien fuera párroco de San José Obrero y que tanto apoyo dio a la hermandad hasta su fallecimiento en 2011.
El exorno del paso estaba formado por diversas especies florales sobre un monte de corcho, que tan de moda se ha vuelto a poner a raíz del vía crucis del Año de la Fe.










Cerraba la cofradía el paso de palio de la Virgen de los Dolores, la primera imagen salida de las manos de Álvarez Duarte, que la talló cuando contaba sólo doce años de edad. Esta dolorosa, que no salía bajo palio desde septiembre de 2011, estrenaba para su paso parte de la candelería y lucía como exorno floral claveles blancos.
Dos detalles llamaron la atención en la candelería de este paso. Por un lado, que el capataz, Antonio Santiago, ejerciera de tío de la caña en varias ocasiones para colaborar en el encendido de los cirios, lo que resultaba especialmente difícil por el aire que corría en una noche que resultó bastante fría. Y en segundo lugar, hasta siete cirios se rompieron, cayeron o tuvieron que ser arrancados por el excesivo movimiento que presentaban, retirándose más tarde los únicos dos cirios supervivientes de la última tanda para tratar de guardar el equilibrio estético del conjunto.










Por la calle Antonio Filpo Rojas la cofradía, que fue acompañada en esta primera salida en Sábado de Pasión por las hermandades de Monte-Sión, la Trinidad y la Flagelación de Ciudad Real, alcanzó de nuevo Samaniego y su parroquia. La Agrupación Musical de los Gitanos interpretó "La saeta" en la entrada del Señor de la Caridad, mientras que la Banda de Música Virgen del Castillo, de Lebrija, tocó "Encarnación Coronada" para los últimos instantes en la calle de la Virgen de los Dolores. Algunos minutos antes de la una de la madrugada finalizó la Hermandad de San José Obrero su primera estación de penitencia.








Así pues, el Sábado de Pasión acabó con un 'empate': dos cofradías realizando sus estaciones de penitencia frente a otras dos que se tuvieron que quedar en el templo. Heridas un año más por la lluvia, las vísperas daban ya paso al día inaugural de la Semana Santa, al más esperado. "Esto ya se está acabando", pensarían los más agonías...

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