viernes, 30 de diciembre de 2016

MEMORIA COFRADIERA DE 2016

Alcanzamos el final de 2016, un año muy especial en lo cofradiero, que nos ha dejado momentos muy destacables y que recordaremos durante muchísimo tiempo. Un sinfín de emociones y de verdaderos hitos para la historia de las cofradías, entre los que sin duda habrá que guardar como un auténtico tesoro de la memoria la salida extraordinaria del Gran Poder en el cierre del Año de la Misericordia.
No ha sido la única salida extraordinaria. La Virgen de la Paz fue coronada canónicamente y la O celebró doblemente sus 450 años de historia. Por otro lado, por fin pudo estrenarse en las calles la Hermandad de la Virgen de Montemayor, que vivió además su primer besamanos. En Triana, cuya 'catedral' de Santa Ana ha cumplido 750 años, se ha celebrado el cuarto centenario de la fusión entre las cofradías de la Esperanza y las Tres Caídas, además del medio siglo de la Parroquia del Buen Aire.
Por otro lado, la lluvia nos robó parte de la Semana Santa, haciendo acto de presencia el Lunes y el Martes Santo, y trastocando levemente el Domingo de Ramos. En el Corpus encontramos una de las notas negativas del año, con el escasísimo número de altares montados por las hermandades. 
Para la Trinidad y la Virgen de la Cabeza de San Juan de la Palma, 2016 siempre será el año en que presidieron respectivamente el Vía Crucis de las Cofradías y el Pregón de las Glorias. Y para Las Cigarreras, el año en que Sevilla recuperó la iconografía perdida del Cristo de la Púrpura.
Éstas y muchas otras estampas que nos ha dejado el año que ahora acaba son las que vamos a repasar, mes a mes, en esta memoria cofradiera de 2016.

ENERO
El año había comenzado con los titulares de la Hermandad de la Vera-Cruz en la Parroquia de San Vicente, donde habían pasado prácticamente la mitad del año 2015 por las obras de restauración de la Capilla del Dulce Nombre de Jesús. Finalizados estos trabajos, y tras un besapié extraordinario al Cristo de la Vera-Cruz, se produjo el regreso de la hermandad a su casa (ver).


Y otra imagen de la Semana Santa, el Varón de Dolores de la Divina Misericordia, de la Hermandad del Sol, volvía a San Diego de Alcalá después de una intervención por parte de su autor, José Manuel Bonilla Cornejo, que había potenciado la expresividad de la imagen con algunas modificaciones pictóricas (ver).


Fue enero un mes con dos interesantes exposiciones, como la titulada "Un sueño de forja y cerámica para la Esperanza", primera de las citas del año en el 'Círculo de Pasión' del Mercantil, dedicada a la Hermandad de la Esperanza de Triana (ver). Y en otro círculo, el de Labradores, disfrutamos con "Los pasos de la O a través de sus 450 años de historia", con la que la Hermandad de la O comenzó la celebración de tan destacada efeméride (ver).
El besapié del Señor Orando en el Huerto, de la Hermandad de Monte-Sión, nos dejó una escena muy llamativa, con el Señor rodeado por el ángel, los apóstoles San Juan, San Pedro y Santiago, y hasta un olivo, todo ello sobre un monte de corcho y vegetación silvestre (ver).


En la Basílica de la Macarena, la Esperanza volvía a verse enmarcada por la embocadura de plata de Fernando Marmolejo, que acababa de ser objeto de una importante labor de restauración (ver).


Y no lejos de allí, la Hermandad de la Hiniesta celebraba el vía crucis con el Cristo de la Buena Muerte, que recorrió por primera vez en su historia calles situadas extramuros del centro histórico, como la Avenida de la Cruz Roja, Antonio Machín o León XIII, acercando al crucificado a calles de las que salen numerosos nazarenos cada Domingo de Ramos para acompañar a la cofradía (ver). Y en su besapié, el crucificado de Castillo Lastrucci estuvo acompañado por la Virgen de la Hiniesta y por Santa María Magdalena (ver).
Finalmente, hay que apuntar la celebración en Triana del vía crucis del Cristo de las Tres Caídas en la mañana del último domingo del mes (ver) y la presentación del cartel de la Semana Santa de 2016, obra del pintor César Ramírez (ver).



FEBRERO
La Hermandad del Beso de Judas presentó en febrero su gran estreno para la Semana Santa de este año, como era el manto bordado para la Virgen del Rocío por el Taller de Santa Bárbara. La presentación tuvo lugar en la exposición del décimo aniversario de 'Círculo de Pasión' (ver).


Otra exposición destacable fue la celebrada en el Ayuntamiento, donde se pudo ver el palio de la Virgen de las Mercedes, de la Hermandad de Santa Genoveva, recién restaurado por Jesús Rosado. El palio fue montado, con caídas, techo y varales, en la Sala Capitular del Consistorio hispalense (ver).


Por su parte, la Hermandad de la Macarena celebró el vía crucis del Señor de la Sentencia con un itinerario muy especial con motivo del Año de la Misericordia, llegando a visitar los conventos del Espíritu Santo, las Hermanas de la Cruz y el Pozo Santo (ver).
La Hermandad de la Trinidad vio cumplido un viejo anhelo al ver rotulada una calle con el nombre del Cristo de las Cinco Llagas. Concretamente, así se llama la vía que une las calles Verónica y Sol, por la que la cofradía pasa en su itinerario de regreso en la noche del Sábado Santo (ver). Y tras su besapié del primer domingo de Cuaresma (ver), al día siguiente el crucificado de Álvarez Duarte presidió el Vía Crucis de las Cofradías en la Catedral (ver), para cuyo traslado las andas estrenaron unos guardabrisones con cera roja.


En el capítulo de besamanos y besapiés propios de la Cuaresma, en febrero vimos al Santísimo Cristo de las Misericordias, de la Hermandad de Santa Cruz, con la Virgen de la Antigua tras él en el presbiterio del templo (ver), al Señor del Soberano Poder de los Panaderos ante un dosel de la Soledad de San Buenaventura (ver), al Cristo del Amor entre la Virgen del Socorro y San Juan Evangelista (ver) y al Cristo de las Siete Palabras con la Virgen de los Remedios (ver).
En cualquier caso, una de las estampas más llamativas del mes de febrero fue la reposición al culto de la Virgen del Dulce Nombre después de la intensa restauración llevada a cabo por Carmen Bahima, quien nos devolvió en todo su esplendor a una de las dolorosas más bellas de Castillo Lastrucci (ver).


Aunque no podemos olvidar el regreso igualmente de la Virgen del Rosario, de la Hermandad de Monte-Sión, que acababa de ser restaurada magníficamente por Pedro Manzano (ver).



MARZO
Los últimos cultos cuaresmales antes de una tempranera Semana Santa, que fue pregonada por Rafael González Serna, nos dejaron escenas como el besamanos al Cautivo de Santa Genoveva entre faroles del otro Cautivo del Lunes Santo, el de San Pablo (ver), el besamanos de otro Cautivo, el de Torreblanca, ante el dosel de Jesús Despojado (ver) o la Virgen del Carmen Doloroso con el manto de Sobrinos de Caro de la Virgen de Regla de los Panaderos (ver).
También pudimos ver antes de los días grandes a la Virgen de Gracia y Amparo de los Javieres acompañada por primera vez bajo su palio por San Juan Evangelista, un gran estreno después frustrado por la lluvia (ver).


El 18 de marzo, siendo aún invierno, fue Viernes de Dolores (ver) y arrancaron las estaciones de penitencia en una jornada marcada por la lluvia que hizo su aparición a última hora, obligando al regreso precipitado de las hermandades a sus templos. La de Pasión y Muerte, por ejemplo, no llegó a la Parroquia de Santa Ana, al decidir volverse antes. Estrenaba la hermandad el acabado del paso en color caoba.
En Pino Montano el estreno fue musical, con la nueva marcha "Amor y Esperanza", dedicada al hermanamiento entre esta hermandad y la Macarena. La nueva composición, de Alejandro Blanco, se interpretó en dos ocasiones en el momento de la salida de María Santísima del Amor.


Y en Bellavista fueron novedad los capataces de ambos pasos. Juanma Martín tomó las riendas del misterio del Señor de la Salud y Remedios, mientras que Ernesto Sanguino hacía lo propio ante el llamador del paso de palio de la Virgen del Dulce Nombre.


Finalmente, el paso del Cristo de la Corona estrenó la finalización de la talla de los faroles de su paso a cargo del tallista Francisco Verdugo.
El Sábado de Pasión (ver) empezó con toda una novedad, como era la incorporación de la Hermandad de Padre Pío como cofradía del día, tras abandonar el Viernes de Dolores. El estreno en la jornada no fue como se había imaginado, ya que desgraciadamente el temor a una gran nube gris que ganó protagonismo en el cielo llevó a la hermandad a decidir darse la vuelta poco después de cruzar el puente de la SE-30. Fue una decisión precipitada, ya que, no sólo no cayó una sola gota, sino que tras esa nube llegaba un enorme claro que hizo que el regreso al templo lo llevara a cabo la hermandad bajo un cegador sol.


Esa misma preocupación por una lluvia que jamás llegó hizo al resto de hermandades del día retrasar sus salidas hasta consultar los últimos partes meteorológicos. Así pasó, por ejemplo, en Torreblanca, donde la cofradía pasó a un ritmo más rápido de lo habitual por la Plaza del Platanero, sin suprimir, en cualquier caso, ninguna de las calles previstas en el recorrido. La novedad estaba en el palio de la Virgen de los Dolores, que estrenó las caídas, el techo, el manto y los faldones, todo ello de color azul, piezas que serán bordadas en los próximos años por Grande de León. También eran nuevos los varales, de Orfebrería Andaluza, mientras que los respiraderos eran de madera, a la espera de estrenar los que también labrará el mismo taller.

En el Parque Alcosa, el palio de la Virgen de la Purísima Concepción estrenó un relicario de la Beata Ana María de Javouhey en el frontal, mientras que en Ciudad Jardín se vieron por ver primera nazarenos de la Hermandad de la Milagrosa en su primera salida como hermandad de penitencia.


Y con unas previsiones meteorológicas realmente negativas, llegamos a un Domingo de Ramos (ver) que, sin embargo, se salvó de la lluvia, aunque la Hermandad de la Paz salió con más de una hora de retraso a las calles del Porvenir, donde llegaron a caer pequeñas lloviznas en los momentos previos a la hora oficial de salida. Después, la hermandad corrió y corrió para cumplir los horarios en la carrera oficial, eliminando el discurrir por el Arenal para ganar tiempo.
Jesús Despojado fue la primera hermandad en llegar a la Campana, ya que la Hermandad del Amor optó por no arriesgar y sacó el misterio de la Borriquita integrado en el cortejo de la segunda parte de la cofradía, con el Cristo del Amor y la Virgen del Socorro, como ya ocurrió en 2000 y 2012.


En la Hermandad de la Cena fueron novedad las jarras de los costeros, de color caoba, talladas por Álvaro Berrocal González.


Por su parte, Nuestro Padre Jesús de las Penas de la Hermandad de San Roque fue acompañado por primera vez por la Banda de Cornetas y Tambores Esencia, en sustitución de la Centuria Macarena. Además, el Señor volvió a lucir la túnica lisa, después de varios años saliendo con túnica bordada.


También fue novedoso el acompañamiento musical del palio de Gracia y Esperanza, con la Banda de Música de la Cruz Roja en lugar de las Nieves de Olivares. Y en la Estrella, después de la parada con calma ante el Baratillo, el misterio se puso a correr por Adriano por la lluvia que, según se anunciaba, podría caer poco después. Este paso estrenó como exorno un monte de corcho como los que antiguamente era habitual ver en los calvarios. En cuanto a la Virgen de la Estrella, estrenó los seis ciriales, de Orfebrería Triana.
Por último, hay que indicar que la Hermandad de la Hiniesta se vio obligada a acelerar el regreso de sus dos pasos a San Julián debido a una lluvia intermitente que coincidió casualmente con la llegada de ambos pasos a la calle Moravia.


No se pudo librar de la lluvia el Lunes Santo, que, como titulamos en su momento en su crónica correspondiente, quedó partido por la mitad (ver). Ya por la mañana se vivieron dos decisiones contrarias: mientras la Hermandad de San Pablo optaba por no salir, la de Santa Genoveva intentó repetir el éxito de la Paz del día anterior, aguantando hasta anunciar, una hora y cuarto después de la hora oficial de salida, que se pondría en la calle, aunque sacrificando el recorrido por el Porvenir y el Arenal para recuperar el tiempo perdido.
El palio de la Virgen de las Mercedes pudo lucir su restauración bajo el sol, aunque de manera fugaz, ya que las nubes negras que se acercaban a Sevilla hicieron que la hermandad se diera la vuelta con la cruz de guía en las inmediaciones de la Plaza de España y el palio aún en Almirante Topete.


Ni siquiera llegaron a salir después el Beso de Judas, San Gonzalo y Santa Marta; las dos primeras, por supuesto, esperaron e hicieron esperar a nazarenos y cofrades unas dos horas antes de hacer oficial lo inevitable. Pero la segunda parte del día tuvo suerte y primero las Aguas, y después la Vera-Cruz, las Penas y el Museo, pudieron realizar sus estaciones de penitencia, rodeadas siempre por una cantidad enorme de gente que, ante la ausencia de cinco cofradías, abarrotó el itinerario de las otras cuatro, como se pudo ver en una atestada Cuesta del Rosario al paso de la Vera-Cruz y las Penas.


Un gran acierto fue el nuevo itinerario de regreso de la Hermandad del Museo por García de Vinuesa, Castelar, Molviedro, Zaragoza, Gravina, Pedro del Toro, Bailén y Miguel de Carvajal, entrando en su capilla la Virgen de las Aguas a las tres y media de la madrugada.


El Martes Santo, jornada castigada de principio a fin por la lluvia en el trienio 2011-2013, volvió a verse perjudicada por una lluvia que llevó a la improvisación absoluta a las hermandades de la jornada (ver). Y eso que todo quiso empezar bien en el Cerro del Águila, cuya hermandad salió incluso con adelanto bajo un cielo azul salpicado de nubes blancas aquí y allá.


Por la larga recta de Ramón y Cajal a San Fernando la cosa se fue torciendo, el cielo se fue cubriendo de nubes grises, el sol desapareció y la hermandad empezó a acelerar hacia la Catedral por lo que pudiera pasar. El misterio alcanzó la Catedral, mientras que el palio de la Virgen de los Dolores fue primero al Rectorado, para después seguir hacia la Catedral para reencontrarse con el Cristo del Desamparo y Abandono. Aunque intentó regresar esa misma tarde al Cerro, la lluvia le haría desistir, volviendo a casa el Jueves Santo por la mañana sin música.
Esa misma lluvia es la que haría que la Hermandad de los Estudiantes suspendiera su salida, mientras que los Javieres y San Benito, que se habían puesto en la calle, tuvieran que darse la vuelta precipitadamente para volver a sus templos. En el caso de San Benito, cuyo paso de palio no llegó a pisar la calle, el Señor de la Presentación al Pueblo tuvo que ser protegido con un capote que ocultaba la túnica de estilo persa estrenada en el besamanos antes de la Cuaresma (ver).


En cuanto a la Hermandad de San Esteban, la lluvia le pilló antes de alcanzar la carrera oficial, teniendo que refugiarse en la Iglesia de la Anunciación. Hubo cierta polémica porque, cuando la lluvia pasó, no se le dejó continuar su estación de penitencia, sino que tuvo que volver por el mismo itinerario de ida hasta su casa. Precisamente, el recorrido de este año incluyó las calles Rodríguez Marín, Plaza de San Ildefonso, Zamudio, San Leandro, Alhóndiga, Dormitorio, Plaza del Cristo de Burgos, San Pedro, Imagen, Encarnación y Laraña, para desde Orfila tomar su itinerario habitual. El motivo era rescatar el recorrido que la hermandad hizo en sus inicios, al cumplirse los 90 años de su fundación.


Pasado el riesgo de lluvia, la Hermandad de la Candelaria vino a traer luz al Martes Santo con su salida. Ante la ausencia del resto de cofradías, se pudo permitir un itinerario más directo, llegando a la Campana por la Alfalfa, la Cuesta del Rosario, Plaza de San Francisco, Granada, Tetuán y Velázquez. Para el regreso, tomó por la Cuesta del Bacalao, Francos, Cuesta del Rosario, Alfalfa y Muñoz y Pabón.


El último disgusto del día lo trajo la Hermandad de Santa Cruz, que prefirió no arriesgar y decidió no salir, mientras que la Bofetá siguió el ejemplo de la Candelaria y se puso en la calle con una breve modificación del itinerario, discurriendo por Trajano tanto a la ida como a la vuelta, evitando así calles más estrechas como Cardenal Spínola y Jesús del Gran Poder. Ello permitió disfrutar en la calle de la restauración del paso de misterio y, sobre todo, de las tallas de la Virgen del Dulce Nombre y San Juan Evangelista, con todo su esplendor recuperado. Una leve llovizna hizo acto de presencia de vuelta por Trajano, obligando a la cofradía a acelerar y a proteger el manto con un plástico hasta la entrada, que se produjo exactamente a las 3,58 de la madrugada.


La ansiada normalidad llegó el Miércoles Santo, cuando todas las hermandades pudieron realizar sus estaciones de penitencia sin tener que preocuparse por el cielo (ver). La cofradía más tempranera, la Sed, nos trajo desde Nervión a su Cristo titular restaurado por su propio autor, Luis Álvarez Duarte. Aún no lo sabíamos, pero era la última vez que la Banda de Cornetas y Tambores San Juan Evangelista acompañaba a su paso en la calle, ya que el año que viene lo hará la Banda del Rosario de Cádiz.


La cofradía más joven del día, la del Carmen Doloroso, estrenaba el dorado del respiradero frontal del paso de misterio, y la finalización de la talla de los laterales. Y en San Bernardo se cumplían 30 años del fallecimiento de José Portal Navarro, costalero fallecido en la Alfalfa mientras iba bajo las trabajaderas del palio de la Virgen del Refugio. Esta dolorosa recuperó su toca de sobremanto, que en los últimos años no ha llevado en su estación de penitencia.


La Lanzada contaba con dos estrenos muy destacados en materia de orfebrería: las potencias del Cristo y el puñal de la Virgen del Buen Fin, obras ambas de Ramón León. En el Baratillo, por su parte, llamó la atención que la Virgen de la Caridad saliera con el manto de Juan Borrero de la Esperanza de Triana, cedido por esta corporación al estar el manto de la Caridad en pleno proceso de restauración.


Las últimas cofradías del día tuvieron que aguantar un gran parón por el retraso acumulado en el inicio de la carrera oficial. Y entre las que ya iban de vuelta, hay que destacar que el Buen Fin volvió a regresar por Daoiz, García Tassara, Amor de Dios y San Miguel; un pequeño rodeo que, en caso de retrasos como el de este año, alivia al nazareno.


Y un último estreno que hay que subrayar es el de la saya negra bordada en oro por Mariano Martín Santonja para la Virgen de los Remedios, de la Hermandad de las Siete Palabras.


En los primeros momentos del Jueves Santo (ver), la Hermandad de la Exaltación nos mostró una imagen nada acostumbrada, como fue el exorno floral de su paso de misterio compuesto de lirios morados, en lugar de los habituales claveles rojos. En la variedad está el gusto y es bueno que los pasos no salgan todos los años exactamente iguales.


Por su parte, la Virgen de las Lágrimas tuvo un estreno musical, como fue la marcha "En cada lágrima", de Joaquín Espinosa de los Monteros, que se le interpretó en el momento de la salida.
Y, siguiendo con las flores, una hermandad que sorprende cada año es los Negritos, cuyo paso de Cristo llevó este año rosas rojas con espinos, elemento este último que combinó con lirios en 2015. En cuanto a las Cigarreras, presentó la restauración de los varales del palio de la Virgen de la Victoria a cargo de Orfebrería Andaluza.


En la Hermandad del Valle, el paño de la Verónica era una curiosa obra de los hermanos Manuel Pedro y Miguel Pablo Rosado. Esta cofradía dio por segundo año un rodeo por Daoiz, García Tassara y San Miguel para dejarle sitio en su salida a Pasión, una modificación exitosa en 2015, como la de los Negritos en su camino de ida por la zona del Salvador, Sagasta y Tetuán, que también se ha repetido.
Por su parte, la Virgen de la Merced ha cumplido cincuenta años, mientras que el Señor de Pasión volvió a llevar túnica lisa en su estación de penitencia.


Finalmente, de este Jueves Santo hay que destacar el estreno de las maniguetas del paso del Señor de la Oración en el Huerto, talladas por Alexis Sánchez y doradas por Emilio López.


Y así llegamos a una Madrugá de parches, es decir, de pequeños cambios y ajustes en horarios e itinerarios de las diferentes hermandades con los que se quiso evitar la imposición de una reforma de la jornada por parte del Consejo. La cosa resultó... a medias. Se cumplieron prácticamente los horarios, pero sin que eso arreglase de verdad una difícil jornada procesional a la que siguen sin aplicársele soluciones reales y efectivas (ver).
Entre los parches de este año, el rodeo del Silencio, como el Buen Fin, por Daoiz, García Tassara, San Miguel y Jesús del Gran Poder en su camino de regreso. Y precisamente el Gran Poder nos regaló una estampa que desgraciadamente no se repite tanto como debería: el Señor con túnica bordada (la última vez fue en 2008), y más concretamente con la túnica de la corona de espinas, la más antigua, obra de Teresa del Castillo, con la que no salía a las calles desde 1948.


En el caso de la Virgen del Mayor Dolor y Traspaso, volvió a llevar el manto rojo de Rodríguez Ojeda, después de salir con el azul de Fernández y Enríquez en 2015.
Y en las hermandades de capa, hay que indicar que el Cristo de las Tres Caídas llevó la túnica diseñada por Sánchez de los Reyes, reproduciendo un diseño de una anterior de Rodríguez Ojeda, y la Esperanza de Triana lució el manto de los dragones, de Sobrinos de Caro.


En la Macarena, el Señor de la Sentencia salió con la túnica morada bordada en oro por Rodríguez Ojeda en 1910, mientras que la Esperanza lució el manto de tisú del mismo autor, de 1930. Y en los Gitanos, la Virgen de las Angustias llevaba el manto azul de Carrasquilla con una mantilla blanca.


Ya en la tarde del Viernes Santo (ver), pudimos ver al Santísimo Cristo de la Expiración, el Cachorro, llevando corona de espinas y potencias, al contrario que en 2015, en que no lució ninguno de estos elementos.


La Soledad de San Buenaventura, por su parte, volvió a llamar la atención por la expresividad con que la viste y coloca sus manos José Antonio Grande de León, además de por un exorno floral compuesto fundamentalmente de rosas de color malva. Y en San Isidoro, cuya Virgen de Loreto salió por primera vez tras su restauración por parte de Pedro Manzano, vimos al Señor de las Tres Caídas con la túnica morada bordada en oro por Patrocinio López en 1891.


La Hermandad de la O, en plena celebración de su 450 aniversario fundacional, estrenaba varios querubines para el paso de Nuestro Padre Jesús Nazareno, tallados por Juan Alberto Filter, y recuperó para su estación de penitencia su antigua cruz de guía, de madera dorada.


Finalmente, hay que indicar que la Hermandad de Montserrat estrenaba la restauración de la crestería, los varales y los candelabros de cola de su paso de palio.


El Sábado Santo (ver) comenzó con un importante estreno, como era el discurrir de la Hermandad del Sol en su camino de ida a la carrera oficial por el barrio de San Bernardo, tomando después por la zona de la Alfalfa y el Salvador, y cruzando a Tetuán por Entrecárceles y Granada. Además, también fue novedad el bordado de la caída trasera del palio, obra de Ana Bonilla, con una cartela pintada por Raúl Berzosa representando la soledad de la Virgen al pie de la cruz.


Y otro estreno, éste muy llamativo y que ha sido objeto de opiniones favorables y no tanto, fue el de la cruz del paso de la Virgen de los Dolores y el Cristo de la Providencia, de la Hermandad de los Servitas. Diseñada por Antonio Dubé de Luque, padre artístico de la cofradía, la nueva cruz está realizada en plata, carey y caoba.


En la Hermandad de la Trinidad, destacó negativamente la ausencia de Antonio López, 'El Lope', capataz del paso del Cristo de las Cinco Llagas fallecido en febrero. Este paso presentó como novedad el dorado de los candelabros y la restauración de la imagen de José de Arimatea por parte de Fernando Aguado.


Ya por la noche, volvió la preocupación por la lluvia, llegando a caer algunas gotas que aceleraron, aunque poco, el regreso de las hermandades, entrando con algunos minutos de adelanto las hermandades del Santo Entierro y la Trinidad. La Soledad de San Lorenzo, sin embargo, repitió el retraso habitual de una media hora en la entrada. Su paso, que volvió a ir en silencio tras rechazar sus hermanos la incorporación de una banda de música en el cortejo, fue adornado con rosas blancas.


La Hermandad de la Resurrección cerró la Semana Santa con valor; el que hizo que tras retrasar la salida en tres cuartos de hora por la lluvia, optara por hacer su estación de penitencia (ver). Durante el camino de ida le cayeron un par de lloviznas, pero siguió hacia adelante y acertó. El paso del Señor de la Sagrada Resurrección estrenó el dorado de los candelabros laterales, completando así la reforma y ampliación llevada a cabo en los últimos años.



ABRIL
Al caer toda la Semana Santa al completo en marzo, el mes de abril fue muy tranquilo en términos cofradieros, aunque también nos dejó estampas muy destacadas, como el besapié extraordinario a Nuestro Padre Jesús de la Divina Misericordia, de las Siete Palabras, celebrado precisamente en la jornada de la Misericordia, que es el segundo domingo de Pascua, y con motivo del Año Jubilar de la Misericordia convocado por el Papa Francisco. No sólo fue extraordinario por la fecha, sino también porque esta imagen es expuesta en besamanos el Sábado de Pasión, pero nunca en besapié, como ocurrió en abril (ver).


En abril también conocimos dos carteles: el de la Coronación Canónica de la Virgen de la Paz, obra realizada digitalmente por la pintora Isabel Sola (ver); y el de las Glorias 2016, llamativa obra de Miguel Ángel González Romero en formato horizontal basada en el claroscuro, donde la luz la ponen únicamente las velas del cortejo y los pasos de la Virgen de la Salud de San Isidoro, la Divina Pastora de Santa Marina y la Reina de Todos los Santos (ver).


Y a finales de mes, la Virgen de la Cabeza de San Juan de la Palma presidió el Pregón de las Glorias que pronunció en la Catedral el viernes 29 el cofrade Antonio García Rodríguez. El jueves tuvo lugar el traslado de la Virgen hasta la Catedral (ver), mientras que el sábado se celebró la triunfal procesión de regreso a su templo, para el que la imagen lució una corona cedida por la Hermandad Matriz de la Virgen de la Cabeza de Andújar (ver).



MAYO
El quinto mes del año lo iniciamos en San Gonzalo, donde se celebró un besamanos extraordinario a Nuestro Padre Jesús en Su Soberano Poder. El motivo fue cerrar los actos programados en la parroquia por el Año de la Misericordia y, al igual que había ocurrido el mes anterior en las Siete Palabras, el Señor dio a besar las extremidades contrarias a las que habitualmente se exponen a la veneración de los devotos. En el caso de San Gonzalo, si en Cuaresma tiene lugar un besapié, en esta ocasión se celebró un besamanos. La vestimenta del Señor, con un mantolín rojo al hombro, y la posición separada de las manos llamaron la atención en este culto extraordinario (ver).


Ese mismo día, Sevilla inauguró su calendario anual de procesiones de gloria con la salida de San José Obrero (ver). Por otro lado, días después se clausuraba en el Círculo Mercantil una exposición dedicada al orfebre Ramón León Peñuelas (ver).
En el segundo fin de semana de mayo, la lluvia se hizo protagonista, obligando a suspender las salidas procesionales de la Virgen de la Salud de San Isidoro (ver) y de la Virgen de la Alegría (ver), así como el rosario verpertino de la Pastora de Capuchinos (ver). Además, la Hermandad de la Virgen de Araceli realizó una breve salida que fue literalmente una vuelta a la manzana recorriendo Daoiz, Javier Lasso de la Vega, Amor de Dios y García Tassara, regresando enseguida a San Andrés (ver).


Por su parte, la Hermandad de San Esteban celebró un besamanos extraordinario a María Santísima Madre de los Desamparados el día 9 de mayo, al cumplirse exactamente 90 años de la fecha de fundación de la corporación (ver).


Volviendo a la Hermandad de San Gonzalo, en mayo presentó la culminación de su custodia procesional (ver), mientras que en San Julián se vivió el regreso de la Virgen de la Hiniesta Gloriosa, tras su restauración por parte de Pedro Manzano (ver) y la Paz adelantó la salida procesional de la Virgen del Prado al sábado para hacerla coincidir con la Fiesta de la Familia de la Parroquia de San Sebastián (ver).
Y así llegamos al Corpus, que nos permitió disfrutar de los habituales traslados de la Hiniesta (ver y ver) y el Señor de la Cena (ver y ver), así como de la procesión más importante, como es la procesión eucarística de la Catedral (ver), que discurrió en su paso por la Plaza de San Francisco bajo las bellísimas portadas dedicadas en esta ocasión al 750 aniversario de la Parroquia de Santa Ana (ver).


La nota negativa del Corpus 2016 fue la paupérrima presencia de altares eucarísticos a lo largo del recorrido de la procesión, con la destacable ausencia de los altares de hermandades como la Sed, las Siete Palabras y San Isidoro, que no habían fallado en años anteriores (ver).
Y para terminar con el Corpus, hay que señalar la participación de la Virgen de la O Gloriosa en la procesión de Triana sobre el paso de Madre de Dios del Rosario; una salida extraordinaria enmarcada en el 450 aniversario de la hermandad de la calle Castilla.


Y terminamos el repaso al mes de mayo con un besamanos extraordinario más, el de la Virgen de la Aurora de la Orden Tercera Seglar de San Pedro de Alcántara (ver), con la exposición "Electa ut Sol", celebrada en el Ayuntamiento, por el XXV aniversario de la imagen de Nuestra Señora del Sol (ver) y la muestra "Una devoción coronada", por la Coronación Canónica de la Virgen de la Soledad de Castilleja de la Cuesta (ver).


JUNIO
Además de las procesiones de gloria que habitualmente tienen lugar en el mes de junio, este mes pudimos contemplar la exposición "De las Cinco Llagas a la Esperanza", con la que la Hermandad de la Trinidad celebró el décimo aniversario de la Coronación Canónica de la dolorosa de Juan de Astorga (ver).


Otra exposición que vimos este mes fue la titulada "Lo que pregonan sus ojos", dedicada a la Hermandad de la Asunción de Cantillana (ver). Además, los hermanos del Baratillo se despidieron de la Virgen de la Piedad, que fue retirada del culto para ser restaurada por Juan Manuel Miñarro (ver), mientras que el Consejo General de Hermandades y Cofradías presentó el cartel del Día de la Virgen 2016, obra de Isabel María Castilla Soriano (ver).



JULIO
Ya en julio, el día 1, primer viernes de mes, el Señor de la Sentencia de la Hermandad de la Macarena se mostró expuesto en besamanos vestido con túnica lisa de color blanco (ver). Pocos días después supimos que la visita, luego frustrada, del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, a Sevilla obligó a la Hermandad del Carmen de San Leandro a aplazar su salida procesional, prevista para el sábado día 9, al día siguiente (ver). 


Aunque después la ciudad se quedó compuesta y sin Obama, la hermandad salió de todas formas el domingo 10. Después de salir en 2015 con los candelabros del paso de Nuestro Padre Jesús de la Bondad, este año la Virgen del Carmen de San Leandro volvió a tener como iluminación una candelería plateada (ver).


Siguiendo con las diferentes hermandades del Carmen, de las que también hemos recogido este año sus salidas procesionales y cultos, en Santa Ana se celebró el besamanos a la imagen de esta antigua corporación que se encuentra en pleno proceso de reorganización (ver). Además del besamanos, se llevó a cabo un triduo en su honor. Dos meses antes había tenido lugar la jura de nuevos hermanos.


Hay que señalar también que en el día de la festividad de la Virgen del Carmen, el sábado 16, coincidieron en las calles las procesiones del Carmen de Santa Catalina (ver), que siempre sale en dicha fecha, caiga en el día de la semana que caiga, y el Carmen de San Gil (ver). Y en cuanto a la procesión del Carmen del Santo Ángel, el paso de Santa Teresa contó como iluminación con unos candelabros pertenecientes al paso de la cruz de mayo de la Hermandad de la Paz (ver).



AGOSTO
En agosto, salvo el besamanos a la Virgen de la Salud de San Gonzalo a final de mes (ver), la actividad cofradiera prácticamente se circunscribe al Día de la Virgen y los cultos anteriores y posteriores en torno a la Patrona de la Archidiócesis, la Virgen de los Reyes.
Este año, la Patrona salió a las calles con el manto rojo bordado en oro a mediados del siglo XIX, que fue donado por la Duquesa de Montpensier, María Luisa Fernanda de Borbón (ver).


También pudimos asistir al besamanos a Nuestra Señora de los Reyes, Patrona de los Sastres (ver) y al de la Virgen de la Dormición de Santa Rosalía (ver), además de contemplar a la Virgen del Tránsito en el Pozo Santo (ver).
Y en la víspera del Día de la Virgen, la Banda Municipal Sinfónica de Sevilla ofreció su tradicional concierto, titulado en esta ocasión "En la plaza del pueblo", que contó con la sorprendente colaboración del joven violinista Javier Comesaña, de sólo 17 años de edad (ver).


Se completó el mes de agosto con los dos besamanos a la Virgen de los Reyes (ver) y con la exposición a la veneración de los fieles del cuerpo incorrupto de San Fernando en el día de la Octava (ver).


SEPTIEMBRE
La Hermandad de la Paz tuvo un gran protagonismo a lo largo del mes de septiembre, con una serie de actos previos a su Coronación Canónica. Por supuesto, el día 24, con el traslado a la Catedral. Pero antes incluso asistimos a la bendición del nuevo retablo de la hermandad en la capilla sacramental de la Parroquia de San Sebastián (ver).


También se bendijo un retablo cerámico en la calle Nuestra Señora de la Paz, en el barrio del Porvenir, obra de Carmelo del Toro, que pintó a la dolorosa vestida de hebrea (ver). Además, el Círculo de Labradores acogió la exposición "Corona de Paz", donde se presentó el resultado de la restauración y reforma de la corona procesional de la Virgen de la Paz a cargo de los Hermanos Delgado, así como una nueva diadema, una toca de sobremanto y el guión de la Coronación (ver).
Por otro lado, la Virgen estuvo expuesta en besamanos extraordinario en la Parroquia del Sagrario de la Catedral durante tres días, antes del triduo preparatorio de la Coronación Canónica (ver).


Pero no sólo hubo Paz en septiembre, ya que también se vivió en el Juncal una salida procesional muy especial de su titular, ya que la hermandad estaba en plena celebración por los 50 años de la talla de la Virgen (ver).
Por su parte, la Virgen de los Dolores de la Hermandad del Cerro, que celebra en este mes los cultos en su honor, que culminan con el besamanos (ver), celebró el día 11 su rosario de la aurora, que se encaminó a la Parroquia de San Sebastián con motivo del XXV aniversario de la estación de penitencia que dicha hermandad realizó desde el templo del Porvenir tras haber sido clausurada su propia parroquia. De regreso al Cerro, y con el acompañamiento de la Banda de las Nieves de Olivares, la Virgen de los Dolores, que estrenaba un manto azul bordado en plata por Francisco Carrera, visitó también la Parroquia del Juncal (ver).


La Hermandad del Sol, por su parte, celebró un besamanos extraordinario a Nuestra Señora del Sol con motivo del XXV aniversario de su bendición y llegada al barrio del Plantinar (ver). Y la Hermandad de Santa Genoveva, que realizó por primera vez un rosario de la aurora con la Virgen de las Mercedes por las calles del Tiro de Línea, vistió a su dolorosa para este nuevo culto y para su besamanos con el manto celeste de camarín de la Esperanza Macarena (ver).


Por su parte, la Hermandad de Pasión y Muerte adelantó a la tarde del viernes su salida procesional con la Virgen del Buen Aire, que visitó la Parroquia de Santa Ana con motivo de la doble celebración de las dos parroquias: los 50 años de la Parroquia del Buen Aire y los 750 de la 'catedral' trianera (ver). Ello fue el día anterior a la salida extraordinaria del conjunto formado por Santa Ana y la Virgen.


Por su parte, la Virgen de Valvanera aprovechó su salida procesional para celebrar los 25 años transcurridos desde que la hermandad recuperó precisamente estas salidas con carácter anual después de tres décadas sin apenas actividad (ver). En ese mismo e intenso fin de semana, también disfrutamos, entre otras cosas, de la segunda salida consecutiva de la Virgen de las Mercedes desde la Parroquia de San Vicente por obras en su capilla (ver), de la salida de la Hermandad de los Sastres, que estrenó doce estrellas bordadas en el techo de su palio de tumbilla (ver), y del rosario de la aurora de la Virgen del Dulce Nombre, que permitió observar su rostro perfectamente restaurado bajo el intenso sol de la mañana (ver).
Finalmente, septiembre concluyó con la celebración de varios actos de homenaje organizados por la Hermandad de Santa Marta a la figura del imaginero Luis Ortega Bru al cumplirse el centenario de su nacimiento, consistente en una eucaristía, varias conferencias, una ofrenda floral en su lápida, la proyección de un documental y la colocación en el altar de la hermandad de las imágenes de María Salomé y María Cleofás, tallas que habitualmente no se encuentran a la vista durante todo el año en el templo (ver).



OCTUBRE
El primer día de octubre tuvo lugar la esperada Coronación Canónica de María Santísima de la Paz, oficiada por el arzobispo Juan José Asenjo. A las cinco menos cuarto de la tarde arrancó la salida extraordinaria de regreso al barrio del Porvenir, encaminándose en primer lugar hacia el Ayuntamiento para recibir el homenaje oficial de la ciudad, recorriendo posteriormente el barrio del Arenal y visitando a la Hermandad de los Estudiantes a su paso por la Universidad. Finalmente, tras pasar por el Parque de María Luisa y varias de las calles del Porvenir, la Virgen de la Paz volvía a casa a las tres y media de la madrugada (ver).


Coincidió la salida extraordinaria de la Paz con la procesión de la Virgen de la Cabeza, que salía de nuevo tras haber presidido en abril el Pregón de las Glorias (ver), y con la de la Divina Enfermera, que visitó la Basílica del Gran Poder para alcanzar el jubileo por el Año de la Misericordia (ver).


El día 5 regresaba a la capilla del Baratillo la imagen de la Virgen de la Piedad, tras la restauración a la que había sido sometida por parte de Juan Manuel Miñarro, quien realizó una importante limpieza de la talla eliminando sus numerosos repintes y la suciedad que presentaba (ver).


Otra estampa curiosa de este mes de octubre fue el altar del L aniversario de la proclamación del templo macareno como Basílica de Santa María de la Esperanza Macarena. Los tres titulares de la hermandad, la Esperanza, el Señor de la Sentencia y la Virgen del Rosario, presidieron un montaje muy especial para la función solemne celebrada por el arzobispo (ver).


Esta celebración en la Hermandad de la Macarena dio lugar al retraso en unos días de las fechas habituales del besamanos a la Virgen del Rosario (ver), que después, a finales de mes, se quedó sin salir a la calle por la lluvia (ver).
Y la lluvia que también cayó sobre la ciudad el 12 de octubre afectó a las tres hermandades de gloria que procesionan en ese día, aunque con desigual fortuna. Así, mientras que la Hermandad de los Humeros pudo esquivar la lluvia rezando el rosario en su capilla y realizando después la salida procesional (ver), por la tarde se quedaron en sus templos las hermandades del Pilar (ver) y Madre de Dios del Rosario.
El día 8, se produjo por fin el estreno de la Hermandad de la Virgen de Montemayor procesionando por las calles, después de que la lluvia lo impidiera en 2015. Además, esta primera salida se produjo coincidiendo con la celebración del LX aniversario de la propia hermandad, que es filial de la de la Patrona de Moguer (ver).


Y hablando de lluvias y no lluvias, en el Barrio León pudieron disfrutar por fin, después de dos años de intentos, de la procesión de su Virgen del Rosario llegando hasta la Parroquia de Santa Ana, visitando además a las hermandades del Rocío, la Esperanza de Triana y la Estrella (ver).


Octubre fue también el mes en que los hermanos de Monte-Sión recibieron la noticia de que su Cristo titular, el Señor de la Oración en el Huerto, será la imagen que presida el Vía Crucis de las Cofradías del primer lunes de Cuaresma de 2017 (ver). Además, la Hermandad de San Hermenegildo celebró un besamanos extraordinario a la Virgen del Rosario con motivo del cuarto centenario de la iglesia de la Puerta de Córdoba (ver).
Y volviendo a la temida lluvia, también dejó sin salir a la Virgen de la Sierra, que había dedicado su salida al autor de la imagen, Luis Ortega Bru, con la presencia incluso de una de sus hijas (ver), y al Cristo del Perdón, que, debido a las obras que el Ayuntamiento estaba llevando a cabo en la zona de la calle Socorro y la Plaza de San Marcos, iba a salir este año desde el Convento de Santa Isabel (ver y ver).


Y más estampas de este intenso mes de octubre, como la exposición "Misericordias domini", de la Hermandad de la Soledad de Alcalá del Río (ver), y el besamanos a Nuestra Señora de las Lágrimas entre faroles cedidos por la Hermandad de los Aceituneros de Utrera (ver).
Finalmente, el 29 de octubre coincidieron dos salidas procesionales muy especiales: la primera salida de la Virgen de la Salud de la Hermandad del Sol, recientemente incorporada como titular gloriosa de la cofradía del Plantinar (ver), y la salida extraordinaria de la Virgen de la O bajo palio, que recorrió Triana reproduciendo el itinerario que seguía la hermandad antes de 1830, cuando se convirtió en la primera cofradía trianera en cruzar el Guadalquivir para hacer estación de penitencia en la Catedral (ver).



NOVIEMBRE
Aún no había visto amanecer el mes de noviembre cuando un pequeño palio salía a la calle; era el palio de traslados de la Virgen del Rosario, de la Hermandad de Monte-Sión, que se dirigió a la Basílica de María Auxiliadora durante su rosario de la aurora anual, siendo recibida por las hermandades que residen en dicho templo, donde se celebró una eucaristía antes del regreso a la calle Feria. La dolorosa del Jueves Santo fue en este culto, y así se quedó durante todo el mes de noviembre, vestida a la manera antigua, con un estilo monjil o sacerdotal (ver).


Esa misma tarde tuvieron lugar las salidas procesionales de la Virgen del Rosario de Santa Catalina (ver) y de la Virgen del Rosario de San Vicente (ver), que en 2015 no pudieron salir a las calles por la lluvia.
En esos días llamó la atención el cuidadoso altar del besapié al Cristo de la Paz, de la Hermandad de los Humeros, inspirado claramente en las maravillosas pinturas de Valdés Leal del Hospital de la Caridad. Sin duda, un gran trabajo y una gran estampa (ver).


Pero noviembre fue el mes que nos brindó la gran oportunidad de vivir la salida extraordinaria de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder, que presidió en la Catedral la Vigilia de las Hermandades enmarcada en el Año de la Misericordia que estaba a punto de concluir. El propio arzobispo Asenjo quiso que el Gran Poder estuviera presente en dicho acto por ser, como él mismo dijo, el que mejor representa en Sevilla la misericordia del Señor. Las previsiones de lluvia trastocaron las fechas en principio elegidas para los diferentes traslados de ida (ver) y vuelta (ver), de forma que la ida fue en la tarde-noche del jueves 3, y el regreso en la mañana del domingo 6. No cabe duda de que la meteorología fue en esta ocasión una aliada, brindando, sobre todo en la vuelta a la Basílica, momentos únicos con el Gran Poder bajo un intenso sol, y con el Gran Poder siendo puntualmente acompañado por bandas de música y discurriendo por calles inéditas para el Señor de Sevilla.


Poco después conocimos la designación de la Virgen de Guadalupe de San Buenaventura para presidir en 2017 el Pregón de las Glorias (ver), mientras que, siguiendo con las corporaciones letíficas, el Círculo Mercantil volvió a acoger la exposición de restauraciones y estrenos que hemos podido ver este año en muchas de ellas (ver).
Por su parte, la Hermandad de la Virgen del Prado del Salvador estrenó en su salida procesional los respiraderos laterales, de Orfebrería Andaluza, así como el manto procesional (ver), y la Reina de Todos los Santos, que el año pasado visitó durante su salida la Parroquia de San Lorenzo, volvió este año a recorrer las calles de la feligresía de Omnium Sanctorum, arropada en todo momento por una gran cantidad de cofrades (ver).


Finalmente, hay que destacar la oportunidad que ofrece noviembre de contemplar a las imágenes de la Virgen de las diferentes hermandades vestidas de luto (ver), y la celebración de cultos extraordinarios en la Parroquia de Santa Ana por el cuarto centenario de la fusión entre las hermandades de las Tres Caídas y la Esperanza de Triana, que culminaron con el multitudinario traslado de regreso a la Capilla de los Marineros de ambos titulares, esquivando para ello, como el Gran Poder, las previsiones de lluvia (ver).



DICIEMBRE
Y culminamos con este repaso a 2016 en el mes de diciembre, que nos ha permitido conocer la recuperación de una iconografía perdida en la ciudad, como es la del Cristo de la Púrpura, antigua imagen de la Hermandad de las Cigarreras cuyo paradero es una incógnita. El escultor Navarro Arteaga ha realizado una imagen nueva para que reciba culto en la Capilla de la Fábrica de Tabacos, como recuerdo a una devoción que formó parte de la corporación desde mediados del siglo XVII hasta los inicios del XX (ver).


Y entre los días 6 y 8 de diciembre, Sevilla vivió con gran intensidad la festividad de la Inmaculada Concepción, con la salida procesional de la Pura y Limpia (ver) y una larga lista de besamanos, a los que este año se unió la Virgen de Montemayor, que protagonizó este culto por primera vez (ver).
Además, en el besamanos de la Virgen de las Penas, de la Hermandad de Santa Marta, pudimos contemplar a esta dolorosa vestida con el primer manto bordado de toda su historia, de terciopelo azul con bordados en oro, obra del Taller de Santa Bárbara, según diseño de Francisco Javier Sánchez de los Reyes (ver).


Por otra parte, el día 8 tuvo lugar en el Pozo Santo un besapié extraordinario a la Virgen del Tránsito con motivo del CCCL aniversario de la llegada de las Franciscanas Terciarias a su enclave actual (ver).


Días después conocimos que el Cristo de los Desamparados del Santo Ángel saldrá en procesión extraordinaria sobre el paso del Cristo de la Salud de San Bernardo el próximo 10 de junio. El motivo será la celebración del cuarto centenario de la talla del crucificado por parte de Juan Martínez Montañés (ver).
De entre los besamanos a las Esperanzas de este año, hay que destacar el exorno floral del altar de besamanos de la Macarena, con un pequeño jardín inclinado ante la dolorosa y con el anagrama mariano conformado por la diferente tonalidad de las flores (ver), y el de la Esperanza Trinitaria, colocada este año en el presbiterio de la Basílica de María Auxiliadora y vestida completamente de blanco (ver).


Por último, habría que destacar también el reciente besamanos a María Santísima de Guadalupe, de la Hermandad de las Aguas, que ha lucido para ello un manto azul de camarín perteneciente a la Esperanza de Triana (ver).



Cuando escribía la memoria de 2015 (ver), despedía el año con una velada incertidumbre acerca de la continuidad de este blog debido a diversas circunstancias. Doce meses después, despido ahora un 2016 en el que se ha alcanzado la cifra de 386 entradas, lo que supone el número más alto de los ocho años que 'Periodista Cofrade' lleva pululando por la red. 
Y lo bonito no ha sido superar la cantidad de años anteriores por el simple hecho de establecer un récord. En absoluto. Lo bonito es que detrás de cada una de esas 386 entradas hay 386 emociones, vivencias y hasta sueños, como siempre digo, para honra y gloria de Nuestro Señor Jesucristo y la Virgen María, cualesquiera que sean sus advocaciones.
Eso es lo que me mueve a seguir: la fe y la devoción. Sin ellas, nada de esto tendría sentido ninguno. Es más; esta labor genera a veces más sinsabores de los que a uno le gustaría experimentar. Pero aquí sigo, con la firme intención (este año sí lo puedo decir con claridad) de continuar en 2017.
Quiero destacar, además, ya que en esto mandan el sentimiento, las raíces y las emociones de la infancia que aún mantengo muy presentes en mi recuerdo, que en los últimos meses el blog se haya visto salpicado de unos pocos actos cofradieros de Jerez, como la salida extraordinaria de la Virgen de la Misericordia (ver) y los besamanos a la Virgen de los Dolores (ver), la Virgen de Gracia y Esperanza (ver), y la Esperanza de San Francisco (ver). Sin Jerez y por supuesto sin mi padre, que me hizo conocer de su mano su Semana Santa, yo hoy no sería cofrade y este humilde blog no existiría.
Y quiero, además, dar las gracias. Muchas gracias a la Facultad de Comunicación (mi facultad) de la Universidad de Sevilla, y en concreto al Equipo de Investigación de Análisis y Técnica de la Información, dirigido por uno de mis antiguos profesores, José Manuel Gómez y Méndez, por contar conmigo el pasado 30 de noviembre como ponente en el Encuentro sobre Medios de Comunicación y Priostazgo (ver).
Gracias a quienes suelen entrar en el blog para leer sus contenidos y a aquéllos que me han hecho llegar de una forma u otra sus comentarios y alguna que otra felicitación acerca de mi labor. Gracias también a quienes en algún momento han entrado, aunque haya sido accidental o esporádicamente, y se han acercado así a mi trabajo.
Gracias también a quienes valoran el Periodismo así, con mayúsculas, sin intrusos que juegan a ser lo que no son. ¿Cómo decía el anuncio? Ah, sí: "rechace imitaciones".
Y gracias, por supuesto, a esa persona que me aguanta con paciencia y soporta con resignación mi dilatada agenda cofradiera, preguntándome "¿qué tienes este fin de semana?", en la callada esperanza de que no desaparezca en mitad de la tarde rumbo a alguna procesión, besamanos, besapié o vía crucis que impida otros planes.
Punto... y seguido. Continuamos en 2017. Hasta que Dios quiera. 
Feliz año a todos.