lunes, 31 de julio de 2017

LAS CALLES DE JEREZ VIERON PASAR A SANTA MARTA EN SU SALIDA PROCESIONAL


'Periodista Cofrade' visitó de nuevo Jerez de la Frontera el pasado sábado, esta vez para vivir la salida procesional de Santa Marta, titular de la hermandad homónima del Miércoles Santo. Es tradición en esta corporación la celebración, en el día de su festividad, de una procesión con la Patrona de la hostelería, imagen tallada, como el resto del misterio del Traslado al Sepulcro, por Antonio Eslava Rubio.
En la capilla propia de la hermandad todo estaba listo minutos antes de las ocho de la tarde, hora marcada para la salida, que prácticamente coincidió en el tiempo con la finalización de una boda que se acababa de celebrar en la vecina Parroquia de San Mateo, sede que fue durante muchos años de la propia Hermandad de Santa Marta.
La cruz de guía de la cofradía abría el cortejo, seguida de varias parejas de niños con cirios blancos, la bandera de Santa Marta, más hermanos, una representación de la Hermandad del Desconsuelo, el estandarte corporativo y la presidencia.





Tras el cuerpo de acólitos con cuatro ciriales, abandonó la capilla Santa Marta, que por segundo año iba sobre el paso adquirido a la Hermandad de Jesús Despojado de Salamanca. Estaba iluminado por los candelabros de guardabrisas del paso de misterio del Traslado al Sepulcro, que fue en su día propiedad de la sevillana Hermandad de San Benito.
Vestía Santa Marta la saya blanca con bordados en oro y manto de terciopelo verde liso, prendas estrenadas en la estación de penitencia de 2016. Asimismo, llevaba un tocado blanco que caía en forma de pico por la espalda, tenía su aureola procesional y portaba sus enseres iconográficos habituales: el acetre en la mano izquierda y el hisopo en la derecha.
En el momento de la salida, mientras el paso atravesaba el atrio de la capilla, con una enorme foto de Madre de Dios del Patrocinio a un lado y un azulejo de Santa Marta al otro, la Banda de Cornetas y Tambores del Santísimo Cristo de la Caridad interpretó el Ave María atribuido a Caccini en lugar de la Marcha Real.
A partir de ahí, Santa Marta se encaminó hacia la Plaza del Mercado, iniciando así un recorrido que en lo musical iba a estar marcado por un conjunto de marchas procesionales, la mayoría de ellas procedentes del repertorio habitual de la Banda de las Tres Caídas de Triana. Con ellas, los costaleros, comandados por Jesús Sánchez Lineros y Álvaro Barba, iban a mover el paso de una forma muy llamativa y un tanto extraña para llevar únicamente a una santa sobre sus hombros, con constantes cambios de costero a costero, sobre los pies, izquierdazos y hasta algunos pasitos atrás.
Después de rodear la Plaza del Mercado por delante del Museo Arqueológico, Santa Marta accedió a la estrechez de la calle Justicia, por la que se perdió a los sones de "Angustias".






































Desde la calle Justicia, Santa Marta salió a la Plaza de San Juan, a la que llegó con la marcha “Mi Madrugá”. Llevaba el paso una bella composición floral como adorno, a base de diferentes especies y tonalidades como rosas, margaritas spider y antirrhinum, entre otras. Además, diferentes reproducciones de conocidas pinturas, como la de la Presentación al Pueblo de Antonio Ciseri que le sirvió a Castillo Lastrucci de modelo para tallar el misterio de San Benito, adornaban este paso a lo largo del canasto y en los respiraderos. En éstos se representa a los cuatro Evangelistas, que también se encuentran en otras tantas tallas de madera en las esquinas.
Y de San Juan pasó a Chancillería para salir a la amplitud de Porvera, la calle que discurre junto al trazado de la antigua muralla y que hoy es una recta vía de acceso al corazón de la ciudad con una densa arboleda que crea una auténtica bóveda vegetal bajo la que pasó la santa. De ahí, alcanzó un extremo de la Alameda Cristina, junto al monumento que la ciudad de Jerez dedicó a las cofradías, y giró a su derecha para entrar por la Puerta de Sevilla a la Plaza de Rafael Rivero y a la calle Tornería.
En la esquina de ésta con Eguilaz, giro que el paso realizó a los sones de la marcha “La Pasión”, se despidió de Santa Marta el acompañamiento de la Hermandad del Desconsuelo.
Tras pasar por la Plaza del Banco, la cofradía salió a la calle Larga para seguir por Lancería hasta la Plaza del Arenal y girar luego a la calle Consistorio, recorriendo una parte de la que es la carrera oficial de la Semana Santa jerezana.



































































Santa Marta recorrió después la zona de la Parroquia de San Dionisio hasta salir por Carmen y Carpintería Baja hasta la Plaza Peones, con la Catedral iluminada al fondo viéndose por encima de los edificios. Después continuó por Curtidores y Barranco, deteniéndose junto a un bar que tenía sobre la barra una foto de la santa como Patrona de los hosteleros.
Subió después por la Plaza de Belén hasta la Plaza de San Lucas, sede de otra cofradía del Miércoles Santo, como es la de las Tres Caídas, y a continuación se internó por la estrecha calle Cabezas, desde la que salió de regreso a la Plaza del Mercado con "Bulería en San Román".
Eran los últimos metros de la procesión de Santa Marta y tanto la Banda del Cristo de la Caridad como los costaleros estaban dispuestos a echar el resto. En la misma plaza, el capataz dedicó una levantá "a Santa Marta y a su gente". Después, el paso se internó hacia la Plaza de San Mateo, con algunas ventanas adornadas con colgaduras en las que podía leerse en blanco sobre fondo negro, que son los colores de la hermandad, el nombre de la santa.
Antes de acceder al atrio de la capilla, la banda tocó de nuevo "Mi Madrugá", entrando después al templo con la marcha "Silencio", con la que finalizó la participación de los músicos en la procesión de Santa Marta, sin que sonara, al igual que ocurriera en la salida, la Marcha Real.















































Una vez dentro, se realizaron las oraciones finales a Santa Marta, incluyendo un Padre Nuestro al Santísimo Cristo de la Caridad y un Ave María a la Virgen en sus advocaciones de Penas y Lágrimas, y Madre de Dios del Patrocinio, mencionando así a las dos dolorosas a las que da culto la Hermandad de Santa Marta: la que forma parte del paso de misterio y la que procesiona bajo palio.
Jerez ponía así el punto final a una jornada dedicada a una santa de gran devoción en la ciudad, entre sus hosteleros y en el histórico barrio de San Mateo, que vio nacer a la hermandad en 1960, año en que realizó su primera estación de penitencia en la tarde del Sábado Santo, pasando en 1981 al Miércoles Santo.