jueves, 27 de abril de 2023

MIÉRCOLES SANTO 2023: UNA JORNADA DISTINTA... ¿PARA REPETIR?

Llegamos al Miércoles Santo, otra de las jornadas que han experimentado este año una serie de cambios de orden de paso por carrera oficial que en algún caso ha supuesto grandes diferencias respecto a lo conocido desde hacía más de treinta años. Al igual que el Domingo de Ramos, ha habido hermandades nada contentas con su nueva posición en el día (hubo hasta comunicados de denuncia que dejaban patente el enfado), mientras que otras han estado la mar de felices y hay quienes ni siquiera han notado nada.
La Hermandad de la Sed es una de las que han modificado su lugar en el día, pasando del segundo puesto al tercero. No es un cambio radical, teniendo en cuenta además que su hora de salida se ha retrasado en apenas un cuarto de hora. De las doce del mediodía a las doce y cuarto. El Cristo de la Sed, acompañado por la Banda del Rosario de Cádiz, no llevaba este año, como sí en 2022, corona de espinas ni potencias. Lo que no varió fue el monte de claveles rojos.
En la calle Cardenal Lluch, donde en una levantá se cayó la tapa de cristal de una tulipa, sonó la marcha “Mi Cristo moreno” y desde varios balcones se arrojaron algunas flores sobre el paso. Después, el crucificado de Luis Álvarez Duarte salió a la amplitud de Eduardo Dato con “Al compás de tu andar, Despojado”. Y bajo el intenso sol del mediodía voló hasta el suelo otra tapa de tulipa antes de que el Cristo de la Sed entrara en el recinto del hospital de San Juan de Dios con la marcha “Señor de Nervión”.























Por su parte, Santa María de Consolación Madre de la Iglesia ha vuelto a lucir en su mano derecha el barquito de Marmolejo que fue robado de la casa hermandad, junto a otros enseres de la dolorosa, en noviembre de 2020 y que en enero apareció en un municipio de Extremadura, entre las pertenencias de una mujer fallecida recientemente. Un problema de sujeción, sin embargo, obligó a retirarlo durante el recorrido.
Rosas, hypericum y rosas de pitiminí conformaban el exorno floral del paso de palio, en el que la Virgen de Consolación llevaba la saya de Paleteiro de 1994, un fajín de Apolonio Díaz de 2018 y la toca de sobremanto también de Paleteiro de 1988, diseñada por el autor de la dolorosa, Dubé de Luque.
La Banda de la Oliva de Salteras volvió a acompañar a la dolorosa de los ojos azules hasta la Catedral. Para pasar de la calle Cristo de la Sed a Cardenal Lluch interpretó la marcha “Triana de Esperanza”. Poco después, una mujer le cantó una saeta a la Virgen y cayó sobre el palio una importante petalada. Luego salió a Eduardo Dato con la marcha “Consuelo de María”.














Desde Nervión nos desplazamos hasta la calle Feria, donde estaba a punto de salir de la Parroquia de Omnium Sanctorum la Hermandad del Carmen Doloroso. El paso de Nuestro Padre Jesús de la Paz, negado por San Pedro, tomaba la calle Peris Mencheta nada más abandonar el templo.
Una combinación floral de varias tonalidades adornaba este paso que por segunda vez contó con el acompañamiento de la Agrupación Musical Pasión de Linares, que interpretó “Al oír el canto”, seguida posteriormente por “La Salve”. A continuación, giró a las calles Mata y Belén a los sones de “Padre Nuestro”, buscando enseguida la Alameda de Hércules en su camino de ida a la carrera oficial.


















El misterio alcanzaba la Alameda cuando se producía la salida del paso de palio de la Virgen del Carmen. Tras salir por la puerta ojival, la Banda de Nuestra Señora de la Soledad de Cantillana interpretó el Himno de España y a continuación la “Salve marinera”, cantada por los representantes de la Marina que iban delante de la dolorosa en su cortejo.
Tras retirar un cirio de la candelería que se rompió, el paso comenzó a recorrer Peris Mencheta mientras sonaba la marcha “Siempre la Esperanza” y caía una intensísima petalada sobre el palio. Y la siguiente marcha, antes de alcanzar la calle Mata, fue “Carmen Doloroso”.














Una de las hermandades descontentas con el nuevo orden del Miércoles Santo es la del Buen Fin, que ha adelantado dos puestos, del cuarto al segundo, saliendo a la calle a las tres de la tarde, dos horas antes de lo habitual. Además, ha tenido que regresar por la zona del Postigo, Molviedro y el Museo; un cambio de gran calado para la cofradía de San Antonio de Padua.
De unos años a esta parte, el exorno floral del paso del Santísimo Cristo del Buen Fin sorprende, como también ha ocurrido este Miércoles Santo, en el que hemos podido ver una variedad de flores moradas, así como cardos y grandes ramas de espino. Por otro lado, hay que subrayar que éste ha sido probablemente el último año que vemos al crucificado solo en su paso, ya que el imaginero Darío Fernández está trabajando en un nuevo conjunto escultórico que lo acompañará, representando la entrega del permiso a José de Arimatea para descender el cuerpo de Cristo y llevarlo al sepulcro.
La Banda de Cornetas y Tambores de la Centuria Macarena interpretó “La sentencia de Cristo” mientras el paso abandonaba la plaza de San Lorenzo y tomaba la calle Conde de Barajas. Después sonaría “La Lanzada” y “Sentencia en Nazaret”. Con ésta giró a la calle Jesús del Gran Poder, por la que los nazarenos de hábito marrón franciscano caminaban en paralelo a los de hábito carmelita que iban por Trajano.
























La hermandad sigue inmersa en la restauración integral del paso de palio de Nuestra Señora de la Palma, que desde la calle Eslava tomó la plaza de San Lorenzo a los sones de “Madre, tu Dulce Nombre” a cargo de la Banda de las Nieves de Olivares. Con ella, el palio llegó hasta la misma puerta del templo, donde fue recibida por las hermandades de la Bofetá y la Soledad. 
A la parroquia y a las dos corporaciones se dedicó la siguiente levantá, tras la que el palio se dirigió a la Basílica del Gran Poder con la marcha “Virgen de la Palma”. El paso, adornado con rosas de color rosa, se detuvo ante el templo donde estaban varios hermanos de la cofradía de la Madrugá, a la que también se dedicó la siguiente levantá. “Virgen de los Estudiantes” fue la marcha con la que Nuestra Señora de la Palma se fue hacia Conde de Barajas.





















El adelanto de puesto del Buen Fin ha supuesto retrasar el de San Bernardo, que ha sido este año la cuarta en llegar a la carrera oficial. Las larguísimas filas de nazarenos con cirios rojos daban paso al Santísimo Cristo de la Salud, que, tras detenerse ante San Nicolás y la Hermandad de la Candelaria, se dirigía a la Alfalfa por Muñoz y Pabón. 
El paso se detuvo poco antes de alcanzar la confluencia con Cabeza del Rey Don Pedro y luego continuó por Candilejo, donde hubo un relevo de costaleros. Claveles rojos y lirios morados salpicados adornaban, invariablemente un año más, el paso del Cristo de la Salud, que a continuación siguió hacia Águilas y la Alfalfa mientras la Banda de Cornetas y Tambores de la Presentación al Pueblo de Dos Hermanas tocaba la marcha “Amor y Sacrificio”.
















Y si clásico es el exorno floral del paso del crucificado, no lo es menos el del paso de palio de la Virgen del Refugio, con sus habituales claveles blancos. Los Villanueva guiaban el palio, que avanzaba con celeridad por la calle San José buscando llegar hasta la representación de la Hermandad de la Candelaria. El paso de la dolorosa del Martes Santo había sido movido para situarse en la puerta y estar frente a los titulares de la cofradía de San Bernardo.
Precisamente, la Virgen del Refugio, que estrenaba el pasado a nuevo tisú de la saya, llegó hasta la puerta de San Nicolás con la marcha “Candelaria”, interpretada por la misma banda que el día anterior fue con esta dolorosa, la de la Cruz Roja. El palio se desvió ligeramente de su camino para detenerse ante la puerta, y después continuó hacia la plaza de Ramón Ybarra Llosent a los sones de “Pasa la Virgen de la Candelaria”.


















Avanzaba este Miércoles Santo y por la calle Adriano comenzaba su estación de penitencia una hermandad que se ha librado de cambios de orden y de horario, manteniendo su comodísimo sexto puesto. El Baratillo, con sus interminables filas de nazarenos azules, se ponía en camino bajo un intensísimo sol que daba luz a la sábana y a los sudarios blancos, a los claveles rojos y al dorado del paso del Santísimo Cristo de la Misericordia y de Nuestra Señora de la Piedad, dolorosa, por cierto que será coronada canónicamente el 14 de septiembre del año que viene.
La Banda de Cornetas y Tambores Nuestra Señora del Sol acompañó un año más a la Piedad, que fue abriéndose paso por la calle Adriano para continuar por Pastor y Landero entre una gran cantidad de gente que la seguía. Y entre toda esa gente, un grupo de mujeres procedentes del estado americano de Minnesota, que trataban de comprender cuanto estaban viendo.















Y aproximadamente tres cuartos de hora después se produjo la salida del paso de palio de María Santísima de la Caridad en su Soledad, que estrenaba la restauración del techo; segunda fase, tras las caídas laterales, de la labor que está llevando a cabo el bordador José Antonio Grande de León.
El palio, como si hubiera salido ya con retraso, avanzó por Adriano a gran velocidad, mientras la Banda del Carmen de Salteras tocaba “Esperanza de Triana Coronada”. Y aunque la partitura se completó, el palio siguió caminando poniendo en alerta al cuerpo de acólitos, que tuvo que estar al quite para no ser directamente arrollado.
Pero, como suele ocurrir cuando un paso camina con tanta velocidad, lo que siguió fue una larga parada cuando ya se encontraba en el inicio de Pastor y Landero. ¿Para qué correr tanto si luego va a haber que parar más de la cuenta? Cuando Rafael Díaz Talaverón hizo sonar el martillo para continuar, la banda interpretó “Salud de Triana” y el palio, adornado con grandes rosas blancas, se marchó rumbo a Reyes Católicos.














La Hermandad de los Panaderos es una de las que ha visto mejorada su posición en el día con los cambios puestos en práctica este año. Así, ha dejado el incómodo último lugar para situarse en el séptimo, justo detrás del Baratillo. Por eso ha podido salir antes, aunque no como en 2022 para dar un rodeo por Amor de Dios y Jesús del Gran Poder, sino que ha recuperado el camino de ida por San Andrés, San Miguel y Trajano.
El Señor del Soberano Poder no llevaba su característica túnica blanca de pelo de camello, sino la morada de terciopelo bordado en oro por Juan Manuel Rodríguez Ojeda. En Trajano, la Banda de Cornetas y Tambores de Las Cigarreras tocó “La cruz gitana”, mientras que después, tras una larga parada, alcanzó la plaza del Duque con “Un cielo para mi Virgen”.
El paso de misterio del Prendimiento, adornado con claveles, clavellinas, fresias, rosas, coral y crocopia, siguió hacia la plaza de la Campana a los sones de la marcha “Y fue azotado”.







La cofradía de los Panaderos nos ha hecho un gran regalo este año, al vestir a la Virgen de Regla con su antiguo manto de salida, diseñado por Ignacio Gómez Millán y bordado en 1930 por Victoria Caro; una joya que le queda a la dolorosa perfectamente y que sin embargo no veíamos en la calle desde 2010, cuando fue sustituido por el manto excesivamente grande de la Coronación. Esperamos que no tengan que pasar otros trece años para volver a ver a la Virgen de Regla con el manto que sí le queda bien.
En su llegada a la plaza del Duque, la Banda de Música Santa Ana de Dos Hermanas interpretó “Hermanos costaleros” tras este paso de palio, que estaba adornado con rosas, orquídeas, thylancia, hypericum, claveles y espigas.









Y al contrario que en las últimas tres décadas, fue la Hermandad del Cristo de Burgos la que pasó por esta misma zona detrás de los Panaderos y no al revés. La cofradía de San Pedro ha sido la última en pasar este año por carrera oficial en esta jornada, lo que provocó el enfado de su hermano mayor y su correspondiente comunicado. Además, tuvo que esperar un poco más de la cuenta en el Duque a que terminara de pasar las Siete Palabras, que ha mantenido, después de pelearlo, su octava posición.
El paso del Santísimo Cristo de Burgos ha tenido este año como exorno floral un monte de lirios morados después de sorprender en 2022 con el monte de corcho salpicado de flores silvestres. Delante del paso iba la capilla musical Ars Sacra, que interpretó entre Javier Lasso de la Vega y Trajano la composición “Cerca de Ti, Señor”.














Ya sin parón, llegó Madre de Dios de la Palma en su impresionante paso de palio rojo bordado en oro, para el que la Banda del Maestro Tejera interpretó la marcha llamada precisamente como la advocación de la dolorosa. 
En lo que respecta a las flores, si el paso del crucificado ha cambiado de un año para otro, el paso de palio, comandado por Antonio Santiago, ha repetido el exorno que siempre vemos, de forma absolutamente invariable, de claveles blancos. 










La Hermandad de la Lanzada es otra de las que ha sido completamente ajena a cambios de orden, de itinerario y prácticamente de horario en este Miércoles Santo de novedades. La única diferencia es que en su camino de regreso a San Martín no ha llevado delante a la cofradía del Buen Fin.
El barco impresionante de la Lanzada afrontaba en la última parte de su itinerario la estrechez de Daoiz, junto a la Parroquia de San Andrés. No faltó a la cita la Hermandad de Santa Marta, que con su estandarte corporativo recibió a la cofradía vecina, y conviviente durante los largos años del cierre de su templo, en la puerta que da a la plaza de San Andrés. Muchos recordamos aquella década (o algo más) en que los titulares de Santa Marta recibieron culto en la capilla que actualmente ocupa María Santísima del Buen Fin.
Rosas rojas adornaban por completo el paso de misterio del Cristo de la Lanzada y la Virgen de Guía, que llegó a San Andrés a los sones de “La Lanzada”, a cargo de la Banda de Cornetas y Tambores de las Tres Caídas. El paso se detuvo y los cofrades de Santa Marta realizaron una ofrenda floral. Después, el paso se marchó hacia la calle Cervantes con “Otra vez lo vi pasar”.








En este 2023 se han cumplido cincuenta años desde que la Virgen del Buen Fin salió por primera vez bajo palio, ya que hasta ese momento la dolorosa de Astorga formaba parte del misterio, el único paso que tenía la cofradía. Ha cambiado mucho el paso de palio desde su estreno, completando sus bordados, modificando la base de los varales, cambiando las cartelas de los respiraderos... Pero lo que permanece inalterable es la personalidad de un palio perfectamente reconocible con un estilo inconfundible.
La Banda de Música María Santísima de la Victoria, de Las Cigarreras, acompañó un año más a la Virgen del Buen Fin, para la que interpretó “Aniversario macareno” en su llegada a la puerta de San Andrés. De nuevo hubo ofrenda floral y, a continuación, la siguiente levantá se dedicó a “nuestros hermanos de Santa Marta”. Seguidamente, el palio se levantó y buscó la calle Cervantes a los sones de la marcha “La Sagrada Lanzada”.













Y otra hermandad que regresaba también a su templo es la de las Siete Palabras, que en su camino de vuelta ha tomado por la plaza del Triunfo para salir a la avenida de la Constitución y, al contrario que el año pasado, se ha desviado por García de Vinuesa para salir a la plaza Nueva por Fernández y González.
La cofradía de San Vicente, que logró esquivar el último puesto en el que el Consejo, sin lógica alguna y contra sus propias directrices, la había querido situar, también varió respecto a 2022 la zona por la que pasó en la plaza Nueva, discurriendo este año por el Andén del Ayuntamiento en lugar de ir junto a los plátanos de sombra. Ello facilitó el discurrir del paso de misterio por la gran altura a la que va el crucificado.
Pero antes llegó el paso de Nuestro Padre Jesús de la Divina Misericordia, el Nazareno de Felipe de Ribas, que pisaba un monte de lirios morados salpicado de cardos. El quinteto de metales de la Agrupación Musical Virgen de los Reyes interpretó “Christus factus est” en la plaza Nueva, con un sonido que a los que tanto nos gusta el amanecer del Corpus nos recordaba al traslado del Señor de la Cena al Palacio Arzobispal.
El Nazareno, al que en la Catedral se le había recolocado un brazo que se había ido desplazando con cada levantá, estuvo detenido varios minutos ante la puerta principal del Ayuntamiento antes de continuar hacia la calle Tetuán.












Poco después veíamos el paso de misterio, con el Santísimo Cristo de las Siete Palabras diciéndole a la Virgen de los Remedios aquello de “Madre, ahí tienes a tu hijo”, y a San Juan “Hijo, ahí tienes a tu madre”.
Para su paso por el Andén del Ayuntamiento, la Banda de Cornetas y Tambores Esencia interpretó encadenadas las marchas “Maestro” y “Consolación y Lágrimas”. Después, ya en Tetuán, el Cristo tuvo que ver reducida su altura en el paso para poder sortear unos cables que atraviesan la calle. Rosas rojas e hypericum conformaban el exorno floral de este antiguo paso de misterio.










Y también rosas, pero de color rosa, adornaban el paso de palio de Nuestra Señora de la Cabeza; un paso que lleva varios años sin avanzar en sus bordados. La Banda de Música Nuestra Señora del Carmen, de Villalba del Alcor, acompañaba a la dolorosa de la Cabeza, para la que por el Andén y en el inicio de Tetuán interpretó “Amarguras”, seguida luego por “Pasa la Virgen Macarena”.











La entrada más tempranera de los Panaderos ha hecho que se haya visto más gente de lo habitual en la entrada de las Siete Palabras. Así, con algo más de acompañamiento, los tres pasos de la cofradía completaron por Virgen de los Buenos Libros y Cardenal Cisneros el regreso a la Parroquia de San Vicente.
El Nazareno de la Divina Misericordia, comandado por los Ariza, entró como siempre mirando hacia el interior del templo; no así los otros dos pasos, de los que se encargó Rufino Madrigal. El capataz, por cierto, ya ante el palio, quiso dedicar la penúltima levantá a los costaleros del Cristo, “que han repartido baberos por toda Sevilla”.
Después, tras una doble interpretación de “Pasan los campanilleros” delante de la puerta de San Vicente, Rufino Madrigal pidió una levantá por dos ex hermanos mayores de la hermandad: Antonio Sánchez Padilla, que falleció justamente hacía ocho años, en la madrugada del que en 2015 fue Domingo de Resurrección, y Julio Balcarce, así como por toda la Hermandad de las Siete Palabras.
A continuación, la Virgen de la Cabeza fue acercándose en silencio a la puerta del templo y entró con el Himno de España cuando eran exactamente las tres y media de la madrugada; un cuarto de hora, por tanto, más tarde de lo previsto.




Un Miércoles Santo distinto el de este año y que difícilmente se repetirá tal cual en años sucesivos. Claro que, eso mismo debió de pensar la Hermandad de los Panaderos cuando la colocaron la última del día y pasaron más de treinta años. Veremos...