Nuestra Señora del Carmen en Sus Misterios Dolorosos ha estrenado, con motivo de su festividad, un manto, una saya y un escapulario con los colores propios de su advocación, en lo que es la apuesta definitiva de la cofradía del Miércoles Santo por una estética más propia y característica para su dolorosa, lo que cristalizará definitivamente en el conjunto de palio cuya realización ha sido aprobada recientemente por los hermanos (ver).
En lo que respecta al manto, está confeccionado en tisú de plata y tiene bordados en oro, obra de Manuel Solano Rodríguez. Por su parte, la saya y el escapulario son de terciopelo marrón con bordados en oro a realce provenientes algunos de una antigua casulla francesa, mientras que otros son de nueva ejecución. En este caso, ha sido Jesús Rosado Borja el encargado de la confección de estas piezas, según el diseño de José Aguilar Hernández.
Con estas prendas y con su corona procesional, unos pequeños escapularios en la mano derecha, una rosa de pasión en la izquierda, un broche con el emblema carmelita en el pecherín y una cruz de San Damián colgando de la cintura en un lateral, podemos ver hoy a la Virgen del Carmen, dispuesta para presidir esta noche, a partir de las nueve, la misa solemne en su honor en la Parroquia de Omnium Sanctorum.
Para ello, además, se ha montado un altar con la Virgen colocada en el presbiterio del templo, aunque sin tapar a la Reina de Todos los Santos. Se encuentra sobre una sencilla peana de madera dorada en la que vemos una media luna y entre diez candeleros y dos jarras de su paso de palio con flores blancas. A cada lado hay tres blandones dorados y en los extremos están el guión de la Orden Carmelita a la izquierda y el estandarte corporativo a la derecha. En el centro se ha situado una mesa de altar cedida por la Hermandad de los Javieres, mientras que en la parte delantera están dispuestos cuatro ciriales y la cruz alzada.
La misa de esta noche será oficiada por Félix María Casanova Lobo, párroco de Santa María de la Estrella, de Valencina de la Concepción, y concelebrada por Javier Martínez Naranjo, párroco de la Purísima Concepción, de Brenes, y por Álvaro Montilla González, ordenado presbítero el pasado 23 de junio. Posteriormente, se entregará un recuerdo a los hermanos que cumplen veinticinco años de su pertenencia a la hermandad.
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