La imagen de María Santísima de la Soledad, de la Hermandad de los Servitas, ha regresado esta semana a la Capilla de los Dolores después de la labor de limpieza que ha llevado a cabo sobre la talla su autor, Antonio J. Dubé de Luque, durante algo más de dos meses.
Dubé, que realizó esta imagen retallando una anterior de Antonio Castillo Lastrucci, ha actuado durante este tiempo sobre la policromía de la dolorosa, además de hacer otras labores de mantenimiento, como la eliminación de algunos insectos xilófagos que habían empezado a dañarla procedentes del retablo en el que recibe culto y sobre el que también se ha estado trabajando en este verano para hacerlos desaparecer.
Como se puede ver en las fotos del antes y el después, el resultado de estos trabajos de limpieza sobre la policromía de la Virgen de la Soledad es muy evidente, algo que se explica no sólo por la actuación realizada, sino también porque es la primera vez que es objeto de una labor de este tipo desde que Dubé de Luque remodelara la talla original en 1966.
Por otro lado, para su reposición al culto, la Virgen de la Soledad ha sido vestida con el antiguo manto procesional que la Virgen de los Dolores llevó hasta 2012, ya que al año siguiente se estrenó el actual conjunto de manto y saya bordados por Jesús Rosado según el diseño del propio Dubé.
Antes y después de la labor de limpieza
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