INMACULADA 2019: CONCEPCIÓN DE LA TRINIDAD

María Santísima de la Concepción, de la Hermandad de la Trinidad, estuvo expuesta en besamanos ayer, domingo, con motivo de su festividad. Sobre una peana de madera tallada y dorada, la dolorosa de Antonio Bidón se ofrecía a sus devotos en la capilla de la corporación, en la Basílica de María Auxiliadora, ante el dosel de cultos de la hermandad.
La Virgen estaba vestida con manto de camarín de color rojo y saya azul, ambas prendas de terciopelo bordado en oro. En la cabeza tenía su diadema procesional, mientras que en el pecherín llevaba un alfiler con su advocación y un camafeo con la representación de la Virgen de Guadalupe. En la mano izquierda sujetaba un rosario, mientras que la derecha la extendía para recibir los besos.
Detrás de la Virgen de la Concepción, dos ángeles mancebos de talla sujetaban los borlones del simpecado de la Hermandad de Madre de Dios del Rosario, una insignia que precisamente ya formó parte del besamanos a la Concepción Trinitaria en 2015 (ver).
En los laterales había colocados, a doble altura, diferentes enseres, como veinte candeleros y dos jarras del paso de palio de la Virgen de la Esperanza, así como dos relicarios. Las jarras contenían diversas especies florales de color blanco que también estaban a los pies del simpecado y flanqueando a la dolorosa. Eran calas, antirrhinum, claveles y lisiantum.
Finalmente, hay que apuntar la utilización de dos alfombras, una en la zona donde estaba la Virgen y otra bajo el dosel, y la de un cortinaje de terciopelo rojo cubriendo por completo el camarín de la Esperanza.