La Hermandad de la Cena ha celebrado este domingo, el último del mes de enero, el besapié al Santísimo Cristo de la Humildad y Paciencia. Este culto ha vuelto a tener lugar en la Iglesia de los Terceros, después de que los dos años anteriores se desarrollara en la Parroquia de San Román, donde la hermandad tuvo su sede provisional durante el tiempo que se llevaron a cabo las obras de restauración del templo de la calle Sol (ver y ver).
En esta ocasión, el Cristo que trataba de dar consuelo a los enfermos de lepra del antiguo Hospital de San Lázaro se encontraba en el presbiterio de los Terceros, donde había una ancha tarima de color rojo que alcanzaba hasta el penúltimo escalón de acceso al altar. Una estructura cubierta de tela de damasco de color morado sujetaba la peana de madera dorada en la que recibe siempre culto el Cristo.
El Señor de la Humildad y Paciencia llevaba sus potencias de salida y a sus pies tenía el mantolín de terciopelo morado bordado en oro que suele ir sobre el monte de su paso cada Domingo de Ramos. Además, flanqueando a la talla se colocaron dos guardabrisas sobre sendas columnas de madera policromada con apariencia marmórea.
En los extremos de la parte delantera de la tarima se colocaron dos jarras del paso de palio de la Virgen del Subterráneo elevadas sobre sendos pies mucho más bajos que los anteriores. Las jarras contaban con rosas de color rojo dispuestas de forma cónica.
Al fondo estaba el dosel de cultos de la hermandad con la cruz de guía ante sí entre dos faroles. Y detrás se podían ver otras dos jarras con las mismas flores y los cuatro evangelistas que van en las esquinas del paso del Cristo de la Humildad y Paciencia. Finalmente, más alejados del dosel estaban los santos que acompañan en su retablo al Señor, como son San Roque y otro no identificado.
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