Ya no hay unidad alguna, dado que el hermano mayor de San Esteban ha escrito una carta a sus hermanos (y por mención expresa al Consejo y a sus compañeras de jornada), en la que explica los diferentes movimientos que ha realizado en los últimos meses para evitar que su hermandad vuelva a ser la que abra la jornada en la carrera oficial, saliendo para ello demasiado temprano para una cofradía del centro histórico y entrando prácticamente de día.
Todo para nada. Al parecer, habría propuesto ser segunda o quinta. Pero sus compañeras le han dado un portazo, lo que el propio hermano mayor interpreta como "incomprensión e insolidaridad". Ninguna quiere ocupar su lugar como primera del día (como tampoco los Panaderos quería ser última y lleva ya 30 años). La cuestión es que, pese a las razonadas quejas de San Esteban, que es cierto que quizá no ha hecho las mejores propuestas, el resto de hermandades tampoco se han esforzado demasiado en darle otra opción. Todas (o casi) parecen estar de acuerdo en que la imposición del Consejo no les gusta (a algunas menos que a otras), pero en lo que las siete que no son San Esteban también coinciden es en que si una hermandad tiene que ocupar el primer lugar, mejor que sea San Esteban a que sea "yo".
El "yoísmo" ha llegado también al Martes Santo, como está igualmente presente en cualquier otra jornada. ¿Se creyó alguien realmente lo de la unidad? Es fácil estar unidos cuando todos están de acuerdo. Lo realmente difícil y cuando realmente hay que presumir de unidad, solidaridad, bien común y todas esas palabras bonitas, es cuando, aunque no haya acuerdo, todos se implican en intentar paliar en la medida de lo posible los problemas de todos. Y ahí, justo ahí, es donde San Esteban se ha visto sola. Se nos rompió la unidad... de tanto pregonarla.
Y, ¿qué dice el Consejo? Pues que como no hay acuerdo en probar otro orden, que se repita lo de 2019. Eso y... ¿dónde está la palangana que me lave las manos? Ya sabemos que este Consejo, como todos los anteriores en realidad, no es muy de meterse en fregados difíciles, como hemos visto recientemente en el Miércoles Santo y en el Domingo de Ramos. La orden es de Campana a Catedral. Sí. A partir de ahí, vosotras os apañáis. Más tarde o más temprano llegará el Cecop a hacer el trabajo que evitan hacer el Consejo y las hermandades. Y si no, al tiempo.
Puede que realmente no exista ninguna opción que satisfaga a las ocho hermandades. Pero quizá precisamente en la inexistencia esté la solución. Si no hay un orden perfecto, si la prohibición del Consejo de la carrera oficial al revés persiste y si de momento sigue siendo un tabú de los gordos la posibilidad de cambiar de jornada procesional a alguna que otra cofradía, quizá la solución sea modificar el orden cada año, haciendo rotar así los "sacrificios" entre las distintas hermandades, en lugar de mirar para otro lado cuando San Esteban, como los Panaderos el Miércoles Santo, reclama esa comprensión y esa solidaridad que su hermano mayor echa en falta en la jornada de la presunta unidad.
Demagogia abosoluta.. en el Domingo, en el Lunes, en el Miércoles y sobre todo en la Madrugada hay una armonía y una empatía que ríete tu, jijijijiji, vamos que comen en las manos unos de otros.:):)
ResponderEliminarQue nadie se autoengañe; la sintonía y unanimidad entre las HH del MArtes Santo el 2018 para la CO la inversa es un hecho histórico, sin precedentes en la Semana Santa Contemporánea que difícilmente veremos en los días aludidos. Y eso es un dato informativo contrastado. Es un hecho. No una opinión.
Y precisamente se dio esa unanimidad por los 30/40 años anteriores que solo había desazón y conflicto de interés creados. Si una familia tiene problemas serios para vivir en una casa, se mudan a otra porque allí va mejorar su convivencia, no tiene ningún sentido obligarles volver al domicilio anterior. Pues igual el Martes Santo: es de lógica, sentido común que echa patras y te caes de espalda.