La imagen de Nuestro Padre Jesús del Silencio, de la Hermandad de la Amargura, volvió a ser puesta al culto este lunes en la Iglesia de San Juan de la Palma después de una breve intervención llevada a cabo por Enrique Gutiérrez Carrasquilla y que ha durado tan sólo una semana.
La labor realizada, que ha sido practicada en las propias dependencias de la hermandad, ha consistido en la eliminación de exudaciones de resina de la madera que se encontraban en distintas partes del cuerpo de la talla y que estaban adheridas a la policromía. Asimismo, se ha trabajado en la reintegración de soporte en el mechón de cabello que cae por la espalda y en la reparación de los desgastes que presentaban los pies por el roce de las túnicas.
De momento, el Señor tiene puestas las manos antiguas, dado que las actuales, obra de Sebastián Santos, están siendo aún objeto de una restauración más profunda por parte de Gutiérrez Carrasquilla.
Con esta intervención sobre el Señor del Silencio, a falta de las manos, se completa el trabajo que el restaurador ha realizado en los últimos meses con las tres imágenes que procesionan cada Domingo de Ramos con la hermandad, comenzando por San Juan Evangelista y siguiendo por María Santísima de la Amargura (ver).
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