El Señor Orando en el Huerto de la Hermandad de Monte-Sión abandonó ayer el Convento del Espíritu Santo, donde días atrás tuvo lugar el quinario en su honor, y regresó a su capilla de la calle Feria, de la que se marchó el pasado viernes 31 (ver).
A la misma hora, las ocho de la tarde, y por el mismo itinerario de la ida, pero en sentido contrario, el Señor de la cofradía del Jueves Santo se encaminó a la capilla despidiéndose de las hermanas comendadoras del Espíritu Santo. Un breve cortejo encabezado por la cruz alzada entre ciriales y seguido por el estandarte corporativo, un quinteto de viento de la Agrupación Musical de la Redención y los acólitos con los ciriales antecedía al Señor, que iba de nuevo sobre las andas cedidas por la Hermandad de la Resurrección e iluminadas por dos faroles. Llevaba una túnica de terciopelo azul liso y mantolín burdeos bordado en oro, además de unas potencias doradas.
Desde la calle Espíritu Santo, el Señor tomó Castellar y Laurel, saliendo así a la Plaza de los Maldonados. A continuación, atravesó la Plaza de Monte-Sión y alcanzó Feria, entrando en la capilla mirando hacia el interior, donde se encontraba la Virgen del Rosario, cuando pasaban algunos minutos de las ocho y media.
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