La Divina Pastora ha vuelto a su capilla del antiguo Hospital de San Bernardo después de la restauración a la que ha sido sometida en el último mes a cargo de Juan Manuel Miñarro.
El pasado 1 de julio la imagen se retiró del culto y durante este tiempo Miñarro ha llevado a cabo una labor de restauración de la policromía, reintegrando algunas lagunas que presentaba en distintos puntos. Asimismo, en este tiempo también se ha realizado un TAC a la Divina Pastora para examinar su estado interno y se ha practicado un escaneo en 3D para garantizar su conservación en caso de posibles daños futuros.
Para que los devotos puedan contemplar de cerca el resultado de la restauración, la Divina Pastora permanece este fin de semana expuesta a la veneración en el presbiterio alto de la capilla, como en sus besamanos de cada mes de diciembre, sobre su peana de madera dorada.
La imagen se presenta vestida con saya blanca y manto celeste, ambos bordados en oro, mientras que la cabeza la tiene prácticamente descubierta, llevando únicamente una mantilla de encaje que cae por detrás. Luce un gran número de joyas, broches, varios rosarios, el cayado en la mano izquierda, el aro de estrellas y una media luna plateada.
Está flanqueada por dos columnas doradas que sostienen sendos candelabros de tres velas cada uno, mientras que más hacia los extremos y ante la peana hay grandes centros florales de color blanco con lisiantum, claveles y antirrhinum.
Detrás, ante el camarín, que está cubierto con un cortinaje de damasco rojo, se encuentra el llamado Simpecado de los Maestrantes. Ante él se despliegan numerosos candeleros con velas blancas de gas, varias jarras con flores de talco y algunas bandejas. En los laterales, dos pequeños doseles cobijan unas pequeñas tallas del Niño Jesús y de San Juan Bautista Niño.
Por último, hay que apuntar que delante de todo el conjunto, a un lado y a otro del presbiterio, están la bandera asuncionista a la izquierda y la del Voto de la Realeza a la derecha.
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