Hace algo menos de tres meses tenía lugar el vía crucis extraordinario del Señor de la Salud, que visitaba la Capilla de Montserrat y la Parroquia de la Magdalena con motivo del centenario de la Hermandad de la Candelaria (ver). Anoche de nuevo salió a las calles el Nazareno de San Nicolás, ya en su fecha habitual del mes de febrero, para el rezo de las catorce estaciones como preludio de la inminente Cuaresma.
Como está empezando a detectarse en vía crucis, como el del Cristo de la Buena Muerte de la Hiniesta (ver) o en traslados, como el del Señor Orando en el Huerto esta misma semana (ver), la cantidad de personas que se acercaron a ver al Señor de la Salud en la calle fue bastante alta, lo que podría ser un adelanto de una masificada (más aún) Semana Santa.
Desde antes de la salida había varias filas de personas a las puertas de San Nicolás esperando que el cortejo comenzara a avanzar por la calle San José. La cruz de guía salió en primer lugar y, tras un tramo de hermanos con cirios, iban los estandartes corporativos de la Hermandad de las Nieves y de la propia Hermandad de la Candelaria. A continuación, antes del cuerpo de acólitos, veíamos un trío de la Banda de Música de la Cruz Roja.
Juan María Gallardo ejerció de nuevo de capataz del Señor de la Salud, que iba sobre las andas estrenadas en el Vía Crucis de las Cofradías de hace ahora diez años. En esta ocasión, contaban con claveles rojos salpicados de pequeñas flores moradas en el monte. En cuanto al Nazareno, llevaba sus potencias de salida y la cruz procesional.
Aún en el interior del templo se rezó la primera de las estaciones del vía crucis y luego el Señor salió para detenerse enseguida para el rezo de la segunda. Todas las estaciones eran precedidas por el sonido de una campana que portaba en sus manos un hermana de esta cofradía del Martes Santo.
Curiosamente, cuando el Señor se detuvo ya en la calle una mujer cantó una saeta, consolidando así esta nueva moda (esperemos que efímera) de cantar a las imágenes en cultos que nada tienen que ver con las estaciones de penitencia en Semana Santa. Además, la saetera se empeñó en cantar al mismo tiempo que se daba lectura a la segunda estación; una saeta, por tanto, pisando el rezo del vía crucis, que es para lo que ayer salió a las calles Nuestro Padre Jesús de la Salud.
Pocos metros después el Señor volvió a detenerse, ahora ante la puerta del Convento de Madre de Dios, cuyas religiosas dieron lectura a la siguiente estación del vía crucis. Posteriormente, las andas, que eran portadas por hermanos que iban turnándose durante el recorrido, enfilaron la calle San José en dirección a la iglesia del mismo nombre, que fue la parada aprovechada para la cuarta estación. Y poco después, junto al Hotel Fernando III, se rezó la quinta.
Pasado el hotel, el Señor de la Salud continuó sólo unos pocos metros hasta llegar a la sede de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, donde se hizo coincidir la sexta estación del vía crucis con un relevo de los encargados de llevar las andas.
Seguidamente, el Señor abandonó la línea recta que había recorrido desde que había salido de San Nicolás y giró a la derecha hacia Ximénez de Enciso, en cuya confluencia con Fabiola se paró y los cofrades rezaron la séptima estación. El vía crucis completaba así la primera mitad de sus estaciones justo en el punto más alejado de su templo donde iba a llegar en su breve recorrido por el barrio.
Todavía en la calle Fabiola se rezaron otras tres estaciones, la segunda ya a la altura de la calle Mateos Gago y la tercera tras dejar atrás el estrechísimo tramo donde se mantiene en pie un pequeño tramo de la antigua muralla de la judería.
Quedaban sólo cuatro estaciones y del recorrido de este vía crucis apenas faltaban un par de calles. Una de ellas era Federico Rubio, precisamente donde se encuentra la casa hermandad de la Candelaria. Y justo a la altura de la sede social de la corporación, a unos pocos metros del punto que ocupa su paso procesional, el Señor de la Salud se detuvo para el rezo de la undécima estación.
A continuación, y tras pedir el capataz en un par de ocasiones más suavidad en cada levantá de las andas, el Señor salió a la plaza Ramón Ybarra, donde fue el turno de la duodécima (que no doceava) estación del vía crucis.
Nuestro Padre Jesús de la Salud alcanzó finalmente la plaza que recibe el nombre de su propia advocación y se paró ante el retablo cerámico de María Santísima de la Candelaria para, minutos después, acercarse a la puerta de la parroquia. Pero, antes de entrar, se detuvo otra vez en el mismo punto donde se había detenido en el momento de la salida, ahora para el rezo de la penúltima estación del vía crucis. Después, se adentró en el templo seguido por algunos de los cofrades que lo habían acompañado durante todo el camino.
Con el Señor de la Salud de vuelta al presbiterio de San Nicolás se cerró el rezo del vía crucis con la última estación. Y al contrario de lo habitual hasta ahora, este fin de semana la imagen no está expuesta en besapié, dado que la hermandad ha retrasado el resto de los cultos hasta el mes que viene.
Así, el quinario será entre los días 1 y 5 de marzo, la función principal de instituto tendrá lugar el domingo 6 y el Nazareno se expondrá en besapié el 12 y 13 de marzo, en el segundo fin de semana de la Cuaresma.
No hay comentarios:
Publicar un comentario