La Parroquia de San Vicente acoge este domingo el acto de solemne veneración al Santísimo Cristo de las Siete Palabras, que se muestra para ello tumbado en el presbiterio alto del templo, a los pies del retablo mayor, que está parcialmente oculto tras un cortinaje de damasco rojo.
El crucificado, que luce sus potencias de salida, tiene los brazos de la cruz apoyados sobre sendas mesas de madera dorada y en los laterales de la imagen hay cuatro jarras del paso de palio de Nuestra Señora de la Cabeza sobre columnas de fuste acanalado. Las jarras cuentan con claveles rojos y lirios morados. Además, junto a la base de la cruz hay dos faroles de mano colocados sobre la alfombra que enmarca el espacio que ocupa el Cristo de las Siete Palabras.
Tras el Cristo, vemos la cruz de guía de la hermandad entre dos faroles, así como cuatro blandones dorados y doce candeleros (dos blandones y seis candeleros a cada lado). Los blandones tienen velas de gas y los candeleros velas de cera, todas ellas de color blanco.
Con esta solemne veneración concluyen los cultos precuaresmales al Santísimo Cristo de las Siete Palabras después del quinario, celebrado entre los pasados días 8 y 12, y de la función principal de instituto del pasado domingo.
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