Como culto previo al triduo que comenzará el próximo miércoles, el Santo Crucifijo de San Agustín, de la Hermandad de San Roque, estuvo ayer, domingo, expuesto en solemne veneración ante el retablo de Nuestro Padre Jesús de las Penas y Nuestra Señora de Gracia y Esperanza, en la cabecera de la nave del Evangelio de la parroquia de la plaza Carmen Benítez.
Con los brazos y la base de la cruz apoyados sobre sendos pies de base cuadrada de color rojo con apliques dorados, el Cristo de San Agustín estaba sobre una alfombra en el centro de un rectángulo marcado por cuatro blandones de madera dorada con cera blanca y por dos jarras del paso de palio con diferentes especies florales de tonalidad morada y roja, además de algunos cardos. Estas jarras se elevaban sobre finas columnas de piedra blanca.
Detrás estaban los cuatro ciriales que cada Domingo de Ramos van delante del paso del Señor de las Penas, dos a cada lado, y entre la pareja situada a la izquierda estaba la bandera del Santo Crucifijo de San Agustín, que también forma parte del cortejo de la cofradía.
Finalmente, en el banco del retablo había varios candeleros, dos jarras, cuatro guardabrisas y dos centros florales con las mismas especies de las jarras; junto al Señor de las Penas se dispusieron cuatro candeleros con cera roja, mientras que la dolorosa y San Juan Evangelista contaban con dos candeleros cada uno con cera blanca, el mismo color de las flores que tenían ambas imágenes a sus pies. Además, la pintura de las Ánimas Benditas tenía también un centro floral y cuatro pequeños candeleros con velas rojas.
Concluida la solemne veneración y tras la misa de las ocho de la tarde, tuvo lugar el rezo del vía crucis con el Santo Crucifijo de San Agustín recorriendo las naves de la Parroquia de San Roque llevado a hombros por los cofrades de la hermandad.
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