La Hermandad de la Carretería celebró en la tarde de ayer, sábado, el vía crucis por las calles del Arenal con la imagen del Santísimo Cristo de la Salud, en la que fue su primera salida tras la restauración a la que fue sometido el año pasado a cargo de Pedro Manzano Beltrán (ver).
Cada año este vía crucis del primer sábado de la Cuaresma se aprovecha para realizar el traslado del crucificado a la Parroquia del Sagrario para celebrar al día siguiente en ella la función principal de la corporación. Al estar aún cerrada por obras de restauración, en esta ocasión el Cristo de la Salud se trasladó a la Catedral, ante cuyo altar del Jubileo quedaría ubicado hasta su traslado de regreso este mediodía.
El rezo del vía crucis se inició después de la misa de las seis de la tarde. El cortejo salió de la capilla y tomó la calle Real de la Carretería y Rodo para salir a Dos de Mayo, donde se detuvo ante la Capilla del Rosario de la Hermandad de las Aguas. Y poco después, en el Arco del Postigo hizo lo propio ante la Capilla de la Pura y Limpia.
El Cristo de la Salud iba portado en andas por los hermanos de la corporación y llevaba sus potencias de salida. Por Almirantazgo y Fray Ceferino González, el crucificado de Francisco de Ocampo alcanzó la plaza del Triunfo, donde como novedad respecto a años anteriores fue llevado casi hasta el monumento a la Inmaculada Concepción, donde se rezó una de las estaciones del vía crucis.
A continuación, el cortejo siguió hacia la plaza de la Virgen de los Reyes, aunque, en lugar de entrar directamente, rodeó la fuente central antes de acceder al interior por la Puerta de los Palos. Ello hizo que se detuviera delante del monumento a San Juan Pablo II y se rezó ahí otra estación.
Y un nuevo rodeo se dio dentro de la Catedral, ya que el Cristo de la Salud fue conducido en primer lugar hacia la Capilla Real, deteniéndose ante la Virgen de los Reyes, aunque sin darse la vuelta hacia ella. Después siguió su camino por las naves catedralicias, pasando por delante del Cristo de la Clemencia y de la tumba de Cristóbal Colón.
Seguidamente, pasó entre el coro y el altar mayor, y llegó hasta el lugar que se le había reservado delante del altar del Jubileo, entre cuatro blandones dorados. Ya detenido, y con las andas depositadas sobre la tarima ubicada en este punto, se cerró el vía crucis con el rezo de la última estación y se escucharon los últimos sones interpretados por la Capilla Musical Pasión, que fue la encargada de acompañar a la cofradía en su vía crucis.
A mediodía de hoy, domingo, el Santísimo Cristo de la Salud ha sido trasladado de vuelta a la Capilla de las Tres Necesidades, donde el próximo fin de semana tendrá lugar la solemne veneración al crucificado y a la Virgen de la Luz.
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