La Hermandad de San José Obrero celebró este fin de semana el acto de veneración a Nuestro Padre Jesús de la Caridad, que se situó para ello, como es habitual, en la nave del Evangelio, mirando hacia la puerta del templo que da a la calle Samaniego.
Elevado sobre la peana procesional de la Virgen de los Dolores, el Señor de la Caridad estaba vestido con la túnica de terciopelo morado bordada en oro por Mariano Martín Santonja en 2010. Además, llevaba corona de espinas, lucía sus potencias de salida y en el cíngulo, a la altura del pecho, tenía un alfiler en el que, en letras doradas, se leía su advocación.
Sobre la peana, alrededor de la propia de la imagen, había algunas piezas de corcho simulando un monte con algunos lirios morados, flores que veíamos también en un centro ante la peana y sobre dos columnas de madera policromada flanqueando al Señor. Dichas columnas estaban entre sendas parejas de blandones dorados con cera blanca.
Detrás, ante un cortinaje de damasco rojo, veíamos las tallas de dos santos de la Orden Mínima, que es la responsable de la Parroquia de San José Obrero y San Francisco de Paula. En concreto, las tallas correspondían al Beato Gaspar de Bono y a San Nicolás de Longobardi. Y entre ambos, se colocó la bandera de la Caridad, que forma parte del cortejo de la hermandad cada Sábado de Pasión. Hay que recordar que Charitas (Caridad) es el lema de los Mínimos; de ahí que sea ésa la advocación del titular de la hermandad.
Junto a la bandera de la Caridad se ubicaron seis candeleros, tres a cada lado, mientras que delante había otros cuatro y un centro de lirios morados. Finalmente, a los lados se dispusieron otros ocho candeleros también con lirios ante cada grupo de cuatro.
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